Desde hace aproximadamente año y medio, los jóvenes de Talavera también estamos sufriendo las agresiones fascistas. Unos cuantos de estos chivos mamporreros, agrupados en una especie de club hincha del equipo de fútbol local, vienen propinando palizaDesde hace aproximadamente año y medio, los jóvenes de Talavera también estamos sufriendo las agresiones fascistas. Unos cuantos de estos chivos mamporreros, agrupados en una especie de club hincha del equipo de fútbol local, vienen propinando palizas y atemorizando con amenazas a los jóvenes de izquierdas, a los trabajadores inmigrantes o a quien, simplemente, se cruce con ellos sin agachar la cabeza.

Estos Ultras Tala, como se autodenominan, han tomado como costumbre ir a las zonas de marcha de los jóvenes y allí desarrollar su ira xenófoba y reaccionaria. La impunidad con la que estos elementos han actuado hasta ahora es escandalosa. Hay testimonios de gente que ha sufrido la indiferencia de la policía a la hora de denunciarlos, e incluso han sido increpados por los agentes y tratados, en vez de como las víctimas de esta violencia, como parte del problema.

El 11 de mayo unos 500 jóvenes nos manifestamos en una céntrica plaza de la ciudad. Esto fue a pesar de la intimidación consciente y constante con la que los fascistas intentaron evitar la convocatoria, amenazando a los compañeros que repartieron panfletos y pegaron carteles para que no lo hicieran. Ese día se desmoronó la supuesta fuerza que ha hecho creer a estos gánsteres fascistas que la ciudad es suya. Esto fue posible por la valiente determinación de cientos de jóvenes que se mantuvieron firmes en la concentración, a pesar de que unos treinta de estos energúmenos acudió a la cita para intentar provocar incidentes. A pesar de que los fascistas tenían una actitud totalmente provocadora, levantando el brazo con el saludo nazi, cantando consignas racistas e insultos contra la concentración en una contramanifestación totalmente ilegal, los mandos policiales permitieron que siguieran allí. Con esa actuación policial, se pusieron todos los ingredientes para que el acto acabara de forma violenta. Si no acabó así, fue por la responsabilidad de los que allí nos juntamos contra las agresiones que, incluso en los momentos de mayor tensión, mantuvimos la actitud pacífica con la que empezamos nuestro acto de protesta. Por mucho que se intente pintar así, y lleven a los perros fascistas a nuestras concentraciones para que todo acabe con enfrentamientos, se demostró que los jóvenes no somos violentos y esto no es una guerra entre bandas de ideologías extremas.

La respuesta rabiosa e histérica de los fascistas, al comprobar como el miedo que habían estado inoculando se rompía, fue agredir nuevamente de forma cobarde y traicionera. Así, el sábado 14 de mayo, en plena feria, un grupo de estos elementos asaltó a dos jóvenes, uno de los cuales tuvo que ser hospitalizado. Posteriormente, lincharon a una persona de origen árabe. En la concentración del 11 de mayo lo señalamos: si había cualquier nueva agresión la responsabilidad sería de la Subdelegación del Gobierno, de los mandos de la policía y del Ayuntamiento de Talavera, por dejar impunes a estos criminales de sobra conocidos en la ciudad.

La concejala de Juventud del PSOE, presente en la concentración, aseguró que haría todo lo posible para acabar con estos grupos fascistas. Ahora tiene la oportunidad: el Ayuntamiento de Talavera tiene que convocar urgentemente una manifestación unitaria de jóvenes y trabajadores contra las agresiones fascistas en la que participen todas las organizaciones de izquierdas de la ciudad. Sólo de esta manera podremos acabar con la plaga que sufrimos.

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