La antigua empresa de cremalleras Areitio, situada anteriormente en la calle Felicias Olave, con más de 40 años de implantación en Vitoria y actualmente propiedad de la multinacional alemana Eclair Prym, ha planteado a sus trabajadores el cierre deLa antigua empresa de cremalleras Areitio, situada anteriormente en la calle Felicias Olave, con más de 40 años de implantación en Vitoria y actualmente propiedad de la multinacional alemana Eclair Prym, ha planteado a sus trabajadores el cierre definitivo de la empresa, porque, según la multinacional, no les resulta rentable. El planteamiento que se les ha dado a los trabajadores es que una empresa con pérdidas no puede ser mantenida por el empresario que lo único que espera es sacar beneficios.

Los trabajadores y sus representantes ELA, UGT y USO han planteado la defensa de los puestos de trabajo y han exigido a la empresa su continuidad, además de convocar movilizaciones indicando a las instituciones la necesidad de exigir el mantenimiento de los puestos de trabajo.

Se están organizando concentraciones los días 16, 21 y 23 de junio frente a la Delegación de Trabajo, Industria y trabajo del Gobierno Vasco y Diputación, al mismo tiempo se mantiene una entrevista con las diferentes instituciones para exigirles que cuando las empresas se implantan en el territorio se les da facilidades, subvenciones etc... que posteriormente se les exija del mismo modo la creación de empleo y el mantenimiento del mismo, y no que hagan la vista gorda ante el cierre y la desaparición de la empresa dejando en la calle a el total de la plantilla.

Si hacemos historia de esta empresa y sus trabajadores (82 actualmente) con una media de edad de más de 50 años y además con el 65% de personal femenino, vemos que partimos de una empresa que tenia unos 750 trabajadores, que se dedicaba principalmente a la producción de cremalleras y que ha sido reconvertida una y otra vez por medio de expedientes, reducciones de salarios y empleos y pérdida de derechos de los propios trabajadores solo por mantener la continuidad de la empresa.

Mientras, los empresarios que han comprado sucesivamente la empresa planteando que la iban a relanzar e invertir en ella y en su producto, cremalleras, Bonduell multinacional belga en el año 1.996 y Eclair Prym en el año 1998, no han hecho ningún tipo de inversión tecnológica o económica, manteniendo la producción en base a la experiencia de los propios trabajadores teniendo en cuenta que se lleva trabajando con una antigüedad de 30 años como mínimo.

Mientras, el patrimonio de la empresa ha ido reduciéndose, los terrenos que tenía en Felicias Olave se vendieron para pagar deudas con Seguridad Social y Diputación y en cambio a los trabajadores se les planteó una reducción de salario si querían que el nuevo comprador Bonduell la comprara ... desde luego para relanzarla.

La empresa trasladó su fabrica a la calle Barrachi, donde quedaron 110 trabajadores (un colectivo de 30 trabajadores, dedicados a la fabricación de cinta pasaron a formar parte de la plantilla de otra empresa) teniendo en cuenta que las instalaciones y el terreno ocupado por la fábrica era propiedad de la misma, aunque para mantener los pabellones la empresa recibió una subvención que se fue pagando por medio de leasing con fecha tope del 2007. En 1998 Bonduell vende la empresa a Eclair Prym multinacional alemana, la situación económica de la empresa sigue arrojando pérdidas, pero se vuelve a plantear la posibilidad de relanzarla teniendo en cuenta además los bajos salarios de los trabajadores.

Desde 1998 hasta 2005 no ha habido por parte de la multinacional una inversión económica que justificara de alguna manera las esperanzas planteadas por la propia empresa en el producto adquirido y la situación económica sigue arrojando pérdidas, pero en 2003 la empresa decide que va a pagar la parte de deuda pendiente de los pabellones hasta 2007, y que se estaba pagando por medio del leasing, y poco después hay una opción de compra por los terrenos ocupados por la fábrica que se pagan en 3 plazos dándose el último pago en diciembre del 2004.

Al mismo tiempo se expone a los trabajadores la necesidad de que la empresa se traslade a unos pabellones de alquiler en 2004 cosa que se realiza para diciembre de ese año. Ahora en mayo de 2005 se plantea el cierre total de la empresa porque no se le ve viabilidad.

La empresa sigue diciendo que en realidad se ha hecho un sacrificio por su parte, dado que compró la empresa en crisis y la ha mantenido hasta ahora con innumerables pérdidas. Pero si valoramos seriamente lo ocurrido estos años, vemos que por parte de la empresa no ha habido ningún tipo de inversión económica, pero por parte de los trabajadores sí ha habido grandes sacrificios como la rebaja de salario entre un 15% a un 25% por el mantenimiento de sus puestos de trabajo. Su poder adquisitivo se ha ido reduciendo pero a la hora de financiarse por medio del patrimonio de la empresa es la propia multinacional la que se queda con el terreno, lo vende y paga las deudas que había ocasionado con la propia multinacional o empresas del grupo, pero sin invertir nada en el producto que había adquirido y en el que decía pretender relanzar. Y en cambio los trabajadores son los que se ven en la calle, sin futuro, con una edad muy alta (60% mayores de 53 años y el resto mayores de 45) y con muchos problemas de recolocación.

Los empresarios justifican la pérdida de puestos de trabajo planteando la falta de beneficios productivos (cuando no han hecho nada por conseguirlos) y hacen una oferta de indemnización para el despido cuantificada en 1 o 2 años de trabajo que para este colectivo de trabajadores no les soluciona el problema dado que la mayoría están fuera del mercado laboral. Cuando en realidad se les tenía que exigir el mantenimiento de los puestos de trabajo y no sólo el mantenimiento sino la creación de nuevos puestos dado que los empresarios se aprovechan de las ayudas sociales a las empresas para luego especular con ellas y sacar beneficios pero no en torno a las inversiones productivas ni a la creación de puestos de trabajo.

La representantes de los trabajadores ELA, UGT y USO han planteado la necesidad de mantener los puestos de trabajo, y si fuera factible la posibilidad de un comprador, aunque no se confía demasiado en ello dado que la multinacional sigue manteniendo la producción de cremalleras en otros países y no aceptaría un competidor que se adjudicara su parte de mercado.

Y por último en cuanto a la valoración o cuantía económica (los sindicatos han planteado 60 días por año trabajado sin tope) pero... ¿qué valor económico se le da a toda una vida de trabajo? El medio de vida, (este colectivo tiene de 30 a 40 años de antigüedad), familias enteras dependen de ello, no puede tener una cuantía económica porque no habría cantidad suficiente para pagar toda una vida luchando por mantener el poder adquisitivo, las condiciones laborales, los derechos de los trabajadores en definitiva el derecho a un trabajo y a una vida digna.

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