Entre el 7 y el 15 de agosto se celebró el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Venezuela. Cerca de 20.000 jóvenes participamos en el evento. Las delegaciones más numerosas tras la venezolana fueron la cubana y la colombiana, precisamEntre el 7 y el 15 de agosto se celebró el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Venezuela. Cerca de 20.000 jóvenes participamos en el evento. Las delegaciones más numerosas tras la venezolana fueron la cubana y la colombiana, precisamente los dos países donde el gobierno revolucionario de Chávez ha despertado más simpatías. Pero hubo jóvenes de prácticamente todos los países: Angola, India, Vietnam, Australia, EEUU, Brasil, Portugal, Rusia, Suecia, Argelia..., y un largo etcétera.

Éste ha sido el primer festival en el que la Corriente Marxista Internacional, en la que está integrada la Corriente Marxista de El Militante, ha podido participar de forma contundente. La diferencia fundamental con otras ediciones es que ésta se ha celebrado en un país en revolución, como es Venezuela, donde además nuestro camarada Alan Woods goza de un gran prestigio y la campaña internacional Manos Fuera de Venezuela es seguida con mucha simpatía por cientos de revolucionarios venezolanos.

El compañero Alan Woods, invitado por el propio gobierno bolivariano, fue uno de los ponentes del acto contra el imperialismo y el militarismo celebrado en el Fuerte Tiuna. Al mismo acudieron alrededor de 1.000 revolucionarios. Posteriormente fue uno de los jueces del Tribunal Antiimperialista. Otro compañero de la Corriente, Emmanuel Tomaselli de Austria, fue también ponente en un taller sobre la situación política en Austria. Los demás compañeros participamos en distintos debates del Festival: sobre democracia y revolución, sobre el papel del movimiento obrero, la liberación de la mujer... En todo el Festival la corriente contó con un stand con material político y, además, el Sindicato de Estudiantes cedió parte de su propio stand para difundir la campaña Manos Fuera de Venezuela. Durante la semana pudimos entrar en contacto con cientos de camaradas, la mayoría de la propia Venezuela, pero también de muchos otros países: Colombia, EEUU, Puerto Rico, Paraguay..., que buscaban las ideas del marxismo. Finalizado el Festival, aún pudimos celebrar un encuentro de jóvenes revolucionarios con Alan Woods para lanzar la Juventud Socialista Revolucionaria y un debate con representantes de la Alcaldía Metropolitana de Caracas y otros cuatro actos públicos en Barquisimeto, dos con Woods, otro con el compañero marxista Adrián Alvarado del Comité en Defensa de la Escuela Pública de México y otro con los marxistas del Sindicato de Estudiantes. También pudimos participar en uno de los programas de televisión más seguido en Venezuela, En confianza, que se emite en el canal del gobierno, donde explicamos para miles de revolucionarios la necesidad de organizarnos internacionalmente.

El Festival ha sido una ocasión excelente para profundizar en el debate de cómo construir el socialismo del siglo XXI en Venezuela que abrió el propio presidente Chávez. En este debate la Corriente Marxista tiene mucho que aportar.

El ala reformista del movimiento bolivariano está planteando abiertamente la inviabilidad del socialismo actualmente. Así, por ejemplo, el intelectual alemán Heinz Dieterich planteó, en uno de los actos más concurridos del Festival, que la revolución venezolana se encuentra en una etapa de “revolución democrático-burguesa”, que no se puede construir el socialismo sin las “matrices de Leontief” y la “economía digitalizada” y por tanto el gobierno tenía que limitarse a una política de “capitalismo desarrollista” usando el petróleo. El objetivo de su intervención fue, por una parte, demostrar al auditorio que el socialismo es muy aburrido y que su comprensión está fuera del alcance del pueblo llano y, de paso, echar jarros de agua fría al movimiento.

Tuvo que ser el propio presidente Chávez quien respondiera a este intelectual explicando una idea básica del marxismo: “socialismo o barbarie” y advirtiendo que, mientras Marx pudo ver el socialismo como algo de un lejano futuro, si no resolvemos en breve el debate mundial de socialismo o capitalismo, el futuro será la barbarie (casi profetizando el desastre del Katrina). Y también un aviso para los que tratan de dilatar el proceso: no podemos perder años y años debatiendo sobre el socialismo... hay que actuar. Chávez citó a Trotsky para explicar cómo el látigo de la contrarrevolución impulsó la revolución, haciendo referencia al golpe y al paro petrolero. También agradeció públicamente el esfuerzo de Alan Woods por mantener las ideas del marxismo vigentes.

