Hay que denunciar también el papel nefasto que ha jugado en toda esta crisis el gobierno del tripartito, que en ningún momento se ha decantado claramente del lado de los trabajadores. El gobierno de Maragall, con el conseller de Trabajo, Josep Rañé,Hay que denunciar también el papel nefasto que ha jugado en toda esta crisis el gobierno del tripartito, que en ningún momento se ha decantado claramente del lado de los trabajadores. El gobierno de Maragall, con el conseller de Trabajo, Josep Rañé, a la cabeza, se ha presentado en todo momento como una parte intermedia, que pedía a las dos partes por igual (por un lado la multinacional, por el otro los trabajadores) que actuaran con responsabilidad y sensatez. En realidad, a quién ha estado beneficiando la Generalitat con su pretendida “equidistancia” es a la multinacional. Las amenazas de Rañé de que debían llegar a un acuerdo porque de lo contrario la resolución del gobierno no iba a gustar a ninguna de las dos partes no eran sino una clara amenaza a los dirigentes sindicales, en el sentido de que no debían confiar en una resolución del gobierno favorable a los trabajadores y contraria a los intereses de Volkswagen. Una demostración clara y rotunda de la política que viene practicando el tripartito y que venimos denunciando los marxistas de El Militante, favorable a los intereses de la burguesía y contraria a los intereses de los trabajadores. No hay término medio. Como dijera hace ya bastante tiempo Pablo Iglesias, “o con la burguesía o con los trabajadores”. No es de extrañar el desgaste y la debilidad del gobierno del tripartito, fruto del desengaño profundo de los trabajadores acerca de un gobierno que se dice de “izquierdas”, que todos los días anuncia el giro hacia “lo social”, pero que no hace más que servir a los empresarios y a los grandes grupos financieros y las multinacionales.

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