‘No se trata sólo de denunciar el despido de un Comité de Empresa; lamentablemente todo esto va mucho más allá, la sociedad tiene que saber lo que realmente significa la política privatizadora del Partido Popular’‘No se trata sólo de denunciar el despido de un Comité de Empresa; lamentablemente todo esto va mucho más allá, la sociedad tiene que saber lo que realmente significa la política privatizadora del Partido Popular’

En el número anterior de El Militante describíamos la barbarie que vienen sufriendo las trabajadoras de Eurolimp-Ferrovial desde que el pasado 16 de julio despidieran a 10 de los 13 miembros del Comité de Empresa por intentar garantizar que los traspasos de tareas de limpieza de quirófanos, hasta aquel momento desempeñados por auxiliares de enfermería, se realizaran con la formación y los medios necesarios para que a su vez se garantizase la salud de los usuarios: los enfermos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

El Militante.— Ha pasado casi un mes desde que reiniciásteis la huelga tras el verano. ¿Cómo estáis viviendo el conflicto?

Merche.— Suponemos que estamos haciendo bastante daño desde el punto de visto político porque la represión aumenta día a día. No sólo nos han impuesto unos servicios mínimos del 100%, también intentan quitarnos las pancartas, echarnos de la entrada del hospital y negarnos al Comité de Huelga la entrada a la zona quirúrgica, derecho que hasta ahora podíamos ejercitar. Este tipo de órdenes vienen directamente de la gerencia del hospital, en colaboración directa con los representantes de la empresa. Ambos pertenecen al mismo partido político, entre ellos han decido barrer de un escobazo nuestros derechos y nosotras seguimos aquí para evitarlo.

EM.— ¿En qué situación se encuentra el Comité de Empresa?

Belén.— Sigue exactamente igual, no existe ninguna intención de acercamiento por parte de la empresa y tampoco de la gerencia. Hemos enviado dos escritos al Consejero Echániz y a la Directora del Instituto Madrileño de la Salud, respectivamente, para que tomen cartas en el asunto. Entendemos que ellos son los responsables políticos de la gerencia del hospital y ante ellos hemos querido denunciar esta actitud tan ilógica. Aún así, el Comité sigue y seguirá en huelga junto con los 305 trabajadores que estamos en esta empresa.

EM.— Además de la movilización que estáis llevando a cabo habéis tomado medidas legales ¿Cuándo se celebrará el juicio?

Merche.— Sí, convocamos el pasado 24 de septiembre una concentración en la Puerta del Sol a la que acudió toda la plantilla y tenemos pensado convocar otra unos días antes del juicio que será el próximo 11 de octubre a las 9 de la mañana en el Juzgado nº 8 de la calle Hernani. Las trabajadoras nos están apoyando en todo momento a pesar de la represión que están sufriendo y tienen muy claro que van a aguantar hasta el día 11. Vamos a estar prácticamente un mes en huelga. Mucha gente nos pregunta porqué estamos aguantando todo esto cuando ya se está llevando el tema por vía judicial. Nuestra respuesta es muy clara: no se trata sólo de denunciar el despido de un Comité de Empresa; lamentablemente, todo esto va mucho más allá, la sociedad tiene que saber lo que realmente significa la política privatizadora del Partido Popular: nos están quitando nuestros derechos constitucionales como trabajadores y como ciudadanos y no pensamos callarnos, esto no debe quedar como algo que pasa solamente en el Piramidón. Aunque no se diga, está pasando lo mismo en otros centros hospitalarios y nosotros seguiremos hasta el día 11 aquí, denunciando lo que está haciendo este gerente, lo que está haciendo la política del PP y lo que está haciendo Ferrovial aunque nos manden a los antidisturbios.

EM.— ¿Qué medidas estáis tomando para incidir más en la opinión pública, teniendo en cuenta que hablamos de un problema que afecta seriamente a la Sanidad de todos?

