Soy delegado de personal y prevención por CCOO en una pequeña empresa del metal en Gijón, Asturias. Por el mero hecho de asistir a las reuniones sindicales he recibido constantes amenazas del empresario y su encargado.Soy delegado de personal y prevención por CCOO en una pequeña empresa del metal en Gijón, Asturias. Por el mero hecho de asistir a las reuniones sindicales he recibido constantes amenazas del empresario y su encargado.

A los pocos meses de ser elegido le presento una carta pidiéndole una reunión para reclamar las nocturnidades que nunca ha pagado, entre otras cosas. Automáticamente me traslada de puesto quitándome el régimen de turnos; pero al menos, mis compañeros ya las cobran.

Después de esto fui a declarar a un juicio a favor de un compañero despedido, al que querían imputar unas causas nada ciertas. Esto provocó la ira del empresario que me trasladó de puesto, apartándome del resto de la plantilla; me llevó a una segunda planta en la que estoy yo solo y con órdenes de no salir de allí para nada. Lo he denunciado ante la Inspección de Trabajo y todavía estoy esperando por el inspector.

Al final, desde El Militante organizamos una campaña de faxes de protesta dirigidos al empresario y en 48 horas la dirección de la empresa pedía mi dimisión como delegado. No cedí a las presiones confiando en continuar luchando. Pensamos sacar unos panfletos para denunciar la situación públicamente, no hizo falta. Me devuelven a mi puesto habitual, me van a pagar los atrasos que me deben e incluso una prima que yo no pedí, pero que cobra el resto de mis compañeros.

Esta batalla la hemos ganado gracias a emprender una lucha decidida, pero aún así siempre hay que estar firme y alerta.

Mis más sincero agradecimiento a todos vosotros y especialmente a los que me apoyaron mandando los faxes. Muchas gracias, camaradas.

Sergio

CCOO

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