En el momento de escribir estas líneas Rafael Simancas está a punto de someterse a la sesión de investidura para acceder a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Según el mismo Simancas ha declarado, su objetivo es denunciar en el pleno del Parlam En el momento de escribir estas líneas Rafael Simancas está a punto de someterse a la sesión de investidura para acceder a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Según el mismo Simancas ha declarado, su objetivo es denunciar en el pleno del Parlamento madrileño la trama inmobiliaria que hay detrás de la deserción protagonizada por los diputados “socialistas” Eduardo Tamayo y Teresa Sáez el pasado 10 de junio y agotar todos los plazos reglamentarios para ganar tiempo e intentar conseguir que estos dos elementos entreguen sus actas de diputados. En caso de que esto no sucediera se convocarían nuevas elecciones.

Independientemente de lo que ocurra al final es evidente que estos acontecimientos están causando un gran daño a los partidos de izquierda y tiene un claro beneficiario en el PP.

El Partido Popular insiste en que la única explicación de estos acontecimientos se encuentra en la crisis interna del PSOE. El cinismo de estos señores no tiene límites.

Las informaciones difundidas por algunos medios de comunicación, vinculando a Tamayo con militantes del PP que centran su actividad en la especulación inmobiliaria y el protagonismo que estos constructores tuvieron en el abandono de los tránsfugas del Parlamento el 10 de junio, son pruebas más que suficientes que confirman la relación estrecha entre el PP y estos hechos por un lado y entre el PP y la especulación inmobiliaria en general.

Con los gobiernos del PP estos empresarios se encuentran con las mejores condiciones para poder seguir enriqueciéndose especulando con el suelo, recalificando a su conveniencia terrenos, etc.

Cómo combatir la corrupción en las organizaciones obreras

Los militantes de la izquierda no nos podemos quedar solo en la imprescindible denuncia al PP, tenemos que ir más allá. ¿Cómo es posible que gente de la calaña de Tamayo y Sáez sean diputados de un partido de izquierdas? Los dirigentes del PSOE han tratado de limitar la cuestión a un caso aislado de corrupción, pero esta cuestión es más amplia y tiene razones más de fondo. La raíz de comportamientos de este tipo dentro del PSOE es la política que año tras año ha venido defendiendo y practicando la dirección socialista. La aceptación del capitalismo como el mejor de los sistemas, por tanto el abandono de la lucha por la transformación socialista de la sociedad, de la ideología socialista, de la presencia en las calles, en las fábricas, en los barrios..., y la limitación de la política a la obtención de cargos públicos sin un programa claramente diferenciado al de la derecha en el terreno económico y social, convierten al PSOE y también a IU en una jugosa oportunidad para todo tipo de trepas, mientras que los jóvenes y trabajadores que quieren luchar por una sociedad mejor, se sienten cada vez más desmotivados para participar activamente en estas organizaciones, con la consecuencia de que al haber menos participación hay menos control y el caldo de cultivo para la formación de la burocracia y las intrigas de todo tipo de carreristas se acrecienta.

La corrupción en las instituciones burguesas es inevitable por la propia naturaleza de este sistema, pero no en las organizaciones obreras. Los dirigentes del PSOE e IU deberían lanzar un compromiso sencillo y claro: todos sus diputados no van a cobrar más de lo que cobra un trabajador cualificado y su gestión va a estar sometida al control de la base del partido y los electores. La integridad moral de nuestras organizaciones no se preserva ni se defiende con leyes y jueces sino con la participación y la democracia interna en nuestros partidos y sindicatos, hecho que a su vez está ligado a la adopción de un programa verdaderamente socialista.

La izquierda debe pasar a la ofensiva

Las actividades parlamentarias no pueden ser el único instrumento para enfrentarse a este pucherazo poselectoral. Hay que salir a la calle y además llenar de contenido social y reivindicativo las denuncias que ya se están haciendo. Hay que vincular la campaña contra este tongo con un programa social concreto que defendiese aspectos como: Plan de construcción de viviendas de alquiler con coste no superior al 10% de los salarios, para cubrir toda la demanda existente. Creación de una red educativa pública de calidad para cubrir toda la demanda en todos los tramos y especialidades. Construcción de hospitales para cubrir todas las necesidades. Todo esto ligado a la idea de que la vivienda, la educación, la sanidad, etc, no son un negocio, son un derecho.

Con un programa de estas características, la presión social contra el tongo sería muy fuerte, posibilitando que si al final estos dos trepas no entregan sus actas de diputados y se convocan nuevas elecciones, la izquierda estaría en mejores condiciones para ganarlas.

Si el PSOE en Madrid no pasa a la ofensiva con un programa más a la izquierda, corre el riesgo de perder estas eventuales elecciones, sobre todo por la desmotivación de un sector de los trabajadores y la juventud que, aparte de no percibir que un cambio en el Gobierno de la Comunidad vaya a significar un cambio en sus condiciones de vida, se vería afectado por el ambiente de que en política todo es corrupción y da igual la derecha que la izquierda.

Es evidente que existe un potencial para que el ambiente de lucha al que hemos asistido en los últimos meses se traslade al terreno electoral, a condición de que las direcciones de los partidos de izquierda estén a la altura de las circunstancias y ganen la confianza de los trabajadores y la juventud con programas y métodos de funcionamiento orientados a acabar con el capitalismo y sus injusticias y a luchar por el auténtico socialismo. Somos conscientes de que para que esto suceda es necesario una profunda transformación de las organizaciones de la izquierda; desde la corriente marxista El Militante venimos trabajando con este objetivo desde hace mucho tiempo. Fortalecer decisivamente nuestra corriente sería un paso de gigante en esta tarea de hacer nuestras organizaciones de clase un instrumento de lucha verdaderamente potente y útil. ¡Organízate con los marxistas de El Militante!

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