El martes 30 de octubre teníamos conocimiento de la sentencia del juicio contra Israel Galve Maldonado, el fascista que en febrero de 2005 apuñaló a un joven de izquierdas en la ciudad de Guadalajara. Pues bien, la sentencia firmada por las magistradas Concepción Espejel, Isabel Serrano y Ángeles Martínez condena a este delincuente a una pena de dos años de cárcel por un delito de agresión grave, en lugar de homicidio en grado de tentativa como pedía el fiscal. Así no tendrá que volver a pisar la cárcel de Alcalá-Meco.
La sentencia reconoce que Israel Galve sacó la navaja que llevaba y asestó tres puñaladas al joven agredido, pero en cambio, las magistradas consideran que no había intención de asesinar al joven apuñalado: "No puede afirmarse tampoco que los navajazos asestados (...) fueran precedidos de una deliberada selección de la zona anatómica alcanzada, teniendo en cuenta que ambos estaban enzarzados en una pelea, lo que unido a la escasa penetración de las heridas (...) cabe interpretar como relevante indicio de que el propósito del agresor era lesionar a su oponente". Es decir, da igual que las puñaladas fueran junto al bazo, cerca del corazón y rozando la arteria femoral. Como no alcanzaron ningún órgano vital, y la navaja se clavó poco, según las magistradas, se demuestra que no había intención de asesinar.
La sentencia, además, intenta eliminar el factor político como agravante y para ello niega la vinculación de Israel Galve con grupos de ultraderecha: "No sólo carecemos de la necesaria precisión en los datos (...) sino que los propios implicados han negado su pertenencia a organización política o similar de cualquier clase, lo que desvincula lo acontecido del aspecto puramente ideológico...". Pues bien, en la página web de La Falange podemos ver varias fotos de Israel Galve en reuniones de la Junta Provincial de La Falange. En cambio estas magistradas consideran que "no hay la necesaria precisión en los datos".
Esta sentencia vuelve a poner de manifiesto que la justicia no es neutral. Los fascistas se benefician del amparo y la impunidad que les brinda el aparato judicial. ¿Hubiera sido igual la sentencia si el apuñalado hubiera sido un fascista y el agresor un joven de izquierdas? La respuesta es evidente. Esta sentencia da alas a los grupos fascistas para que sigan campando a sus anchas en todo el territorio del Estado español.

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