La mitad de los trabajadores de mano de obra directa de la fábrica de Talgo, en Rivabellosa, ha secundado el 16 de marzo una huelga convocada por la mayoría del comité de empresa de UGT. El motivo: el despido de dos jóvenes trabajadores con 5 y 7 añ La mitad de los trabajadores de mano de obra directa de la fábrica de Talgo, en Rivabellosa, ha secundado el 16 de marzo una huelga convocada por la mayoría del comité de empresa de UGT. El motivo: el despido de dos jóvenes trabajadores con 5 y 7 años de antigüedad en la empresa, que habían alegado razones personales para no acudir el fin de semana a realizar horas extras ya que, como reconoce el Estatuto de los Trabajadores, su realización tiene carácter voluntario. El sindicato pro-patronal CSIF, que tiene un importante peso en el conjunto de factorías de Talgo, se negó a convocar la huelga, demostrando a qué intereses sirve.

La empresa, que alegó en primer lugar desobediencia para justificar el despido, ha terminado reconociendo la improcedencia del mismo y poniendo a disposición de los trabajadores la indemnización correspondiente. Esta lucha sindical de los trabajadores de Talgo es la primera que se hace, desde la fundación de la factoría alavesa hace más de sesenta años, causada por asuntos internos de la empresa.

La movilización es fruto del profundo malestar de la plantilla, de muchos años de represión a los trabajadores de la empresa negándoles derechos básicos, como los que han provocado estos despidos. Muchos trabajadores no han podido secundar esta lucha debido a su situación de precariedad totalmente abusiva: un año de periodo de prueba al firmar el contrato indefinido. Así mismo, los contratos de los trabajadores están plagados de cláusulas adicionales que inutilizan el convenio colectivo.

Estos dos despidos son la culminación de una actitud autoritaria que pretende mantener el orden y ha provocado, a pesar de la represión de la dirección, la respuesta de los jóvenes trabajadores, hartos de la actitud patronal que dispone de ellos como de meras herramientas de producción. Cada vez mayor número de trabajadores de la factoría, como demuestra esta huelga, está sacando la conclusión, a pesar de las amenazas, despidos y el marcaje de la empresa, de que hasta aquí hemos llegado, de que es necesario movilizarse para acabar con el sometimiento al que fuerza la dirección de adaptarse a las necesidades del proceso de producción olvidándose de los derechos del convenio, las leyes laborales, etc... y acercándonos a esa máxima que se colgaba en la puerta de los cuarteles (adaptada ahora a las empresas) de “todo por la empresa”. Democracia cuartelera que muchos empresarios añoran, que es una realidad diaria para millones de trabajadores, especialmente los más jóvenes, las mujeres, los emigrantes, que, para ejercitar su derecho a trabajar, tienen que abandonar sus derechos democráticos, laborales y sociales a la puerta de las empresas.

La mayoría del comité y la sección sindical de UGT han valorado positivamente la huelga y manifiestan su decisión de seguir luchando en defensa de los derechos básicos de los trabajadores de Talgo.

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