“Mucha policía, poca diversión; un error”. Pero esto es lo que hay en Móstoles (Madrid). Desde que llegó al poder el PP en nuestro municipio e implantó la BESCAM (Brigadas de Seguridad Ciudadana) vivimos en un estado policial.“Mucha policía, poca diversión; un error”. Pero esto es lo que hay en Móstoles (Madrid). Desde que llegó al poder el PP en nuestro municipio e implantó la BESCAM (Brigadas de Seguridad Ciudadana) vivimos en un estado policial. Es imposible salir de casa y no encontrarte con estos personajes de uniforme. Pero al parecer no son suficientes. Escuchando las declaraciones de Alfredo Prada, consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, siento hasta miedo: “Móstoles recordará esta legislatura como la de la seguridad. Con el convenio firmado con la presidenta regional, Esperanza Aguirre, la Policía Local duplicará su plantilla hasta el 2007”.

Desde hace un tiempo la BESCAM dispone de un helicóptero propio, que no hace más que molestar al personal con el ruido que forma ya que desde primera hora comienza a volar muy bajo para poder “buscar delincuentes” entre los vecinos de la localidad. ¿Y a qué se dedica esta “brigada especial”? Pues a resolver los problemas que tanto preocupan al ciudadano: disolver los microbotellones, buscar humo por si alguien se está fumando un porro (no nos confundamos, esto no significa ir a por los narcotraficantes, porque siguen donde siempre), perseguir a los graffiteros, evitar que los niños se cuelen en los colegios para jugar al fútbol y sobre todo, combatir una de las grandes lacras de nuestra sociedad, el top-manta. Vergonzoso. Pero aún tienen tiempo para hacer más cosas, no olvidan su función represora: varios colectivos ya han sido multados por pegar carteles, impidieron la colocación de una mesa informativa sobre la Constitución Europea al Foro Social de Móstoles e incluso impiden por la fuerza el reparto de panfletos, como les ha sucedido a varios militantes de las Juventudes Socialistas.

A la represión se le une la nula oferta cultural que sufrimos en nuestra ciudad, no sea que a alguien le de por desarrollar un pensamiento crítico. Como ejemplo, mencionar que una ciudad con más de 200.000 habitantes ni siquiera tiene un triste cine. Incluso cerraron la única sala dedicada a realizar conciertos, donde podían actuar muchos grupos locales y tener así una pequeña oportunidad de darse a conocer. Cerraron la sala por no estar bien insonorizada ¡estando en medio de un polígono industrial! Las inquietudes musicales salen caras, no tienes donde tocar y el alquiler de un local de ensayo ronda los 300 euros al mes, poco asequible para un grupo de jóvenes estudiantes. Y la oferta cultural municipal es también prácticamente nula, porque organizar de cuando en cuando un cursillo de macramé y los fuegos artificiales en las fiestas patronales no es suficiente.

En definitiva, que como ocio en Móstoles nos queda ir a los bares donde, por cierto, podría pasarse la BESCAM a evitar que envenenen al personal cada fin de semana con sus garrafones.

¿Quién tiene la culpa? Pues los dirigentes del PSOE e IU, que con sus anteriores gobiernos municipales sentaron las bases para que ganara el PP las últimas elecciones municipales debido al aumento de la abstención (que no se produjo en las autonómicas, donde en Móstoles ganó la izquierda). Normal, es lo que suele ocurrir cuando la izquierda gobierna como si fuera la derecha.

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