Tras la ilegalización de la izquierda abertzale con la Ley de Partidos y la prohibición por el Tribunal Supremo de la llamada candidatura blanca Aukera Guztiak, alegando que es un “complemento y legitimador de ETA" ha surgido E.H.A.K., el Partido Tras la ilegalización de la izquierda abertzale con la Ley de Partidos y la prohibición por el Tribunal Supremo de la llamada candidatura blanca Aukera Guztiak, alegando que es un “complemento y legitimador de ETA" ha surgido E.H.A.K., el Partido Comunista de las Tierras Vascas, siglas que están recibiendo el apoyo y la simpatía de la izquierda abertzale y de todos aquellos sectores que están hartos de la política represiva del Partido Popular (que exige al PSOE que se ilegalicen a toda costa estas siglas) y también de quienes están hartos de una política de pactos y consensos con el PNV-EA que no conduce a ninguna parte.

Con su campaña mediática lo único que está logrando el PP atacando a EHAK es crear una alternativa a la que votar para dar un voto de castigo a la derecha al igual que ocurrió con ERC en Cataluña. Todos los medios de comunicación que informan sobre las elecciones vascas abren sus noticiarios un día sí y otro también con la ilegalización o no de esta candidatura lo que está promoviendo el apoyo para la misma de quienes están en contra del recorte drástico a los derechos democráticos de asociación, expresión, manifestación y huelga que se está produciendo bajo las presiones del Partido Popular.

EHAK tiene una oportunidad extraordinaria para reivindicar las ideas del marxismo-leninismo respecto a la cuestión nacional como es la defensa del derecho de autodeterminación para las nacionalidades históricas unido a la defensa de la unidad de la clase trabajadora por encima de fronteras nacionales para luchar por una sociedad socialista sin clases, opresión ni explotación.

El cinismo anti-comunista de Ibarretxe

Es cuanto menos gracioso ver a Ibarretxe reirse cínicamente de la presencia de una candidatura comunista en estas elecciones alegando que el comunismo es algo del pasado. Con su sonrisita burlona Ibarretxe trata de ocultar las "maravillas" que el capitalismo, incluido por supuesto el vasco, nos ofrece a la clase trabajadora en Euskal Herria y en todo el mundo concentrando la riqueza en manos de un puñado a costa de la precariedad, la miseria y la pobreza creciente.

Los ataques que la clase trabajadora estamos sufriendo en los países avanzados de Europa como Alemania, Francia etc. destruyendo lo que fueron las conquistas del llamado Estado del bienestar para sumirnos en una situación de explotación y precariedad creciente es una reivindicación de las ideas del socialismo científico de Marx, Engels y Lenin. A estas ideas hay que añadirles lo que Trotsky explicó con su teoría de la revolución permanente y es que el socialismo no puede triunfar en un solo país. La experiencia de América Latina, de Cuba, Venezuela, Bolivia etc. es que hace falta una revolución mundial para acabar con este sistema inmundo que es el capitalismo, que llevó a la humanidad a dos guerras mundiales en el siglo pasado y que amenaza con destruir la civilización misma en la actualidad con guerras como la de Iraq y Afghanistán, con sus crisis económicas provocando miles de despidos y con el incremento constante de material bélico.

EHAK sin explicar estas ideas, con apenas dos consignas como democracia y paz está logrando atraer la atención de muchos jóvenes y trabajadores con conciencia de clase que quieren algo diferente, pero esto es insuficiente si se quiere utilizar el apoyo que se está generando para construir un auténtico movimiento comunista articulado que pueda dirigir a la clase trabajadora a la transformación socialista de la sociedad. Sus dirigentes deberían explicar las ideas del socialismo científico y combatir un cierto tipo de comunismo humanista utópico, extendido particularmente por los líderes estalinistas en bancarrota tras la caída de la Unión Soviética, incapaz de superar el escenario de la democracia burguesa y del capitalismo y recogiendo todos los prejuicios de la socialdemocracia y del reformismo.

La lucha por la democracia y la paz en Euskal Herria y la lucha por el socialismo auténtico es una y la misma lucha. De la misma forma la lucha de la clase trabajadora vasca es la lucha de la clase trabajadora del resto del Estado español, de europa y del mundo. Unidos los trabajadores podemos triunfar con una política de independencia de clase, esto es, confiar únicamente en nuestras propias fuerzas. EHAK debe criticar la política de alianzas que han llevado a cabo todas las fuerzas de la izquierda vasca sin excepción: El PSOE tras el PP y los demás incluyendo la Izquierda Abertzale, Ezker Batua, Aralar tras el PNV-EA. Así la clase trabajadora y la juventud no llegaremos a ninguna parte. Esa es la lección para una fuerza que aparece nueva y con fuerza en el escenario vasco.

