A lo largo del trimestre pasado los estudiantes salimos a la calle para expresar nuestra negativa a aceptar una ley educativa, la LOE, que ataca sin paliativos a la educación pública y no va a solucionar en absoluto los problemas que, hoy en día, padUn trimestre de lucha

en defensa de

la educación pública

A lo largo del trimestre pasado los estudiantes salimos a la calle para expresar nuestra negativa a aceptar una ley educativa, la LOE, que ataca sin paliativos a la educación pública y no va a solucionar en absoluto los problemas que, hoy en día, padecemos la mayoría de los estudiantes en los institutos. El 8 de noviembre miles de estudiantes alzamos la voz contra la hipocresía reaccionaria de la derecha y exigimos al PSOE una ley educativa de izquierdas, que terminara de una vez por todas con el negocio de los empresarios de la privada concertada y con los privilegios de la Iglesia. El impacto social que tuvo esta movilización demostró que era posible una gran movilización de las organizaciones de izquierdas para frenar la arrogancia de la derecha (que se movilizó el 12-N) y obligar al gobierno PSOE a no ceder a chantajes reaccionarios. Tras el 8 de noviembre algunos sindicatos de profesores, como STES y CGT, decidieron convocar una jornada de lucha del profesorado el 14 de diciembre confluyendo con nuestra huelga de estudiantes. Esta movilización estuvo inmersa en el más absoluto silencio mediático y contó con casos de represión dentro de los institutos totalmente abusivos: puertas cerradas, toneladas de exámenes, amenazas, mentiras, cartas a los padres planteando que la huelga era ilegal y un sinfín de tropelías orquestadas por las juntas directivas más reaccionarias. A pesar de ello, supuso que pocos días antes de las vacaciones, volviésemos a levantar la bandera de la lucha trasladándole un mensaje al gobierno Zapatero: no íbamos a consentir sin luchar que un gobierno de izquierdas aplique políticas de derechas.

Una LOE ‘derechizada’

Además, la LOE sufrió una derechización absoluta en los últimos días de trámite parlamentario previo a su paso por el senado. El 28 de noviembre el gobierno alcanzó un pacto con la derecha nacionalista de CiU y PNV y con la FERE-CECA, la patronal de la educación privada-concertada, que además contó con la venia de ICV. Por otro lado, las abstenciones en el trámite parlamentario de IU, BNG, Chunta Aragonesista y Nafarroa Bai han reflejado, más que el convencimiento con que alguno de estos dirigentes ejerció su abstención a la ley (que, por otro lado, merecería sobradamente, desde una óptica de izquierdas, el voto en contra), las simpatías que nuestra movilización y mensaje nítidamente de izquierdas ha causado entre sectores movimiento obrero y militantes de las organizaciones de la izquierda y la consecuente presión que se trasladó a las cúpulas de estas organizaciones, que hubieran tenido muy complicado explicar un voto favorable a esta LOE. Y es que tras el pacto alcanzado a última hora con la derecha nacionalista y la patronal, además de los ataques que ya contemplaba el texto de la ley (no hay ley de financiación, más dinero a la privada-concertada, concesiones a los propietarios de los centros religiosos, no se saca la religión de las aulas, se sigue permitiendo la discriminación por razón de sexo) hay que añadir el aumento de la ratio de alumnos por aula en un 10%, legalizando así la masificación en las aulas, y la eliminación de la educación obligatoria hasta los 16 años, permitiendo que un estudiante pueda ser expulsado del sistema educativo a los 15 años, como dos de los puntos más graves.

Continuar con la defensa

de una educación pública

de calidad

Nuestra lucha a lo largo de este primer trimestre no ha caído en saco roto. Hemos agrupado en los institutos y en la calle a miles de estudiantes y hemos avisado de que esta ley no va a satisfacer las principales necesidades de la escuela pública y las familias trabajadoras. Ahora el gobierno tiene que presentar los desarrollos de la LOE (sobre selectividad, carta de derechos y deberes...) y se está preparando una ofensiva contra los derechos democráticos de la juventud. Por eso la lucha tiene que continuar. Es necesario seguir fortaleciendo el Sindicato de Estudiantes en todos los institutos para impedir más pasos atrás en los institutos, y seguir exigiendo un giro a la izquierda y una política en beneficio de los trabajadores y la juventud.

Manuel de la Fuente

Sindicato de Estudiantes

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