El pasado diciembre fuí despedida de mi trabajo de monitora del comedor del CEIP Perú, que está subcontratado por la empresa TUTI Servicios Pedagógicos y Sociales SL. Esta escuela pública de primaria acoge a una gran cantidad de niños y niñas con todEl pasado diciembre fuí despedida de mi trabajo de monitora del comedor del CEIP Perú, que está subcontratado por la empresa TUTI Servicios Pedagógicos y Sociales SL. Esta escuela pública de primaria acoge a una gran cantidad de niños y niñas con toda la gran gama de problemas de tipo social que nos podamos imaginar.

Un comentario sobre la precaria situación en la que se encuentra el centro, y en concreto de lo excesivo de un castigo a un niño de siete años, ha sido lo que en realidad ha desencadenado el despido.

A pesar de que la mayoría de los maestros, con vocación, método y muchos años de experiencia a sus espaldas, tratan de dar lo mejor cada día para la educación de estos niños, ésto es absolutamente insuficiente ya que se ven desbordados ante el enorme volumen de niños a los que atender de manera especializada.

El actual sistema educativo no garantiza en realidad las mismas posibilidades para todos, sino que condena y discrimina a los hijos de los trabajadores y de una manera descarada a los hijos de los trabajadores inmigrantes creando guetos en los que hacinarlos, mientras quien pueda que se pague un colegio de pago. El caso del CEIP Perú es una clara demostración de este hecho. Y esto es el producto de la política de la derecha cuando estuvieron en el gobierno central y en la Generalitat de Catalunya y que desde que ganó la izquierda aún no se le ha dado ninguna solución real.

Ante el despido, algunos trabajadores de TUTI hemos hecho varias cartas exigiendo mi readmisión sin recibir más respuesta por el momento que un indignante “quien os pensáis que sois” por parte del equipo directivo, el que exigió mi despido a la empresa del comedor. Este es un despido totalmente injusto que hay que enmarcar en la propia existencia de empresas privadas dentro de los centros públicos que contratan a jóvenes por salarios miserables para los comedores y que como en este caso te despiden cuando les viene en gana o cuando cuestionas el sistema educativo y tratas de luchar por mejorarlo.

La Generalitat de Catalunya, ahora gobernada por la izquierda debe cambiar esta situación. Es necesario la creación de equipos de trabajo estables de carácter público en los centros educativos para cubrir los comedores, dotados de la suficiente plantilla fija y con los recursos educativos necesarios.

E. Seit

Barcelona

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