Las condiciones salariales son lamentables, se cobra una miseria; para una persona independiente o casada es imposible vivir con este sueldo.

Pero lo peor son las condiciones de trabajo: nuestra herramienta, que es la moto, nos obliga a jugarnos la vida cada vez que realizamos un reparto. Las motos tienen más de 10 años, las luces se estropean constantemente lo que provoca que los coches que circulan detrás nuestro no nos vean, los frenos funcionan mal, los días de lluvia son horribles, el tortazo está prácticamente asegurado. La moto siempre se para en el momento más inesperado. A esto debemos añadir la presión: desde que la pizza sale del horno hasta que la entregamos al cliente sólo tenemos 20 minutos; transcurrido este tiempo, si el cliente rechaza la pizza la debemos pagar nosotros.

Con esta nota lo que pretendo es manifestar que sólo con la unidad y la lucha de los jóvenes trabajadores podemos acabar con la explotación de empresas como Telepizza, a las que no les importan nuestras vidas, sólo les importa obtener millones de euros de beneficios.