El pasado viernes, 23 de mayo me disponía a trabajar como todos los días en la empresa Seresco SA, una empresa de informática en la que se realizan trabajos de cartografía digital. Sin que la empresa me lo haya notificado con los 15 días de antelación preceptivos me encontré, de pronto, con una reunión con la jefa en la cual se me decía que, "desgraciadamente" tenían que prescindir de mis servicios. "¿Tenían?" ¿Por qué?, la jefa, con cierto aire de altivez, como suelen ser todos los jefes de cualquier empresa que se precie me dijo que era por la calidad de mi trabajo y porque no producía lo suficiente.

El pasado viernes, 23 de mayo me disponía a trabajar como todos los días en la empresa Seresco SA, una empresa de informática en la que se realizan trabajos de cartografía digital. Sin que la empresa me lo haya notificado con los 15 días de antelación preceptivos me encontré, de pronto, con una reunión con la jefa en la cual se me decía que, "desgraciadamente" tenían que prescindir de mis servicios. "¿Tenían?" ¿Por qué?, la jefa, con cierto aire de altivez, como suelen ser todos los jefes de cualquier empresa que se precie me dijo que era por la calidad de mi trabajo y porque no producía lo suficiente. Teniendo en cuenta que me habían renovado el contrato, que llevaba más de un año en la empresa y que en ningún momento nadie se quejó de mi forma de trabajar en los días anteriores no tuve más remedio que esbozar una cierta sonrisa: mi despido no tiene nada  que ver con eso. Seresco SA recibe subvenciones por realizar cursos de formación. Luego contrata a algunos de los que hacen esos cursillos. Así que una vez que esas subvenciones se acaban al trabajador se le expulsa y así van ganando el dinero, como se ve el "chollo" está garantizado. Poco importa la calidad del trabajo, el rendimiento del trabajador etc, lo que importa es que la empresa no pierda las subvenciones.
 Desgraciadamente, no fuí al único al que se le echó, durante el período en el que yo estuve despidieron  al menos a tres compañeros más, aunque la excusa fue diferente para ellos: se les dijo que no había trabajo, aunque poco tiempo después se nos explicó a los que quedábamos que debíamos hacer horas e incluso trabajar los sábados, la conclusión entonces es evidente.
 Como no estoy dispuesto a aceptar los argumentos de la empresa para despedirme fuí a los sindicatos a ver si se podía hacer algo, con la razón en la mano se vió claramente que este es un despido improcedente, que tengo derecho a 45 días por año trabajado y a 15 más por no haberme avisado con esos días de antelación de mi despido. Ahora voy a presentar una demanda contra la empresa, pero sé que no es suficiente. Mis compañeros de trabajo tienen todos la espada de Damocles encima, todos tiene miedo a  ser despedidos y el descontento por esta situación va en aumento. Se que sólo queda un camino y ese camino debe ser el de la lucha, no debemos dejar que esto ocurra más veces.
 Los compañeros de Seresco deben empezar a crear un comité de empresa que, luche por los derechos de los trabajadores, por un salario muchísimo mejor que el que tienen actualmente (una miseria de 649 euros) y por una estabilidad en la plantilla, que impida que continúe habiendo despidos. Sólo así los empresarios dejarán de tener el "chollo" asegurado.

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