Renfe nació el 1 de febrero de 1941 y muere el 31 de diciembre de 2004, es decir, se extingue, y por tanto el 1 de enero de 2005, nacen, se crean dos entes, dos empresas públicas que se llamarán de momento Adif, (Infraestructuras) que es quien en reRenfe nació el 1 de febrero de 1941 y muere el 31 de diciembre de 2004, es decir, se extingue, y por tanto el 1 de enero de 2005, nacen, se crean dos entes, dos empresas públicas que se llamarán de momento Adif, (Infraestructuras) que es quien en realidad asume el papel mayoritario de la antigua Renfe, y la que se ha dado en llamar Renfe Operadora (transportes).Una vez más hay que decir, que no es lo mismo predicar que dar trigo, esta segregación procede de la Ley del Sector ferroviario Ley 39/2003 de 17 de noviembre, del Partido Popular, a la cual se opuso en su totalidad el PSOE, pero una vez Zapatero en el Gobierno no sólo no la deroga, sino que entra en vigor sin moverle ni una coma. Y ahora nos venden la moto porque ellos son muy buenos y nos hacen una declaración de intenciones de que no van a privatizar el ferrocarril. ¿Entonces para qué esta ley? Es decir que yo me tengo que creer que estos nuevos “amos” tienen la herramienta para matar pero no la van a utilizar en mi contra. Y digo yo, si no van a privatizar para que queremos una ley que divide Renfe en dos empresas, para desarrollar una única función como es transportar mercancías y personas. Está demostrado que lo mejor es una única organización productiva y bien estructurada, para que no haya disfunciones en la prestación de un transporte de calidad, seguro y con precios económicos para la población. No puede ser el cuento que la Unión Europea exige dos contabilidades, una para infraestructuras y otra para lo demás, ese cuento está muy visto y huele muy mal porque nos tratan como tontos. La contabilidad, sus ingenieros, hacen verdaderas virguerías. Es decir, se pueden hacer tantas contabilidades como se quieran en una misma empresa.

La excusa de la UE

Aquí, como en otros lugares, los ataques a los derechos de los trabajadores llevan siempre la bandera de Europa. Pero es curioso, ahora nos quieren vender como una maravilla enlatada, sin saber lo que hay dentro, lo que ya se le denomina por ahí el Tratado de la Constitución furtiva, que no es otra cosa que el texto refundido, a peor, de todos los tratados firmados y que como “mola” mucho, ahora le ponen el nombre de Constitución y nos venden un lobo embadurnado de corderillo, donde su filosofía es la “alta competitividad” y el “mercado”, es decir, la maximización y acumulación del beneficio de los amos del mundo, con el exterminio de la naturaleza, de lo público y de lo social, es decir, de lo colectivo, lo que afecta directamente a las vidas de millones de personas humanas.

Así las cosas, retomando el hilo conductor de nuestro tema, nuestros sindicatos ferroviarios, dado que pasaba el tiempo y la vacatio legis de la Ley del Sector ferroviario se agota y nada oferta el Ministerio de Fomento, UGT, CCOO y el Sindicato Ferroviario S. F. convocan huelgas, para los días 29 de octubre, 2 de noviembre, 3 y 9 de diciembre de 2004. El sindicato CGT se abstiene en la votación de la huelga y el SEMAF (maquinistas) no se presenta.

Las razones que alegamos para la huelga son muchas y variadas, enumero algunas:

1) Incumplimiento del convenio colectivo vigente, Clasificación de Categorías, sistemas de primas y condiciones de trabajo del personal de talleres.

2) La existencia de un amplio rechazo laboral, sindical, social, y político a la ley de privatización.

3) La ley genera entre los obreros muchas incertidumbres y dudas sobre la viabilidad de Renfe como ferrocarril público, social, sostenible, redistribuible de la riqueza, en definitiva de servicio para el conjunto de la población.

4) También genera sospechas muy fundadas y peligros inminentes para la creación de empleo público, de calidad y estable, por el contrario, los pocos trabajadores que somos en la actualidad iremos desapareciendo por muerte natural sin espasmos y sin traumas en las dos empresas públicas resultantes: Adif y Renfe Operadora, es decir, pérdidas de miles de puestos de trabajo de los 30.000 que somos en la actualidad, sólo basta recordar que en 1982 éramos 76.000 empleados.

5) La ley tampoco garantiza la permeabilidad de los trabajadores entre ambas empresas.

Por tanto, lo que todos los trabajadores ferroviarios queremos es participar en una gestión transparente del ferrocarril, a través de sus organizaciones. La creación de un modelo de empresa ferroviaria que garantice la viabilidad de un ferrocarril público de calidad para toda la población, con empleo estable, permeabilidad para las distintas categorías de trabajadores tanto para su promoción como para su pase, y por supuesto nunca perdiendo derechos adquiridos sino progresando en ellos.

Como aviso para navegantes de lo que puede venir, el día 24 de noviembre 2004 el director gerente del Área de Transportes de Mercancías y Mantenimiento Integral de Trenes se despacha diciendo que “los enclaves de los MIT (Mantenimiento Integral de Trenes) están sobredimensionados y que de los 4.200 trabajadores sobran 1.200”. Y también se ha pronunciado en el sentido de cuestionar la capacidad de adaptación de la actual plantilla a las nuevas tecnologías ya que la edad media es de entre 40 y 45 años.

Desconvocatoria

de las huelgas

Para acabar, decir que lo más grave de todo esto proceso es que se convocan unas huelgas, tarde pero al fin se convocan, pero el día 2 de diciembre de 2004 a las 18 horas empieza a oler mal en las sedes de los sectores ferroviarios de CCOO y UGT porque a las 23:45 del mismo día 2 de diciembre, tras la intervención de las respectivas federaciones de CCOO Y UGT, al margen de los derechos democráticos de los trabajadores ferroviarios, nuestros representantes del Comité de CCOO y UGT, obedeciendo órdenes de arriba, desconvocan las huelgas, algo realmente vergonzoso. Según parece el Ministerio de Fomento le vende el “producto” a los “directivos gerentes” de CCOO Y UGT, para que éstos a su vez lo transmitan a nuestro compañeros representantes en el Comité, para que a su vez éstos nos pasen la pelota a nosotros. El “producto” es el siguiente: que la empresa ha prometido la no privatización del ferrocarril y que éste es muy bueno, que por lo menos en dos años los excedentes de una de las empresas nuevas, mientras reajustan sus plantillas, pueden pasar a la otra, ¡menuda venta¡ menuda permeabilidad!

En fin, se avecinan tiempos de incertidumbre y seguramente muy duros.

Pedro Martínez Díaz

Sindicato Ferroviario* · Murcia

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