Son aproximadamente las 5 de la tarde, y, circulando por la variante en dirección a La Felguera llaman la atención varias pancartas colocadas en la fachada de la empresa MENASA, en Lada, y una cifra, 67, los días de encierro que llevan en la misma vaSon aproximadamente las 5 de la tarde, y, circulando por la variante en dirección a La Felguera llaman la atención varias pancartas colocadas en la fachada de la empresa MENASA, en Lada, y una cifra, 67, los días de encierro que llevan en la misma varios de sus trabajadores. Cuando franqueamos el portón de la empresa nos reciben algunos de ellos sentados a la puerta de las oficinas.

Les preguntamos por los avances en la negociación. Nadie sabe nada. Entre irónicos y cabreados, nos explican que lo único que les han dicho es que ha habido conversaciones entre el actual propietario, el consejero de industria y unos empresarios que pudieran estar interesados en comprar la empresa pero que, por algún motivo, las “conversaciones deben llevarse con el máximo secreto, por lo que ni sabemos quién quiere comprar la empresa, ni para qué, ni si se respeta la plantilla y las condiciones… no sabemos nada”.

Los trabajadores lo tienen claro, su reivindicación es bien sencilla: el mantenimiento de la actividad, que se garanticen todos los puestos de trabajo y se respeten las condiciones laborales. Esto parece ser también lo que defienden los sindicatos en la mesa negociadora, “aunque, tampoco sabemos mucho por esa vía”, nos explican.

¿Dónde están los

representantes sindicales?

De hecho, el recelo a lo que las direcciones sindicales puedan finalmente firmar está presente durante toda la conversación, aunque son rotundos: “el acuerdo final tiene que pasar por que lo aprobemos nosotros”. La asamblea de trabajadores se reúne dos veces por semana, y allí se discuten las acciones de protesta: cortes de carretera, concentraciones, una marcha a pie hasta Oviedo… a demás el Colectivo de Mujeres organiza los miércoles una manifestación en La Felguera, donde además se recaudan fondos para la caja de resistencia.

Llama la atención la ausencia de los representantes sindicales en estas movilizaciones, tanto del comité de empresa, como de las comarcales o de las federaciones. “Mi sindicato, UGT, está desligado totalmente, no sabemos nada de ellos, no sé el motivo, porque por más que les he pedido no me dan ninguna explicación. Ni siquiera admiten este encierro, pero sí que están en la mesa de negociación”… en cuanto a CCOO “la cosa está mas o menos igual, aunque la comarcal nos apoya más, la federación va a su bola y apoyando lo mínimo”. “Ahora parece que la comarcal de CCOO está estudiando convocar una manifestación, por el tema de MENASA y para pedir la reindustrialización de Langreo, pero bueno, eso está en estudio, UGT de momento no da contestación…”.

Fracaso de los planes

de reindustrialización

Es inevitable hacer balance de la reconversión que han sufrido las comarcas mineras, así como del futuro industrial de la comarca. De nuevo la amargura y la crítica. “¡Ah!, pero ¿hay futuro? ¿Tú conoces algún plan de reindustrialización? La política de reindustrialización fue coger el dinero y hacer carreteras”. “Y así nos luce el pelo, los talleres que hay por ahí son de cuatro obreros que no pueden moverse, porque si no a la puta calle”.

Ciertamente, esta política sindical ha tenido unos resultados desastrosos. El paro juvenil, entre los 18 y 29 años, ronda de nuevo el 40%, como en los peores momentos de los ochenta. Hay un rechazo generalizado a esta política y una crítica feroz a toda una capa de las direcciones sindicales: “Cómo quieren luego tener afiliación si el 80% son unos trepas y se rodean de más trepas, y al que vale y protesta no lo dejan subir”. “Ellos buscan mucha paz social, y eso va contra el obrero, si miraran más el interés del trabajador y defender el trabajo tendrían el triple de afiliación. Cuándo se vió que un sindicato de izquierdas firme la paz social con la derecha como hicieron con el gobierno del PP”.

Frente a este tipo de sindicalismo es necesario dar un giro de 180 grados. “Otro modelo: de lucha, si no me haces caso, te paro el país. Y a defender los puestos de trabajo y se acabó. Y fuera los contratos basura ¿por qué un chaval tiene que ganar la mitad y trabajar el doble?”.

“Y si hay que dar un puñetazo en la mesa, y romper la paz social, pues que se rompa”.

¡Por el mantenimiento de los

puestos de trabajo!

¡No al cierre de Menasa!

Mónica Iglesias

Afiliada de CCOO · Asturias

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