Por una alternativa marxista al Plan Ibarretxe

Como analizamos los marxistas, el PNV presentó el Plan Ibarretxe para evitar que la ilegalización de la izquierda abertzale se convirtiese en el epicentro político en Euskal Herria. De hecho le ha permitido aparecer como víctima del centralismo y de los jueces y del Tribunal Constitucional y como el abanderado del “derecho a decidir de los vascos” mientras en el terreno social llevaba recortes drásticos y privatizaciones, como con el decreto educativo 0-3.

A pesar de la insistencia de Ibarretxe en que Batasuna debería ser legalizada para poder presentarse a los comicios y de recibir a Aukera Guztiak diciendo que se anula por una decisión política de PP y PSOE, la realidad es que en estas elecciones el PNV trata de atraer los votos de la izquierda abertzale y lograr la mayoría absoluta, al desaparecer los 7 escaños que ocupaba la ilegalizada formación en el Parlamento Vasco. De esta manera el PNV podría negociar en una posición de fuerza una nuevo estatuto —con el que sacar más ventajas para la burguesía vasca— y atacar a la clase trabajadora.

Divisiones en la izquierda

La derecha derrotada en elecciones generales hace ya un año no ha dejado de trasladar las presiones al Partido Socialista para que continúe su política en todos los terrenos, también en el de la cuestión nacional.

El intento del PP de impedir el debate del Plan Ibarretxe en el Parlamento y de ofrecer un pacto al PSE-PSOE en Euskadi para gobernar, intentando polarizar más aún la situación, de momento no ha dado todos los resultados que quisiera la derecha española.

La experiencia del PSOE en las anteriores elecciones, con un identificación tan clara con el PP, no le reportaron buenos resultados electorales, llegando incluso a perder alcaldías en la Margen Izquierda (tradicional granero socialista) a favor del PNV, como fue el caso de Sestao.

El “va a ser que no” de Patxi López, como respuesta a María San Gil sobre posibles pactos en Euskadi con el PP tras los comicios, y el anuncio de la reforma del estatuto por consenso responde a un intento de desmarcarse de la derecha en estas elecciones. La presión social que derrotó al PP en las pasadas elecciones también tiene que ver con este giro, fortaleciendo a los sectores encabezados por Patxi López frente los dirigentes más a la derecha del PSOE como Bono, que acaba de dar un ascenso póstumo a Ynestrillas.

No obstante, ese cambio, que de momento afecta más a las formas que al fondo, está tremendamente lastrado por años de colaboración con la derecha y compromiso con la burguesía con relación a la cuestión nacional.

Por su parte, el coordinador general de Ezker Batua, Madrazo, ha dicho que no reeditará un Gobierno tripartito con PNV y EA en el caso de que la coalición nacionalista alcance la mayoría absoluta y que si entrarían si los votos de EB “son determinantes” y “pueden influir en ese Gobierno”. Aunque ha acusado al PSOE de estar subordinado al PP por el Pacto Antiterrorista lo cierto es que su participación en la última legislatura no ha hecho que el Gobierno Vasco “girase a la izquierda”, ni siquiera que se haya solucionado el problema de la vivienda, que era el departamento que ocupaban. Su participación en el Gobierno vasco sólo ha servido para dar un aire progresista a la política de derechas del PNV, comprometiendo al EB en los ataques sociales desatados por la burguesía vasca.

La dirección de Batasuna, viendo la estrategia de usurpación del PNV, ha tratado de entablar un contacto directo con el Estado, a través de la carta dirigida a Zapatero, para dar una solución al conflicto. Su actividad está ahora centrada en el llamado Acuerdo Democrático de Base, estableciendo una Mesa donde participen todos los agentes sociales en torno a la construcción nacional. El problema de buscar acuerdos con el PNV o negociar con el Estado reside en que la dirección de Batasuna siente una profunda desconfianza en la capacidad de la clase trabajadora para transformar la sociedad y conquistar los derechos democráticos, incluido el derecho de autodeterminación para las nacionalidades históricas. Las acciones de ETA y el sectarismo tan sólo han posibilitado que el Partido Popular creciese y que pudiesen impulsar todo tipo de leyes regresivas y recortes de los derechos democráticos que han conducido finalmente a la ilegalización de la izquierda abertzale, una medida impensable hace dos o tres décadas. Pero la alternativa a los métodos de ETA no puede ser la capitulación de la burguesía sino la lucha revolucionaria, basada en la acción consciente y organizada de las masas trabajadoras.

