Seis y cuarto de la tarde y el local del Ateneo Ferrolán ya está muy concurrido. Es la primera de las dos jornadas de proyección, en Ferrol y A Coruña, de la película documental “Las armas no borrarán tu sonrisa”, del director Adolfo Dufour, un proyecto impulsado por los y las compañeras del Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT).
Después de varias semanas de difusión y preparación, pegando cientos de carteles y repartiendo miles de hojas en manifestaciones, centros de trabajo, institutos y facultades todo está listo para comenzar. Aún no se ha proyectado en Galicia y decenas de personas, especialmente veteranos y veteranas que vivieron aquella época, se van sentando y preparando para compartir la tarde con sus protagonistas y el director de la misma en el acto organizado conjuntamente entre el COT, Esquerda Revolucionaria y el Sindicato de Estudantes.
Con los y las protagonistas dirigiéndose al público arranca la primera de dos sesiones de auténtica memoria obrera, de historia de nuestra clase, de lucha, de dolor, de sufrimiento y de conquista de libertades.
El documental y Manuel Ruiz, siempre presente
Tras una breve presentación por parte de camaradas de Esquerda Revolucionaria, Adolfo Dufour, Javier Almazán y Olga Gutiérrez van tomando la palabra y lo llenan todo.
Las palabras de Adolfo tienen sobre todo un protagonista, que también lo es del documental. Se trata de Manuel Ruíz, hermano de Arturo Ruiz y compañero de Olga Gutiérrez, lamentablemente fallecido sin poder visionar la película. Pero “sabía que estaba terminada”, nos dice Adolfo, y eso era lo que le importaba.
Su determinación, su perseverancia e insistencia, la labor de investigación de su familia. Todo ello está condensado en este maravilloso trabajo en el que han participado decenas de profesionales poniendo su talento desinteresadamente a disposición de una causa justa, romper el manto de silencio que el relato oficial de la Transición ha querido imponer durante décadas. Este documental viene a reivindicarles a ellos y a ellas, a las víctimas de la Transición sangrienta, y lo consigue, vaya si lo consigue.

Casi dos horas que se pasan volando llenas de emociones; rabia e indignación por los crímenes y la ocultación de una parte, de la otra admiración y voluntad de hacer que este relato, el de verdad, llegue a cada rincón. La música, las imágenes, los testimonios, las representaciones, los monólogos, los poemas, nos transportan a aquella época tan edulcorada, distorsionada y falsificada en series y películas de distribución masiva.
El COT, una lucha titánica por rescatar la memoria de nuestra clase
“Las armas no borrarán tu sonrisa” es la frase que el padre de Arturo Ruiz —asesinado por sicarios de extrema derecha el 23 de enero de 1977 en una manifestación por la amnistía de los presos políticos— escribió en el dorso de una fotografía de su hijo. Un icónico retrato que se ha convertido en un símbolo. La imagen, portada de la película, era reconocida por bastantes personas estas semanas cuando repartíamos hojas de la proyección. “A este le conozco, lo mataron, me acuerdo”, y frases parecidas nos decían algunos vecinos del barrio coruñés de Agra de Orzán, donde la proyectamos.
La CGT nos cedió su espacio y el viernes arrancamos allí la tarde con las cálidas palabras de agradecimiento y acogida del compañero Paco en nombre del sindicato. Entre los y las asistentes gente conocida, pero también caras nuevas; jóvenes, trabajadores y veteranos impactados por las palabras de los compañeros y la compañera en sus caras ya en los primeros minutos.
Javier Almazán, hermano de Ángel Almazán, de pie frente a todos y todas, recordando a su hermano asesinado a los 18 años por la policía en una manifestación por la abstención en el referéndum del 76. Con unas pocas frases nos trasladó a la época, al contexto, nos conmovióOlga Gutiérrez, emocionada y entregada a transmitirnos lo que fue la dictadura sin Franco, los presos en las cárceles años después de la muerte del dictador, la férrea voluntad de acabar con aquello que movía a miles de jóvenes, estudiantes y obreros, como Arturo Ruiz. Venían de los barrios de Madrid a las movilizaciones, arriesgándolo todo, conscientes de ello, para acabar con aquella pesadilla. Y lo consiguieron, pagando primero el precio de su vida algunos y algunas de ellas, y después el precio del olvido durante mucho tiempo en el relato oficial, y falso, de una Transición modélica, ejemplar y pacífica.
Ni la impunidad de los asesinos, ni los obstáculos de todo tipo, ni el dolor de muchas familias y seres queridos han podido con la energía y el empeño de hombres y mujeres como Olga, Manuel, Javier y tantos otros que, unidos y organizados en el COT, han roto con la mordaza a la memoria de quienes nos dejaron un mundo mucho mejor del que encontraron y padecieron y la tarea pendiente de continuar su ejemplo de lucha por la transformación social.
