En el Estado español el gasto educativo desde primaria a universidad es de 4.900 euros, lejos de los 6.100 de media de la OCDE. El porcentaje del PIB dedicado a Educación es un 4,6%, lejos del 6% de media de los países de la OCDE. Y si nos referimosEn el Estado español el gasto educativo desde primaria a universidad es de 4.900 euros, lejos de los 6.100 de media de la OCDE. El porcentaje del PIB dedicado a Educación es un 4,6%, lejos del 6% de media de los países de la OCDE. Y si nos referimos a becas a universitarios, mientras el 8% del total del gasto educativo público se dedica a becas, en la OCDE es casi el doble, un 17%. Es evidente que hace falta un incremento drástico de becas, y aunque las 40.000 que ha anunciado Zapatero son un paso hacia delante, es insuficiente.

La cuestión también es ver si se está siguiendo el camino para solucionar los problemas y la falta de inversión en la Universidad. Por desgracia, la respuesta es no. Cuando el PP aprobó la LOU desde el Sindicato de Estudiantes denunciamos que esta ley solo servía para elitizar y privatizar los estudios superiores y poner la universidad a disposición de los empresarios, que serían los que realmente decidiesen qué carreras existirían y qué investigaciones se harían. La burguesía no está dispuesta a seguir dedicando dinero a la educación cuando no necesita más universitarios, sino que quiere mano de obra semicualificada. Ese hecho lo demuestran las cifras del último estudio de la OCDE. El Estado español es el único país donde los estudiantes no incrementan sus posibilidades de encontrar trabajo cuando están en posesión de un título universitario. Pero en lugar de explicar que estos datos están relacionados con el precario mercado laboral al que nos enfrentamos los jóvenes en este país, el jefe de la división de análisis de Educación de esta organización lo achaca a “la masificación que existe en las universidades españolas”. Es decir, una vez más, la culpa es de los estudiantes.

Reconversión universitaria

en toda Europa

Pero aunque en el Estado español la situación sea más grave, es en toda Europa donde se quiere llevar adelante el plan de elitizar la universidad. De hecho la LOU tiene el mismo trasfondo que los Acuerdos de Bolonia que son, ni más ni menos, que una verdadera reconversión de la universidad. Eso sí, bajo la sacrosanta mirada de la Unión Europea, bajo cuyo pretexto parece que todo vale.

Pero lo importante de esto es la respuesta que podamos organizar. Catedráticos, profesores titulares, contratados, investigadores y becarios de investigación de casi todas las disciplinas y universidades españolas, la mayoría públicas, ya se han adherido al manifiesto “¿Qué educación superior europea?”. En ese escrito expresan sus preocupaciones sobre el Plan Bolonia, temen que la universidad se ponga al servicio de la empresa y que se atienda únicamente a la formación de los profesionales solicitados por las compañías, que se acentúen las diferencias sociales en el acceso a la universidad, la falta de financiación, la gestión de la universidad y también los cambios en las titulaciones, otro de los caballos de batalla.

De hecho, antes del verano hubo varias movilizaciones de los alumnos de Historia del Arte, Humanidades y filologías en contra de la desaparición de sus titulaciones en el nuevo catálogo de carreras. Es curioso que sean las carreras que menos interesan a los empresarios las que primero se planteen que desaparezcan.

Finalmente el ministerio ha retrocedido en esta medida y aunque no ha querido reconocer que ha sido gracias a la presión de las movilizaciones por lo que ha dado marcha atrás, para que no cunda el ejemplo en otras carreras, es evidente que ha tenido mucho que ver.

Zapatero tiene que tomar nota de nuestras reivindicaciones, y si realmente quiere una educación pública de calidad tiene que derogar la LOU y no aceptar los planes de Bolonia. La jornada de lucha del día 8 de noviembre convocado por el Sindicato de Estudiantes en la universidad, confluyendo con la huelga general en los institutos, debe ser un paso importante en ese objetivo.

Araceli del Rincón

(Sindicato de Estudiantes - Madrid)

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