El pasado mes de mayo se firmó el convenio de metro de Madrid y parece que a los trabajadores de Metro también les está llegando la hora de sufrir el recorte de derechos que el resto de los obreros de todos los sectores. El pasado mes de mayo se firmó el convenio de metro de Madrid y parece que a los trabajadores de Metro también les está llegando la hora de sufrir el recorte de derechos que el resto de los obreros de todos los sectores.

Digo que ha llegado la hora porque en este convenio se recogen una gran parte de puntos que pedía la empresa en su plataforma: introducir en la línea 3 el método organizativo de Metrosur, con la pérdida de puestos de trabajo que esto conlleva; la creación nuevas categorías y desaparición de otras, consiguiendo así más flexibilización en los puestos de trabajo y en las labores a realizar y un largo etcétera que van allanando el camino para desmontar las aceptables condiciones de trabajo que todavía disfrutamos y facilitar así el empeño de ir privatizando la red de Metro.

Todas estas medidas antes mencionadas ¿a cambio de qué? De una subida salarial del 2,45%, aproximadamente un euro de propina por día trabajado. No se ha recogido apenas ningún punto de la plataforma que se presentó por parte de los trabajadores; ni reducción de jornada, ni que el convenio tuviera dos años de vigencia (se ha firmado por cuatro años), ni subida salarial acorde con el coste de la vida, etc.

Por un sindicalismo combativo

y democrático

A parte de que el convenio sea mejor o peor, hay otra cuestión muy importante a destacar, la manera en como se ha llevado la negociación por parte de la mayoría sindical.

Después de seis meses y diez reuniones con la empresa, no se llegaba a ningún acuerdo. En asamblea general se acuerda que, ya que la postura de la empresa era la de no ceder, había que presionarla convocando paros. Las condiciones eran muy favorables. Los compañeros de la EMT (autobuses urbanos) estaban en la misma situación, Madrid estaba (y está) lleno de obras y el COI estaba a punto de visitar la ciudad con motivo de las Olimpiadas de 2012. Acciones decididas nos hubieran puesto en una posición de fuerza con respecto a la empresa.

En esta situación se convoca una tercera, y última, asamblea general donde se nos presenta un pre-acuerdo, que los sindicatos han alcanzado con la empresa la noche anterior, que no recoge nada de nuestras demandas. Se dijo que era una buena base para la negociación y se planteó la desconvocatoria de los paros. Estas propuestas fueron aprobadas por la asamblea por una diferencia de sesenta votos de un total de 400 asistentes.

A partir de aquí los sindicatos pusieron en marcha toda su maquinaria para desmovilizar y desmotivar a los trabajadores, ahogando cualquier iniciativa que sugiriera cualquier tipo de presión para ganar puntos en este pre-acuerdo. Lejos de esto se fueron añadiendo puntos como el de la contratación indefinida a tiempo parcial, otro punto que nos han colado por la cara, olvidando a la vez la plataforma de los trabajadores.

Con estos precedentes convocaron un referéndum sin tiempo suficiente para que los trabajadores pudiéramos debatir ese pre-acuerdo con los añadidos de última hora.

En el referéndum salió si con un 60% de participación y un 60% de votos afirmativos.

Este episodio pone nuevamente en primer plano la cuestión de qué sindicato queremos.

De aquí a marzo del año que viene se realizará el congreso de CCOO de Metro de Madrid, los afiliados enmarcados dentro del sector crítico del sindicato presentaremos una lista alternativa con el objetivo de dar un vuelco decisivo a la línea sindical de nuestra sección y recuperarla para un sindicalismo democrático y combativo. Os animamos a que participéis en el proceso precongresal. Entre todos podremos recuperar nuestro sindicato como una herramienta eficaz para defender nuestros intereses.

Oscar Hidalgo

Afiliado a CCOO de Metro de Madrid

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