Somos miles los trabajadores y familias a los que mantiene el sector turístico de forma directa o indirecta en Baleares. Los hoteleros y sus compinches de la burguesía balear pretenden desmantelar el sector reduciendo el número de plazas hoteleras ySomos miles los trabajadores y familias a los que mantiene el sector turístico de forma directa o indirecta en Baleares. Los hoteleros y sus compinches de la burguesía balear pretenden desmantelar el sector reduciendo el número de plazas hoteleras y el número de turistas, sin reducir sus beneficios sino el número de trabajadores empleados y nuestras condiciones de vida, enviando miles de familias obreras a la miseria y al resto al empleo precario.

La crisis de la hostelería afecta al conjunto de sectores, ya que la mayor fuente de ingresos de Baleares, proviene del turismo, por lo tanto la crisis no es sólo de los trabajadores de la hostelería, es una crisis del conjunto de la clase trabajadora.

El conflicto de los trabajadores de la hostelería, es exactamente el mismo que el que están viviendo los compañeros que luchan por mantener los puestos de trabajo en los astilleros de IZAR o en El Caserío-Kraft de Menorca o de Majórica de Manacor, es una lucha de clases entre dos bandos con intereses contrapuestos y enfrentados históricamente. Si dejamos que ganen esta batalla perdemos nosotros, porque perdemos nuestra única fuente de ingresos, nuestro trabajo.

La crisis de la hostelería en Baleares es un episodio más de la crisis del capitalismo a nivel mundial. La pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores alemanes o ingleses hace que estos se piensen dos veces el hacer las maletas y venirse de vacaciones y, de hacerlo, lo hacen con los bolsillos vacíos y para olvidarse de sus problemas y frustraciones cotidianas a base del alcohol barato “del todo incluido”.

No es cierto que se esté reduciendo el número de turistas ni el nivel de ingresos de los hoteleros, ya que está habiendo una media del 95% de ocupación hotelera, la más alta desde 2001, consiguiéndose además ligeras muestras de que el turismo no esta estacionado, por lo que se prevé un buen mes de octubre para el conjunto del sector.

Tenemos que hacer un análisis más profundo acerca de la crisis del capitalismo en los países de origen de los turistas y que afecta a la economía doméstica de esos trabajadores que vienen de turismo a nuestras costas. Eso por un lado, y por otro la avaricia sin fin del capitalismo en nuestras islas que sólo piensa en el enriquecimiento personal de los hoteleros, que no dudan en trasladar los hoteles a otras costas con una mano de obra más barata y con unos paisajes aún vírgenes. Han esquilmado durante años nuestras costas y nuestra salud y en lugar de reinvertir en mejorar las instalaciones, de mantener el paisaje y de dignificar las condiciones de vida de sus empleados, cogen sus bártulos y se van sin mirar atrás, sin remordimiento ni rubor.

La única forma de acabar con esta explotación que nos afecta a todos, trabajadores de todos los sectores, turistas, paisaje... es la unión de los trabajadores en esta lucha; tomar como modelo de lucha la llevada a cabo por los compañeros en todas partes de España y trasladar las reivindicaciones al conjunto de los trabajadores que tarde o temprano se verán afectados por la crisis del capitalismo.

El único camino pasa por hacer un llamamiento al conjunto de los trabajadores de Baleares y convocar una huelga general que se haga eco de la crisis del sector y se solidarice con el mismo con el objeto de salvar nuestros puestos de trabajo.

Debemos seguir manifestándonos hasta conseguir salvar el sector y con él toda la economía balear, obligando a los hoteleros a reinvertir los beneficios obtenidos durante todos estos años de explotación, en Baleares, modernizando las instalaciones hoteleras, manteniendo y recuperando el entorno natural y mejorando las condiciones laborales, salariales, contractuales, etc... de todos los trabajadores, garantizando así un servicio de calidad a los turistas.

Nunca hemos de olvidar que la mayoría de los turistas son nuestros hermanos de clases, trabajadores al fin y al cabo que sólo vienen a descansar y olvidarse durante unos días de su trabajo diario, por lo que también merecen un trato digno.

Lola Gómez y Pep Roig

Mallorca

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