Como consecuencia del tirón de la construcción, Urbina SA, una empresa de 70 trabajadores que se dedica a la fabricación de andamios y puntales, está a tope de trabajo. En los últimos años ha tenido que aumentar la plantilla en 10 trabajadores más,Como consecuencia del tirón de la construcción, Urbina SA, una empresa de 70 trabajadores que se dedica a la fabricación de andamios y puntales, está a tope de trabajo. En los últimos años ha tenido que aumentar la plantilla en 10 trabajadores más, pero en condiciones económicas inferiores al resto de trabajadores.

El empresario Luis López de Sosoaga está sacando muchos beneficios, pero para él —como para muchos empresarios— no es suficiente: quiere ganar todavía más y para ello ha decidido explotar y hacer la vida imposible a los trabajadores.

Ha presionado a varios de ellos para que se vayan con cuatro gordas después de toda una vida produciendo beneficios.

En el último año han despedido a dos trabajadores y ha habido dos sanciones de 40 días de suspensión de empleo y sueldo, a pesar de que el Comité de Empresa y la plantilla hemos mostrado un total rechazo.

El objetivo de este empresario es, además, tener aterrorizada a toda la plantilla que sabe que puede ser sancionada o despedida en cualquier momento debido a la actitud chulesca y prepotente del gerente, Luis López de Sosoaga, para así poder imponerles unos ritmos productivos y unas condiciones de trabajo insoportables y muy peligrosas desde el punto de vista de la salud laboral y de los accidentes de trabajo.

El absentismo, para hacerse una idea, ha alcanzado en el mes de noviembre el 25% de una plantilla de 50 trabajadores en producción. Las continuas denuncias del Comité a la Inspección de Trabajo llevaron a ésta a una investigación de seis horas dentro de la Empresa.

Los trabajadores de Urbina tenemos una antigüedad media de 25 años lo que implica edad y derechos. La Dirección, y así se lo ha dejado caer al Comité y a los trabajadores, desea reducir la plantilla hasta 20 trabajadores, subcontratando por medio de ETTs y trabajo de fuera, en talleruchos pequeños donde puedan explotar a los trabajadores como auténticos esclavos.

La negociación del Convenio se inició en el mes de marzo y los problemas ya empezaron cuando la dirección, negándose a dialogar con el Comité de Empresa, contrató a un asesor privado para que negociase con los trabajadores.

La mayoría de las propuestas por parte de la Empresa implicaban recortar lo poco que teníamos los trabajadores en el Convenio Provincial del Metal: nos exige flexibilidad horaria. No quiere aceptar el contrato de relevo porque no quiere renovar la plantilla. Condiciona las prestaciones complementarias en caso de enfermedad y accidente no laboral a un absentismo imposible de conseguir (2%) y nos niega a los trabajadores a tener una atención sanitaria de calidad en Vitoria, enviándonos a Mutuas fuera de la provincia creándonos infinidad de problemas.

Todo esto nos obligó a los trabajadores a salir a la huelga indefinida. En estos momentos llevamos ya un mes de huelga por lo que estamos recabando la solidaridad de toda la clase trabajadora. Hemos iniciado la recogida de dinero para la Caja de Resistencia. El número de cuenta es 0008278954 en la Caja Vital.

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