Mientras realizabamos estas actividades sufrimos varias agresiones. Primero contra la mesa, donde tras intentar robar material, finalmente un grupo de individuos la tiraron al suelo a patadas, para sorpresa e indignación de los centenares de estudiantes presentes. Y más tarde contra nuestra barra, destrozándola a patadas, además de las dos más próximas a la nuestra, e intentando agredir a nuestros compañeros. Ambas agresiones fueron llevadas a cabo por un grupo de sujetos entre los que había algunos miembros de la organización independentista Alternativa Estel, que previamente habían venido a nuestra caseta a dejar folletos de su organización y que continaumente estuvieron provocando a los compañeros. Estos elementos, mientras llevaban a cabo su vandálica acción gritaban cosas como “no teneis derecho a estar en la UAB”, “aquí no os queremos”, etc.
Gracias a la lucha de los jóvenes y los trabajadores contra la dictadura durante los 70 se arrancaron ciertos derechos democráticos, como el derecho a la libertad de expresión y de organización. Y, precisamente por eso, este tipo de métodos son totalmente ajenos a las tradiciones democráticas de la izquierda y de todo movimiento revolucionario y propias de los grupos fascistas, que intentan imponer sus ideas a través del terror, utilizando las agresiones para intimidar y evitar que otros colectivos de izquierdas ofrezcan su alternativa a los estudiantes, quizás porque piensen que los estudiantes no tienen capacidad para “entender” que ellos son sus salvadores. Son los métodos que durante la dictadura franquista utilizaban los grupos fascistas contra las organizaciones de la izquierda y contra todos aquellos que luchaban contra la dictadura, el método de las agresiones. Métodos que los fascistas siguen utilizando, como desgraciadamente hemos podido comprobar recientemente en las fiestas del barrio de Gràcia en Barcelona o en un concierto en Anglès (Girona) en agosto, donde grupos de neonazis fueron a reventarlos.
Desde el Sindicato deEstudiantes y El Militante hemos organizado una campaña de respuesta a este ataque. Repartimos en la universidad miles de hojas y pegamos carteles denunciando la agresión, además de enviarlo por e-mail a todos los estudiantes de la universidad y de hacer un llamamiento público a que se enviaran e-mails de protesta a Alternativa Estel y a la UAB.
Hemos recibido una gran cantidad de e-mails de solidaridad del conjunto del Estado y sobretodo de estudiantes y trabajadores de la UAB. Esto es fundamental ya que este tipo de agresiones no se deben quedar en anécdotas de la fiesta ni en una “riña entre organizaciones”. Esto no tiene nada que ver con un debate democrático y compañero entre organizaciones de izquierdas, un debate de ideas y métodos de lucha. Lo que pasó en la fiesta de la UAB fue una agresión de tipo fascista, por muy revolucionarios que se quieran autoproclamar los que la llevaron a cabo, además de un ataque a la libertad de expresión en la UAB. Que un grupo de estudiantes pretendan arrogarse la autoridad de decidir que organizaciones pueden estar en la universidad y cuales no recuerda a lo que sucedía en la dictadura con el “sindicato vertical” en las empresas y con las asociaciones estudiantiles falangistas en las universidades.
Finalmente Alternativa Estel se ha desmarcado de los hechos públicamente. Creemos que esto es positivo, en la medida que este tipo de actos deben ser denunciados por todas las organizaciones de izquierdas. La campaña ha tenido un fuerte impacto en la universidad, lo que demuestra que estas acciones son totalmente rechazadas por la mayoría aplastante de estudiantes de manera tajante.