Nuestra primera prueba fue en mayo, con la desaparición de tres secciones del almacén: Decoración, Devoluciones y Stock Shop. Nuestro planteamiento fue la ampliación de las instalaciones, para así evitar la pérdida de empleo. La empresa contesta que esos terrenos son de Ortega y que la junta directiva de Inditex decidió no invertir porque invertir en un mismo sitio es sinónimo de riesgo. El comité empieza a hacer asambleas con los trabajadores y la empresa, al ver que la gente tiene ganas de movilizarse… convoca ella asambleas también. En la primera, los trabajadores se quedan alucinados de la prepotencia de la empresa, que no dejó hablar al comité, sin que supiésemos responder a ese atropello. Al final, la empresa consiguió imponer su criterio y se llevaron las secciones.

Entre otros muchos problemas, ahora tenemos el despido de la compañera Carolina Zapatero. Esta compañera tenía dos empleos, uno en Pull y otro los fines de semana en una cervecería. En ambos estaba dada de alta en la Seguridad Social.

El 8 de julio tuvo un accidente laboral en Pull y las mutuas de ambas empresas le dan la baja. Ocho días después de coger el alta y empezar a trabajar, Pull la despide alegando que durante la baja trabajó en la cervecería y que tienen pruebas documentales y testimoniales. Esta compañera fue la séptima en las listas de la CIG en las elecciones.

El 1 de octubre fue el acto de conciliación. CCOO y CIG nos concentramos delante del SMAC. La abogada de la patronal le ofreció 90 días por año trabajado ó 7.000 euros. Ella no aceptó y quiere la readmisión y el perdón publico de la empresa, ya que no trabajó estando de baja. De hecho, si la empresa tuviese pruebas, como dice, ¿por qué le ofrece mucho más dinero del que le correspondería por un despido incluso improcedente?

El 16 de septiembre hubo una concentración de delegados de Inditex en la entrada del recinto. El 22 del mismo hubo una huelga de una hora, convocada por CCOO por una serie de reivindicaciones, que fue respaldada por la mayoría de los trabajadores. La CIG no estuvo de acuerdo con ella porque decía que no se podía negociar nada mientras hubiese un despido. Al ver el apoyo, la patronal empezó atacar a los trabajadores diciendo que era una huelga ilegal y que se atuvieran a las consecuencias, por lo que al final se desconvocó. La CIG convocó en solitario una huelga el 4 de octubre contra el despido, pero sin hacer una sola asamblea, por lo que resultó un fracaso.

El juicio será el 10 de diciembre. Un grupo de trabajadores de CCOO decidimos lanzar una campaña de envío de faxes de protesta a la empresa y de apoyo y solidaridad a la sección sindical de CCOO, dando así a conocer el conflicto. También empezamos una recogida de firmas. Así, el día 25 estuvimos en la movilización de los trabajadores de Izar, donde conseguimos un gran número de ellas.

Jorge Porto

Miembro del comité de empresa por CCOO