Entrevistamos a Pedro Barrera, secretario provincial del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) en Cádiz. El pasado 24 de noviembre, el SOC empezó una jornada de lucha con huelgas en aquellos tajos en los que se trabaja la naranja y no se cumple el conEntrevistamos a Pedro Barrera, secretario provincial del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) en Cádiz. El pasado 24 de noviembre, el SOC empezó una jornada de lucha con huelgas en aquellos tajos en los que se trabaja la naranja y no se cumple el convenio.

“El problema más importante de la recogida de la naranja es cómo se utiliza la mano de obra inmigrante para rebajar las condiciones laborales del resto de trabajadores. En la naranja trabajan unos 30.000 jornaleros (fundamentalmente en Sevilla). De ellos entre un 25 y un 30% son inmigrantes.

Según el convenio, la jornada laboral diaria debe ser de seis horas y cuarto, cobrando 39 euros. Pero a los inmigrantes les pagan entre 20 y 25 euros y trabajan más horas. Algunos les engañan diciéndoles que su obligación es cargar un camión entero. Se supone que un camión podría llenarse en esas horas estipuladas en el convenio si las cuadrillas fueran de unos 25 trabajadores. Pero los manigeros (encargados) hacen cuadrillas de 18 o 20 trabajadores. Si el empresario le paga al manigero 25 jornales, los manigeros se quedan con el dinero de 5 o 7 trabajadores cada día (a veces las empresas y los manigeros llegan a acuerdos). Al haber menos trabajadores, se tarda más en llenar un camión. En otras fincas pagan a los inmigrantes por caja recogida. En Cantillana fuimos a una finca en la que tenían a 50 inmigrantes, pagándoles 0,68 euros la caja.

La forma en la que cogen a esas cuadrillas de inmigrantes es a través de lo que llaman “corredores”, gente que se dedica a buscar inmigrantes sin papeles, les dan trabajo pero sin darles de alta en la Seguridad Social y sin cumplir ningún derecho.

Desde el 24 de noviembre llevamos mes y medio finca por finca peleando para que el convenio se cumpla. Si antes de la movilización sólo se cumplía el convenio en un 20% de las fincas, ahora se está cerca del 80%. Nosotros lo que hacemos es repartir en las fincas un panfleto con el convenio y los derechos de los trabajadores con el teléfono del SOC. Entonces algunos trabajadores de forma anónima nos llaman. Lo hacen así porque hay mucho miedo. Alguna vez en alguna finca cuando hemos llegado a reivindicar, nos hemos quedado dos o tres trabajadores, el manigero y nosotros porque los demás se fueron corriendo. Más tarde se han dado cuenta que nosotros no vamos a denunciarles a ellos por ser ilegales, sino que precisamente vamos a defenderles para que cobren lo mismo y tengan iguales derechos.

Algunos trabajadores autóctonos se quejan de que si defendemos a los inmigrantes entonces éstos acabarán quedándose con el trabajo de los autóctonos. Nosotros les explicamos que la mejor forma de que a ellos no les quiten sus puestos de trabajo ni que les obliguen a trabajar por debajo del convenio es consiguiendo que todos los trabajadores tengan las mismas condiciones. Por eso lucha el SOC y es así como estamos creciendo en toda una serie de pueblos donde nada teníamos hace solo un año”.

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