22 de noviembre: Jornada de Lucha en la CAPV

Sólo la organización y la unidad en la lucha pueden parar este ataque

 

22 de noviembre: Jornada de Lucha en la CAPV

Sólo la organización y la unidad en la lucha pueden parar este ataqueTras la LOU, la Ley de Calidad, Bolonia y la LOE, los estudiantes vascos nos enfrentamos a un nuevo ataque, esta vez por parte de la derecha vasca, que busca acabar con nuestras conquistas en el terreno de los derechos democráticos en los centros de estudio. El proyecto para un nuevo decreto de Derechos y Deberes del Alumnado es un órdago que no podemos aceptar.

Este borrador de decreto supone el mayor ataque a nuestros derechos desde el franquismo, y el objetivo no es otro que convertir los institutos en verdaderas dictaduras gobernadas con mano de hierro por la figura del director. Para ello se blinda esta figura, pasando a ser elegido a dedo por la Administración, y seguro que no en base a su talante democrático. Tendrá plenos poderes en materia sancionadora, eliminando toda regulación respecto a sus sanciones por parte del Consejo Escolar del Centro; en el caso de que el estudiante reclamara, se nombraría a un Instructor, pero el nombramiento correría a cargo del mismo director, algo increíble y que abre las puertas a todo tipo de abusos y vulneraciones de nuestros derechos democráticos más elementales. También la dureza de esas sanciones aumenta considerablemente, contemplando expulsiones de hasta un mes del centro, frente al máximo de siete días que contempla el decreto actual. Aparecen formas de castigo nuevas, como la de privar al estudiante del servicio de comedor (o sea, que si nos portamos mal no comemos) o del servicio de transporte, esto último una expulsión a efectos prácticos.
Pero los ataques más graves van dirigidos contra nuestra libertad de expresión y nuestro derecho a organizarnos y luchar: no viene definido de manera concreta nuestro derecho a huelga, así como tampoco el de asociarnos y se deja a la consideración de cada centro la manera en la que podamos ejercer nuestra libertad de expresión, tanto oral como escrita, así como plenos poderes para censurarnos en el caso de que critiquemos a las instituciones o miembros de la comunidad educativa; además, las sanciones más graves se contemplan en casos de actos colectivos que impidan el desarrollo habitual del centro, que básicamente es una huelga o un piquete. Como vemos, quieren cortar hasta el hueso, y arrancarnos hasta el último tendón en materia de derechos democráticos.
Como se hace patente, a pesar de la pirotecnia y los rebuznos en los medios de comunicación y el Parlamento, en el fondo, tanto PP como PNV comparten los mismos objetivos, que no son otros que seguir legislando para enriquecer a los empresarios a costa de reducir salvajemente el gasto social; también están hartos de que los jóvenes hayamos contestado una y otra vez sus ataques movilizándonos y saliendo a la calle, por lo que quieren convertir los centros de estudio en cárceles donde ahogar todo espíritu crítico de los estudiantes. La represión salvaje que el PNV practica en la calle, como contra la manifestación del pasado 9 de noviembre en Donostia, quiere extenderla ahora a cada instituto público de la comunidad autónoma, mientras sigue financiando con cifras récord a la red privada-concertada.
Frente a esto, Ikasle Sindikatua convoca una Jornada de Lucha el día 22 de noviembre, y hace un llamamiento al resto de organizaciones estudiantiles, especialmente a Ikasle Abertzaleak, para que se sumen a la lucha contra quienes tienen en el punto de mira la educación de la inmensa mayoría de estudiantes vascos, que somos los hijos de los trabajadores.

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