Merche y Belén.— Estamos repartiendo hojas aquí y en muchos hospitales, de hecho las compañeras del Clínico reparten nuestras hojas y convocan concentraciones. Estamos invitando a la ciudadanía a que participe con nosotros, en la medida de nuestras posibilidades. Nuestra intención es llegar a todo el mundo. El despido de un comité no es lo más grave. Lo más grave es la justificación del despido: la privatización parcial de unas tareas que realizaban 63 trabajadores especializados del INSALUD para que las realicen siete trabajadores del personal de limpieza de una empresa privada con unas condiciones completamente anormales. Si permitimos que esto suceda, dentro de poco nos encontraremos con la sanidad privatizada, pero nos va a costar muy cara: la calidad será pésima porque para abaratar costes no podrán pagar personal cualificado. Esto es lo que estamos lanzando continuamente a los medios de comunicación, que apenas nos mencionan, y en las hojas informativas que estamos repartiendo. Nos han utilizado para dar una lección de lo que les pasará al resto de los gremios cuando comiencen las privatizaciones que quedan por venir. Por eso están deseando que llegue el juicio y que lo perdamos para poder meter miedo a los demás con nuestro ejemplo.

EM.— ¿Qué grado de implicación están demostrando los sindicatos: CCOO, UGT y CGT?

Merche.— Desde el principio la CGT nos ha apoyado repartiendo hojas informativas, llamando a las concentraciones que convocamos todos los días a las 10:30 de la mañana. CCOO y UGT han dado la callada por respuesta. Con esta actitud lo único que podemos entender es que los sindicatos mayoritarios de este país están de acuerdo con el sistema económico del PP, pero realmente habría que trasladarle la pregunta a ellos ¿por qué no participan? Aunque no lo hagan por los despedidos del comité, que son ocho delegados de CCOO y dos de UGT ¿Por qué no actúan frente a la represión que está sufriendo la plantilla? La situación está siendo muy dura porque los dos sindicatos tienen representación en el hospital, lo están viendo y viviendo todo el día. Sinceramente, creemos que están observando el conflicto para ver como les puede afectar a ellos en un futuro, pero no entendemos su actitud: por muchas diferencias políticas que pudieran existir, ningún sindicado puede quedarse de brazos cruzados ante un despido de un Comité de Empresa formado por sus propios delegados. Ningún sindicato ha venido a comprobar si lo que decía la gerencia era verdad o mentira. Incluso si todo esta parafernalia hubiera sido verdad, deberían haber intervenido para evitarlo ¡aunque sólo fuera por los enfermos! ¡Nos acusaban de haber paralizado un quirófano! En fin, aún así estamos dispuestos a seguir y de hecho estamos trabajando ya con el movimiento antiglobalización, Izquierda Unida y ahora empezamos a estar en contacto con el PSOE.

EM.— ¿Por parte de los afiliados a CCOO y UGT estáis recibiendo la misma respuesta?

Merche y Belén.— No, nosotros enviamos las hojas informativas y las convocatorias a todo el mundo y de hecho, recibimos montones de faxes de apoyo por parte de afiliados de muchas provincias y también nos consta que envían faxes de protesta a Ferrovial y al hospital. Al contrario, el apoyo sigue creciendo.

EM.— ¿Habéis organizado una caja de resistencia?

Belén y Merche.— Sí, en un colectivo como el nuestro es imprescindible. Hay que tener en cuenta que nuestros sueldos no son como los de los pilotos de Iberia, que se pueden permitir el lujo de estar dos o tres meses de huelga. Nosotros tenemos, como muchos, problemas para llegar a fin de mes, por eso la hemos aprobado. Estamos vendiendo pegatinas sobre el conflicto por un euro y con esto conseguimos informar y resistir, tenemos tres huchas en la puerta del hospital, además hemos abierto una cuenta bancaria para que los que se solidaricen con nosotros puedan hacer sus aportaciones, estamos extendiéndolo a otros comités y las compañeras que están cumpliendo con los servicios mínimos están aportando de sus salarios para que aguantemos, por lo menos hasta el 11, pero no pararemos hasta que se readmita al comité. También tenemos que decir y agradecer que las aportaciones nos están llegando, sobre todo, de la gente que menos dinero tiene, que son los mas solidarios, los que más tienen no lo son porque sino no tendrían tanto.

EM.— ¿Qué perspectivas de éxito creéis que tiene el conflicto?

Merche.— Muy duras, a no ser que haya un apoyo total por parte de la opinión pública. La gerencia del hospital se ha permitido el lujo de actuar así porque está Ferrovial gestionando la contrata de limpieza. Ferrovial, económicamente, puede aguantar un conflicto porque es un grupo empresarial sólido. Por aquí han pasado muchas contratas que nunca se han atrevido a provocar así porque no tenían los recursos económicos para resistir una huelga. Este conflicto durará mientras la opinión pública nos respalde y nosotros resistiremos todo lo que podamos porque nadie nos va a callar.

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