Este es un ejemplo más de como los empresarios valoran más sus propias máquinas que a sus operadores. En muchos casos la falta de seguridad de las máquinas tiene que ver con los ritmos de trabajo, que buscan que sean cada vez más altos. Si la plegadora que cortó el dedo al compañero hubiera estado provista de un sensor, nunca hubiera ocurrido tal accidente, del cual el empresario sin pensárselo dos veces ha acusado al trabajador de que la culpa ha sido suya, argumentando que el trabajador andaba despistado. Los compañeros de El Militante de Granada, queremos solidarizarnos con los compañeros afectados y con todos los trabajadores que sufren agresiones también en el terreno de la salud laboral, con compañeros muertos diariamente, que merecen una respuesta a nivel estatal por parte del conjunto de la clase obrera, para que esto no vuelva a ocurrir.
¡Por la seguridad en el trabajo! ¡Trabajo sí, accidentes no!