Recorte drástico de

los derechos democráticos

En medio de este proceso contra la izquierda abertzale la burguesía está aprovechando para recortar derechos democráticos a los jóvenes y a la clase trabajadora, atacando derechos fundamentales como el derecho a asociación, reunión, manifestación y expresión.

Los casi 600 años de cárcel que se piden a 40 jóvenes de Jarrai-Haika-Segi por parte de la Audiencia Nacional forman parte de esta campaña de criminalización contra la izquierda abertzale.No se juzga a estos jóvenes por su participación en acciones de violencia callejera sino por su pertenencia a estar organizaciones, por haber participado en reuniones o haber hablado en ruedas de prensa. Para ilustrar como se están pisoteando los derechos jurídicos de los detenidos el proceso está saturado de irregularidades, traducciones al euskera incorrectas y bases acusatorias que no tienen cabida en el código penal.

De la misma forma, la candidatura Aukera Guztiak, con el aval de 30.000 firmas, se ha tratado de vincular con ETA utilizando los argumentos más increíbles por parte del fiscal del supremo, Conde Pumpido; por ejemplo que fuese asesorada por Iñigo Iruin y Jone Goirizelaia, antiguos abogados de Batasuna o que para la presentación de dicha plataforma se hubiese utilizado el correo electrónico de la antigua organización ilegalizada. La candidata por el PP, Maria San Gil, llegó a decir que “incumplía la cuota femenina” y el PSOE que tenía que condenar expresamente a ETA. Han utilizado todo tipo de “pruebas” obtenidas ilegalmente y cotejado policialmente a los 30.000 firmantes para decir que tiene apoyo de sindicalistas de LAB o accionistas de Gara, o que algunas de ellas en alguna ocasión han participado en una charla de HB, incluso que había firmado Jon Idígoras, que en ese momento estaba hospitalizado. Con el ahínco y la arbitrariedad con el que el Estado cercena los derechos democráticos más elementales la derecha ya se ha apresurado a exigir que se ilegalice la candidatura del Partido Comunista de las Tierras Vascas en plena campaña electoral, a pesar de haber pasado todos los filtros y no haber encontrado ninguna “prueba” para invalidarla. De ilegalizarse estaríamos ante un nuevo y sangrante atropello a los derechos democráticos.

La alternativa pasa por

la movilización de masas

Los marxistas defendemos incondicionalmente el derecho de autodeterminación para Euskal Herria, si bien la defensa de este derecho no implica el apoyo a la separación. Creemos que la independencia en un marco capitalista sería más formal que real, y desventajosa para los intereses de la clase obrera. La alternativa pasa por conseguir la unidad de la clase trabajadora por encima de fronteras nacionales para luchar por una Federación Socialista de Nacionalidades Ibéricas como un primer paso hacia una Federación Socialista de Europa y Mundial que ponga en el primer punto del orden del día el progreso y el desarrollo del género humano en toda su potencialidad, sin guerras, estados, violencia, opresión nacional y de clase, hambre y explotación.

Como ante cualquier consulta electoral la clase trabajadora y la juventud debemos cerrar el paso a la derecha no dando ni un solo voto al PP o al PNV-EA. Pero la idea de que votar a los partidos de izquierda no basta, que hay que luchar por la transformación socialista de la sociedad, se revela más verdadera que nunca.

El imperialismo y la burguesía de todos los países tratan de hacer retroceder la rueda de la historia, quieren hacer que la clase trabajadora del mundo entero vuelva a las condiciones de explotación de los albores de un sistema, el capitalista, que está ya completamente caduco y degenerado. Las masas en Venezuela ya han abrazado el camino de la revolución, y son conscientes de que para triunfar hay que extenderla al resto de América Latina y del mundo. Los cambios sucedidos tras el 11-M colocan a la clase obrera y a la juventud en Europa, en el Estado Español y muy en particular en Euskal Herria en la línea de salida de un proceso similar, en un futuro no muy lejano. Es preciso dotarlas de un programa revolucionario para transformar la actual sociedad en una sociedad socialista. Esa es la tarea que nos marcamos los marxistas internacionalistas, agrupados en Ezker Marxista y El Militante.

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas