Las elecciones municipales del pasado 25 de mayo han tenido como resultado un aumento significativo del apoyo a las candidaturas de la izquierda. Más de 1.800.000 personas han dado su voto a las listas de PSC, ICV-EUiA* y ERC frente a los 1.149.000 v Las elecciones municipales del pasado 25 de mayo han tenido como resultado un aumento significativo del apoyo a las candidaturas de la izquierda. Más de 1.800.000 personas han dado su voto a las listas de PSC, ICV-EUiA* y ERC frente a los 1.149.000 votos obtenidos por CiU y PP. En términos porcentuales, la izquierda avanza en Catalunya siete puntos respecto a las elecciones de 1999, con un 57% de votos, mientras la derecha pierde dos puntos, quedándose con un 35,5%.

Donde más evidente se hace esa victoria es, por supuesto, en las ciudades del cinturón industrial de Barcelona, como L’Hospitalet o Badalona, donde la izquierda arrastra cerca del 70% de apoyo, o en los distritos obreros de la capital, con porcentajes similares. Pero incluso en barrios donde la composición social es fundamentalmente de clase media y trabajadores de cuello blanco, como es el caso de Gràcia o Sants, la lista más votada es la del PSC.

Estos resultados no hacen sino profundizar la crisis en la que está sumida CiU, que a duras penas ha podido conservar la alcaldía en Tarragona. Más de dos décadas de recortes sociales de la derecha nacionalista, unido al apoyo que ha brindado al PP en los últimos siete años, participando de toda su política de agresión social contra los trabajadores, hacen cada vez más cercana su derrota.

Pero quizá el dato más significativo de estas elecciones ha sido el importante aumento de ICV-EUiA y ERC, que, sobre todo en el caso de los primeros, se ha producido en detrimento del PSC. La política defendida por ICV no se ha diferenciado en los fundamental de lo que ha venido defendiendo la dirección de los socialistas catalanes. A pesar de ello, los resultados electorales en ciudades como Barcelona o Girona, donde el PSC pierde apoyo en favor de ICV-EUiA, revelan el deseo de miles de jóvenes y trabajadores de un claro giro político a la izquierda.

En cuanto al crecimiento de ERC, éste ha venido fundamentalmente del apoyo recibido de sectores de la juventud catalana que han visto en esta organización nacionalista una expresión electoral de izquierdas y de defensa de los derechos nacionales frente a la política reaccionaria de la derecha española. Pero a pesar de las características que tiene el voto a ERC, este partido jamás ha dudado en pactar con la derecha catalana cuando de conseguir cotas de poder se ha tratado. La realidad en decenas de municipios gobernados conjuntamente con CiU, el hecho de que en ciudades como Barcelona los regidores de ERC hayan sido los abanderados de la política de privatización de servicios municipales y la posición que mantienen sus máximos dirigentes, que no descartan un pacto de gobierno con CiU en el Parlament de Catalunya, deja claro que este formación nada tiene que ver con la defensa de los intereses de los trabajadores catalanes.

Las principales localidades catalanas van a ser gobernadas por la izquierda. Es necesario utilizar esta palanca para aplicar políticas en beneficio de los que lo han hecho posible, expropiando a las mafias inmobiliarias con la municipalización del suelo urbano (Barcelona es una de las ciudades más caras de Europa en materia de vivienda), aumentando de forma drástica los equipamientos en los barrios, incrementando los servicios sociales...

Esta victoria de la izquierda en las municipales allana el camino a un próximo triunfo en las elecciones autonómicas de octubre. Los dirigentes socialistas deben desterrar toda idea que pase por un posible acuerdo de gobierno con CiU. Precisamente, el camino que marcan los últimos resultados electorales y, especialmente, las masivas movilizaciones contra la derecha protagonizadas por millones de jóvenes y trabajadores en el último período es completamente opuesto a cualquier alianza con los partidos de la burguesía. Los dirigentes del PSC deben tomar buena nota de ello, apoyándose en la enorme fuerza de la clase obrera catalana para constituir un frente de clase sobre la base de la defensa de un genuino programa socialista.

*EUiA: Esquerra Unida i Alternativa, referente catalán de IU coaligado en estas elecciones con ICV.

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