El 10 de enero de 2006 entró en vigor un plan para desplegar a unos 3.124 policías nacionales y guardias civiles en los alrededores de los institutos para “vigilar el suministro de venta y consumo de drogas”. Mi instituto, el IES Ana María Matute, sEl 10 de enero de 2006 entró en vigor un plan para desplegar a unos 3.124 policías nacionales y guardias civiles en los alrededores de los institutos para “vigilar el suministro de venta y consumo de drogas”.

Mi instituto, el IES Ana María Matute, situado en Cabanillas del Campo (un pueblo en el Corredor del Henares a cuatro kilómetros de Guadalajara), ha estado vigilado por dos policías secretas no sólo fuera del mismo, como decía el delegado de Educación de Castilla - La Mancha sino que también han vigilado dentro del centro, violando los derechos democráticos de los alumnos, tratándonos como si fuéramos delincuentes.

A mí concretamente me han registrado y me han pedido el DNI unas cinco veces desde el 2 de febrero hasta ahora; curiosamente a mí, que soy un afiliado del Sindicato de Estudiantes. Mientras esto ocurre los grupos fascistas siguen campando a sus anchas por Guadalajara.

Al preguntarle al delegado de Educación de Castilla - La Mancha que cómo cree que se sienten los alumnos al ser vigilados dejaron de venir los policías de paisano durante dos semanas, y a cambio nos mandaron a los policías locales a la salida. Pero pasado ese tiempo de nuevo volvieron a las andadas, y registrando a aún más estudiantes de este centro para no conseguir ni un sólo gramo de droga.

Al ver esta situación pregunté al director que si no podía hacer algo y me contestó que no lo hacen para molestarnos, sino por nuestro bien. Volviendo a hablar con el director hemos conseguido que, por lo menos, no pasaran dentro del centro, pero nos siguen registrando cuando entramos y salimos del mismo.

Cuando hablé con los profesores del centro para saber qué les parecía, me dijeron que el plan es para que en un centro de educación no haya drogas, y que a los institutos se viene a estudiar y no a pasar droga o a drogarse. Ahora resulta que se trata a los estudiantes como a delincuentes, no existe presunción de inocencia.

Lo que está pasando en mi instituto es una vergüenza. Una cosa es que ya que malgastan el dinero, que se podría utilizar haciendo otras cosas, si de verdad se quiere utilizar a la policía para que acabe con el problema de la droga, que la utilicen para detener a los grandes narcotraficantes y no para registrar a los estudiantes en los alrededores de los institutos o pasando dentro del centro en los recreos.

Además, el problema de la droga es un problema social, miles de jóvenes y trabajadores se ven condenados al mundo de las drogas como un intento de evadirse de la realidad social, paro, precariedad laboral, accidentes laborales, jornadas laborales interminables, etc... El negocio de la droga mueve más dinero que el turismo mundial, ¿los bancos y los Estados no saben dónde está ese dinero? El problema de la droga no se puede resolver mediante la policía.

¡No podemos dejar que violen

nuestros derechos democráticos!

¡No queremos cárceles,

queremos institutos!

¡No más policías en los institutos!

¡Que se respeten nuestro derechos!

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