Le dijimos que el periódico no era comercial (es prensa política), que se financiaba de las ventas de personas que gratuitamente colaboramos. Por las presiones recibidas decidimos cortar la venta; posteriormente llegó una compañera de UGT y el PSOE con varios compañeros más, que pidieron el periódico pues no era la primera vez que nos lo compraban. Les dije que la policía nos impedía venderlo y ante la insistencia de la compañera, que creo que ni se creía que eso estuviese pasando, fui a darle un ejemplar. Rápidamente el policía se personó y me pidió el DNI diciendo que me iba a sancionar por venta ambulante. Los compañeros les dijeron que si fuésemos del PP no pasaría nada. El policía seguía escribiendo. Desde estas páginas pedimos a los grupos de oposición que denuncien estos atropellos contra la libertad de expresión que tanto nos costó conseguir. Bastantes años se nos ha mantenido callados con Franco, cuando el defender unas ideas podía costarnos años de cárcel e incluso la vida.