Un sector muy castigado, con condiciones laborales muy precarias, salta a la lucha

Las condiciones salariales de las/os trabajadoras/es del comercio textil en Álava/Araba, como en Euskal Herria y en todo el Estado, son cada vez más duras, más precarias, sobre todo entre aquellos que trabajan a tiempo parcial, que cuentan con auténticos contratos basura. Pero incluso para los que trabajan a tiempo completo, en la mayoría de los casos no llegan a cobrar ni los mil euros por una jornada que suele ser de entre 8 y 9 horas diarias, seis días a la semana. Además en enero la patronal quiso dar un golpe más a los trabajadores: aumentar la jornada 20 horas más por una triste subida salarial de 6 euros para las/os trabajadoras/es a tiempo completo.

Pero con lo que no contaba la patronal, y que le sorprendió y asustó, fue ver que nada más conocer la noticia las plantillas de trabajadores de los diferentes comercios, organizados en sus sindicatos, levantaron la bandera de la lucha. Tanto ELA, CCOO como UGT convocaron conjuntamente una huelga el 7 de enero en el comercio textil de la provincia de Araba, además de un plan de movilizaciones. Aparte de renunciar completamente a trabajar 20 horas más sin aumento de sueldo, pidieron una subida salarial por encima del IPC y una revisión del convenio.

Gran seguimiento en las movilizaciones

Al grito de “¡Hoy no se compra! ¡Estamos en huelga!” unas 150 trabajadoras en Vitoria-Gasteiz se movilizaron el 7 de enero, precisamente el día en que se inauguraban las rebajas, para así hacer oír su voz más fuertemente. Una parte bastante importante del sector quedó esa jornada totalmente paralizado.
Las movilizaciones pillaron a más de un consumidor por sorpresa. Pasadas las diez de la mañana comenzaron las movilizaciones en el centro comercial El Boulevard. Decenas de trabajadoras y algún trabajador iniciaron así la protesta coreando consignas como “Con sueldos de 800 no da para vivir”. Luego la marcha continuó por el centro de la ciudad donde muchas trabajadoras bajo la estricta vigilancia de la ertzaintza decidieron entrar en la tienda Zara y organizar una sentada. Entonces se vivieron momentos de tensión, cuando la policía intervino la documentación e identificó en varias ocasiones a representantes de la protesta. Cabe denunciar que las movilizaciones se dieron bajo un desmesurado y aberrante despliegue de la ertzaintza junto a fuerzas de seguridad privadas que en todo momento vigilaban y prácticamente intimidaban a las trabajadoras para impedirlas ejercer su derecho a los piquetes informativos.
Por supuesto, para la patronal alavesa del sector textil, Unimoda, la huelga y la movilización fueron totalmente insignificantes. Es curioso porque mientras decían esto, acto seguido el presidente de Unimoda acusó a las trabajadoras de haber hecho un gran daño convocando la huelga el día que empezaban las rebajas. “No podían haber escogido otro día, si buscaban hacer daño al sector, lo han conseguido”. Ese día las ventas en Vitoria-Gasteiz descendieron de forma importante, entre un 35 y un 50%, según los sindicatos.

La lucha, la organización y la unidad de acción nos hace más fuertes

Gracias a la lucha la patronal se vio obligada a decir que había posibilidades de retirar la propuesta del aumento de la jornada laboral. En realidad, desde entonces la empresa lo que quiere es ganar tiempo a base de ejercer presión sobre los delegados de empresa quienes dijeron que si no había solución continuarían las movilizaciones. De hecho, aunque se han realizado varios encuentros entre trabajadoras/es y patronal, está claro que Unimoda no está por oír las reivindicaciones de las trabajadoras.
Es innegable que los ataques contra este sector no han hecho más que empezar, pero esta lucha ha demostrado que las/os trabajadoras/es tienen muy claro que están dispuestas a batallar por sus derechos laborales y a luchar por conquistas en sus empleos.
La lucha no ha hecho más que empezar. Cabe valorar positivamente la posición de los sindicatos uniéndose en esta primera huelga, demostrando que la unión ha hecho la fuerza. Pero la lucha debe continuar. Para ello, además de la unión también es necesario un programa que defienda nuestros auténticos intereses, los intereses de la clase obrera.

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