Y es que ésta va a ser la batalla que se va a desarrollar en el seno del movimiento bolivariano en el próximo período: la lucha entre el ala revolucionaria y el ala reformista, donde también se están encuadrando los burócratas procedentes de la IV República (escuálida), que hacen lo posible por frenar el proceso, y los arribistas. Los escuálidos están débiles y divididos y el imperialismo no puede ahora mismo intervenir directamente en Venezuela. Necesariamente se apoyarán en este enemigo interno de la revolución. Esta lucha decisiva ya se percibe entre las masas. Así, la población y el propio Chávez tienen muchas críticas contra la burocracia de los partidos oficiales y del Estado. Aún los soportan porque había que derrotar definitivamente a los escuálidos, y eran los candidatos “oficiales” en los diferentes procesos electorales, pero esto pronto cambiará. Las luchas obreras están incrementándose, las expropiaciones de Invepal e Inveval marcan el camino y cada vez sectores más importantes cuestionan a la burocracia y buscan ideas marxistas para construir el “socialismo del siglo XXI”.

Con esta expresión, Chávez no inventaba nada nuevo sino el socialismo genuino, pero aprendiendo de los errores de la etapa estalinista de la URSS, de la deformación burocrática del Estado obrero de Lenin y Trotsky. En ese sentido nuestras propuestas pasan por tres ejes:

1. La expropiación total de las palancas fundamentales de la economía (la banca, las grandes empresas y la tierra), que aún están en manos de la burguesía, para poder planificar democráticamente la economía y poder cubrir las necesidades sociales.

2. Sustituir el Estado burocrático heredado de la IV República burguesa por un genuino Estado obrero, conformado por la coordinación de asambleas de trabajadores de fábrica y de barrio donde se cumplan las cuatro condiciones explicadas por Lenin en su libro El Estado y la Revolución (revocabilidad, salarios obreros, pueblo en armas y rotatividad). Sólo un Estado obrero formado por sóviets, consejos o asambleas obreras puede dar una salida a la lucha por la democracia participativa y protagónica y contra la burocracia.

3. Extender la revolución, a través, primero, de una Federación Socialista de Cuba y Venezuela y posteriormente de toda América Latina, para cumplir el sueño de Bolívar y avanzar hacia la derrota definitiva del imperialismo.

Lo cierto es que este programa es el que el pueblo revolucionario busca instintivamente, por eso la tarea fundamental pasa por organizar a ese ala revolucionaria en torno a este programa y disputar la dirección del movimiento bolivariano a la burocracia reformista.

El acto en la Alcaldía Metropolitana, con Alan Woods y dos representantes de la Alcaldía, condensó esta futura confrontación. Ellos veían el socialismo no como una tarea del siglo XXI, sino como una tarea para el siglo XXIII o XXIV... “poco a poco” “¿Acaso los sóviets nacieron de la noche a la mañana?” preguntaban, insinuando una respuesta negativa. “¡Sí!” respondió contundentemente Alan. Ellos, entonces, explicaban: “sólo cuando eduquemos a toda la población en lo que es el socialismo podremos romper con el capitalismo”. Resulta curiosa tal afirmación cuando centenares de miles de venezolanos trabajan de sol a sol, únicamente para poder sobrevivir, y necesitan que la revolución rompa sus cadenas para poder formarse como personas plenas... Los reformistas nunca ven la revolución como una tarea para hoy. El problema es que, dilatando las medidas revolucionarias que el gobierno tiene que tomar, a medio plazo sólo se conseguirá desilusionar a un sector del pueblo e impacientar a otro sector que inevitablemente buscará atajos.

Por eso el debate sobre el socialismo del siglo XXI se tiene que concretar cuanto antes. La correlación de fuerzas es muy favorable. Los marxistas y revolucionarios tenemos que oponer al programa político del reformismo y la burocracia el programa político del marxismo revolucionario. Los compañeros de la Corriente Marxista Internacional en Venezuela, la CMR y los jóvenes de la JSR, están metidos hasta el cuello en esa tarea que determinará el futuro de todo el mundo. Fuera de Venezuela, y la mejor manera de ayudar a la revolución en Venezuela, tenemos que fortalecer la Corriente Marxista Internacional para estar preparados ante los acontecimientos revolucionarios que también se desarrollarán en el resto del mundo.

Juanjo López

Secretario general del

Sindicato de Estudiantes

Delegado al Festival Mundial

de la Juventud en representación del Estado español

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas