Entre el 1 y el 4 de junio se ha desarrollado el 39º Congreso Confederal de UGT. Hasta poco antes de su celebración parecía que iba a ser una balsa de aceite, pero, aunque no ha habido una explosión, sí que ha sido un Congreso marcado por dos temas pEntre el 1 y el 4 de junio se ha desarrollado el 39º Congreso Confederal de UGT. Hasta poco antes de su celebración parecía que iba a ser una balsa de aceite, pero, aunque no ha habido una explosión, sí que ha sido un Congreso marcado por dos temas principales: la marcha del secretario de Organización, Alberto Pérez, y la petición de Zapatero en su discurso al Congreso de que UGT aceptase más recortes en las pensiones para garantizar la viabilidad del sistema en el 2020.

La marcha de Alberto Pérez, que estaba en la Ejecutiva desde 1994, ha significado que una serie de Uniones (Madrid, Euskadi, Baleares, etc.) y Federaciones (Metal...) hayan pedido explicaciones sobre su marcha. Alberto Pérez se ha ido criticando a Cándido Méndez por su presidencialismo, por no contar muchas veces con la Ejecutiva, no ser más autónomo del gobierno del PSOE, etc. Es decir, críticas por la izquierda, aunque no podemos hablar de un sector crítico cristalizado.

El segundo tema, y más importante, que ha marcado el Congreso ha sido la petición de Zapatero de que los sindicatos colaborasen en la reforma de las pensiones. El Congreso de UGT aprobó una enmienda de Madrid en la que se plantea que el sindicato no va a aceptar un incremento de los años de cotización para el cálculo de las pensiones. La lucha para que no se recorten las pensiones va a ser dura, ya que la burguesía quiere ser la que controle los miles de millones de euros que suponen las cotizaciones de los trabajadores y por eso todas las presiones de la OCDE, el FMI, etc. van en el sentido de que se privaticen las pensiones. Es positivo que UGT tenga una postura clara en contra de esta pretensión de la burguesía.

Igual que en el tema de las pensiones debe ser la actitud de UGT en las otras cuestiones que afectan a los trabajadores: lucha contra la precariedad, contra los accidentes laborales, contra el fraude en la contratación, por la defensa del poder adquisitivo de los salarios, la reducción de la jornada, el incremento de la protección por desempleo, etc.

Todos estos temas han sido recogidos en las resoluciones del Congreso, pero no basta recogerlos. Hay que luchar por ellos. Una de las medidas que se plantea llevar a las mesas de diálogo social es mejorar la situación de los trabajadores afectados por empresas insolventes. Desde El Militante avisamos que no luchar contra la Ley Concursal iba a provocar que muchos trabajadores, que se veían en la calle y podían agarrarse a poder cobrar algo con la venta de los activos de la empresa, con la nueva ley no podrían hacerlo. Ahora, dialogando, va ser más difícil de conseguir.

Cándido Méndez decía en el discurso de clausura del Congreso que ahora había que llegar a todos los trabajadores para explicarles lo que UGT va a defender. Hay propuestas positivas pero insuficientes. La burguesía no va a hacer ninguna concesión que suponga disminuir sus beneficios. Por ello UGT tiene que explicar hasta dónde está dispuesta a llegar para conseguir sus propuestas. Si sólo quiere negociar, los trabajadores desconfiarán. Si está dispuesta a luchar por conseguir lo que han aprobado, la confianza aumentará.

Miguel Mitxitorena

FeS-UGT · Madrid

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