El pasado 17 de noviembre se rompieron las negociaciones del plan de Izar, al recuperar la SEPI su plan inicial. Muchos trabajadores se preguntan cómo es posible este retroceso después de la lucha mantenida a lo largo de septiembre, pero en realidadEl pasado 17 de noviembre se rompieron las negociaciones del plan de Izar, al recuperar la SEPI su plan inicial. Muchos trabajadores se preguntan cómo es posible este retroceso después de la lucha mantenida a lo largo de septiembre, pero en realidad este resultado no es de extrañar.

El plan inicial de la SEPI era —es— un plan de reconversión brutal, que provocó una importante respuesta obrera. Y la movilización dio sus frutos. El Gobierno tuvo que introducir cambios, que aunque insuficientes, demostraron la utilidad de la lucha. Pero las federaciones sindicales decretaron un parón en las movilizaciones. Como no podía ser de otra forma, esta “responsable” actuación tuvo el efecto opuesto al que ellos se imaginaban: permitió que los sectores más pro-capitalistas del Gobierno, con Solbes a la cabeza, recuperasen la iniciativa y maniobrasen con Europa para que ésta echase por tierra los acuerdos alcanzados con los sindicatos.

La parcialidad de la Comisión Europea es descarada. Hasta dice cuáles factorías pueden y cuáles no pueden seguir siendo públicas. Y sus indicaciones coinciden totalmente con el plan inicial de la SEPI. ¡Qué casualidad! Además, la Comisión rechaza la consideración de las cajas de ahorro como entidades privadas a efectos de su hipotética entrada en el capital de las factorías civiles, a pesar de que desde el año 2000 la presencia de representantes políticos en sus consejos de administración es inferior al 50%, lo que según las propias directivas comunitarias les otorga el carácter de entidades privadas. Está claro que el único objetivo de “Europa” es la privatización o el cierre puro y duro, y todo vale para conseguirlo.

El binomio

negociación - movilización

Una vez más se demostró que la negociación por sí sola no sirve para nada. Lo que se obtiene en una mesa de negociación no depende de la habilidad de los negociadores sindicales, sino del nivel de lucha del conjunto de los trabajadores. Las negociaciones sólo avanzan cuando hay movilización. Y si la movilización se para, la negociación retrocede. Es el abecé de la lucha obrera.

La única salida de este atolladero pasa por reanudar la movilización, y hay más de un motivo para ello: 1) El plan es un plan de privatización o cierre, de recorte de empleo fijo y de deterioro de las condiciones laborales. 2) Las razones para luchar son las mismas que en septiembre. Además, también hay que considerar los graves problemas de los trabajadores de las auxiliares, como el anuncio de 700 despidos en Sevilla (de un total de 1.000). 3) La SEPI es un organismo gubernamental que sigue las directrices del Ministerio de Economía. Que las cosas se inclinen a nuestro favor dependerá de si damos una respuesta obrera de masas en la calle. Y esto incluye Europa. Sirva de ejemplo el plazo del 31 de diciembre. Los dirigentes sindicales lo dieron por bueno y lo utilizaron para asustar a los trabajadores y que asumiesen la privatización parcial de la empresa. Pues ahora resulta que el ministro de Industria declara desde Bruselas (El País, 26/11/04) que el plazo podría alargarse hasta marzo. Y añadió que considera ese tope “suficiente”, o sea, que el plazo podría ser mayor. Todo se negocia en la Unión Europea dependiendo del apuro que tengan los gobiernos. Por tanto, la clave está en ejercer la suficiente presión política sobre ellos.

Fracaso de la desmovilización

La actual situación del plan de Izar no demuestra el fracaso de la movilización, sino todo lo contrario: el fracaso de la desmovilización. Los dirigentes sindicales cometieron un grave error. Sin embargo, no parecen haber aprendido mucho, como demuestra su propuesta de responder a la ruptura de las negociaciones con un paro de dos horas ocho días más tarde. Y la siguiente movilización será un paro de cuatro horas el 2 de diciembre. Se vuelve a repetir lo de septiembre: las movilizaciones de ámbito estatal son insuficientes y la movilización local las supera ampliamente.

Hay que elevar el nivel de la movilización, y esto exige adoptar la estrategia que el Sector Crítico de CCOO de Izar-Ferrol viene defendiendo desde el principio: extender la lucha, coordinar la movilización, un calendario de movilizaciones hasta Navidad que aumente gradualmente la presión, organizarnos mejor y participación de los trabajadores en la toma de todas las decisiones, sin distinción entre la principal y las compañías a través de las asambleas. Las movilizaciones del jueves 25 volvieron a demostrar el ánimo de lucha de los trabajadores. Los sindicatos deberían ahora convocar cuanto antes una marcha a Madrid en sábado, con dos objetivos: celebrar una manifestación —apoyada por una campaña de CCOO y UGT para que los trabajadores madrileños asistan masivamente— y celebrar una asamblea general de todos las factorías que ayude a superar el localismo y donde se someta a la consideración de los trabajadores una plataforma reivindicativa y un calendario de movilizaciones unificados a nivel estatal.

En septiembre se demostró que tenemos fuerza para hacer retroceder al Gobierno. Dado que las circunstancias políticas siguen siendo las mismas, la reanudación de la lucha ofrecerá resultados positivos para nuestros intereses de clase, pero con una condición: que se aprenda de la experiencia. El referéndum de la Constitución Europea está a la vuelta de la esquina. Zapatero está sometido a una presión especial porque quiso ser el primero en celebrarlo. No se puede permitir el lujo de un fracaso. Si consideramos que Europa aparece como un factor fundamental en el conflicto de Izar, que de por sí ya tiene una gran repercusión política, ese referéndum hace que las circunstancias políticas todavía nos sean más favorables. No se puede descartar que la prolongación del plazo hasta marzo tenga por objetivo salvar el 20 de febrero. Por eso sería un error que se vuelvan a parar las movilizaciones en caso de reapertura de la negociación. Los dirigentes sindicales no pueden volver a cometer los graves errores de estrategia sindical que nos han conducido a la situación inaudita de que, después de dos meses y medio y de una lucha impresionante, el plan haya vuelto al punto de partida.

Xaquín Gª Sinde, José R. Rico y Arturo Llago

Miembros de la Comisión Ejecutiva de CCOO Izar-Ferrol

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