El último fin de semana de mayo, parecía que ni encargado; cartelazo: Sistem of a Down, Slayer, Nightwish, Caliban y un largo etcétera; y si hiciéramos caso a lo que la organización anunciaba en los folletos y la página web oficial: amplios aparcamieEl último fin de semana de mayo, parecía que ni encargado; cartelazo: Sistem of a Down, Slayer, Nightwish, Caliban y un largo etcétera; y si hiciéramos caso a lo que la organización anunciaba en los folletos y la página web oficial: amplios aparcamientos, zonas verdes, una bien organizada zona de acampada... Prometían algo bien organizado acorde con los precios: 60 euros por un día y poco menos de 90 euros por el abono de los dos días.

Cuál fue nuestra decepción cuando, una a una, todas las promesas se van viendo truncadas —nada que recriminar a los músicos, que cumplieron con su parte—. El amplio aparcamiento desapareció y la única alternativa era un polígono industrial que rápidamente quedó acotado para vehículos acreditados, el transporte público tampoco era una alternativa viable, además de insuficiente no había buena combinación. ¿La zona de acampada? No había nadie de la organización, con lo cual cada uno se buscó la vida como pudo, no había parcelas, ni pasillos. La zona de cocina anunciada tampoco existía, lo que sí había eran 26 duchas, 4 grifos y 20 baños para 25.000 personas, ¡tocábamos a dos minutos por persona de ducha al día! El equipo de limpieza era totalmente insuficiente. El supermercado que prometían se había convertido en un pequeño chiringuito donde una barra de pan costaba ¡¡dos euros!!

En la zona de concierto continúa el desaguisado: 36 baños para 40.000 espectadores. No te dejan pasar botellas de agua con el tapón puesto —no vaya a convertirse en un arma arrojadiza—; por supuesto, las que se vendían dentro iban con el mismo tapón y, ni qué decir de la facilidad de conseguir piedras como puños en aquel erial.

Seguían cambiando euros en la moneda interna del Festimad cuando ya no había puestos abiertos, además no hacen el cambio inverso para recuperar tu dinero (imaginaos lo que puede suponer la calderilla de 40.000 personas sólo con que a cada uno le sobre un euro). A todo esto hay que añadir la inmensa polvareda que había, para hacerse una idea, al segundo día te encontrabas gente haciendo el agosto vendiendo mascarillas de obra por el Festimad.

En la noche del 28 de mayo a eso de la 1:30h. suspenden las actuaciones durante cuatro horas sin que nadie diera una explicación. Posteriormente supimos que el escenario estaba mal montado y se podía venir abajo por culpa de las rachas de aire. Esto sumado a todo lo anterior hizo que un pequeño sector del público tomara como propia la consigna: “El rock no es violencia hasta que se nos acaba la paciencia”, arrasando algunas casetas de la organización y de algún patrocinador. Esto fue lo único que mostraron la prensa y las televisiones sin mencionar ninguno de los incumplimientos de la organización. A los empresarios ya sean de un pequeño taller, una gran multinacional o del espectáculo no les suele importar nada, ni nadie, tan sólo sus beneficios, olvidándose de todo lo demás.

Ton y Paco

Asturias

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