Una sentencia judicial ha reconocido que en la empresa Progalsa, dedicada a la galvanización, los excesos de ruidos provocan afecciones al sistema respiratorio, estrés, ansiedad, afecciones al sistema circulatorio, hipertensión, permite algún tipo de accidentes y que sus efectos NO se pueden paliar pese al uso de las protecciones como tapones y cascos, porque los ruidos se transmiten también por la conducción ósea.
En el Convenio de empresa se recoge que los trabajadores tienen derecho a un complemento por penosidad del 20%, mientras se mantengan las actuales condiciones. Hay más de treinta demandas en el mismo sentido, y probablemente se extiendan al conjunto de la plantilla, más de cien trabajadores.
Esta sentencia se produce después de un intento de mediación por parte del Comité de Empresa que no fue atendido, independientemente del resultado final, es un gran paso adelante, ya que hasta ahora demostrar la causa-efecto sólo se daba en casos muy contados y ya con graves lesiones. Si esto ocurre en empresas con un comité combativo podemos imaginarnos qué ocurrirá en infinidad de pequeños talleres y empresas sin representatividad sindical.

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