Restableciendo el hilo rojo de la historia
Después del visionado hubo preguntas de los y las asistentes; sobre las leyes de Memoria Democrática, la ausencia de estos acontecimientos en los temarios educativos, los recortes en las libertades democráticas que padecemos actualmente, los motivos que dieron lugar a la formación del COT, la valoración de la situación política actual y las lecciones de aquel periodo para las luchas actuales... También reflexiones y felicitaciones, muchas, a los y la compañera, por su trabajo de recuperación de la memoria en un periodo tan ocultado, tergiversado y directamente falsificado.

Nos quedamos con la fuerza de las imágenes de aquellas manifestaciones, con las caras de algunos de aquellos jóvenes. Gracias a este trabajo hoy los conocemos mejor. A Arturo Ruiz, Ángel Almazán, Yolanda González, José Luis Montañés, Gustau Muñoz, Mari Luz Nájera y tantos otros.
Nos quedamos también con una idea, tantas veces ocultada, y que estos jóvenes y sus familias ahora nos recuerdan: las dictaduras se tumban, los derechos y las libertades se conquistan, nunca fácilmente, nunca regalados, solo con la organización y la pelea. Que nada ni nadie nos pretenda ocultar la historia de estas víctimas de la Transición Sangrienta, que es la historia de lucha de nuestra clase.
Gracias a todos los y las profesionales por la valentía de rodar esta película y compartirla con nosotras. Gracias a los y las compañeras del COT por hacerlo posible con su esfuerzo y dedicación.
---------------------------------------
A memoria polos esquecidos da Transición chega a Ferrol e Coruña
Seis e cuarto da tarde, o Ateneo Ferrolán xa está moi concorrido. É a primeira das dúas xornadas de proxección, en Ferrol e A Coruña, do filme-documental “Las armas no borrarán tu sonrisa”, do director Adolfo Dufour, un proxecto impulsado polos e polas compañeiros e compañeiras do “Colectivo por los Olvidados de la Transición” (COT).
Despois de varias semanas de difusión e preparación, pegando centos de cartaces e repartindo milleiros de follas nas manifestacións, centros de traballo, institutos e facultades todo está listo para comezar. Nunca antes se proxectara na Galiza e decenas de persoas, especialmente veteranas que viviron aquela época, vanse sentando e preparando para compartir a tarde cós seus protagonistas e co director da mesma no acto organizado conxuntamente entre o COT, Esquerda Revolucionaria e o Sindicato de Estudantes.
Cos e coas protagonistas dirixíndose ao público arranca a primeira das dúas sesións da auténtica memoria obreira, da historia da nosa clase, da loita, da dor, do sufrimento e da conquista das liberdades.
O documental e Manuel Ruiz, sempre presente
Tras unha breve presentación por parte de camaradas de Esquerda Revolucionaria, Adolfo Dufour, Javier Almazán e Olga Gutiérrez van tomando a palabra e o enchen todo.
As palabras de Adolfo teñen sobre todo un protagonista, que tamén o é no documental. Trátase de Manuel Ruíz, irmán de Arturo Ruiz e compañeiro de Olga Gutiérrez, lamentablemente falecido sen poder ver o filme. Pero “sabía que estaba rematada”, dinos Adolfo, e iso era o que lle importaba.
A súa determinación, o seu tesón e insistencia, a labor de investigación da súa familia. Todo está condensado neste marabilloso traballo no que participaron decenas de profesionais poñendo o seu talento desinteresadamente a disposición dunha causa xusta, rompendo o manto de silencio que o relato oficial da Transición impuxo durante décadas. Este documental ven a reivindicalos, a eles e a elas, ás vítimas da Transición sanguenta, e o conseguen, vaia se o conseguen.
Case dúas horas cheas de emocións que se pasan voando; dunha parte, rabia e indignación polos crimes e a ocultación, doutra, admiración e vontade de facer que este relato, o de verdade, chegue a cada recuncho. A música, as imaxes, as testemuñas, as representacións, os monólogos, os poemas, transpórtannos a aquela época, tan edulcorada, distorsionada e falsificada en series e películas de distribución masiva.
OCOT, unha loita titánica por rescatar a memoria da nosa clase
“Las armas no borrarán tu sonrisa” é a frase que o pai de Arturo Ruiz
—asasinado por sicarios de extrema dereita o 23 de xaneiro de 1977 nunha manifestación pola amnistía dos presos políticos— escribiu no dorso dunha fotografía do seu fillo. Un icónico retrato que converteuse nun símbolo. A imaxe, portada da película, era recoñecida por bastantes persoas estas semanas cando repartíamos follas da proxección. “A este coñézoo, matárono, lémbrome”, e frases parecidas dicíannos algúns veciños do barrio coruñés de Agra do Orzán, onde a proxectamos.
A CGT cedeunos o seu espazo e o venres arrancamos alí á tarde coas cálidas palabras de agradecemento e acollida do compañeiro Paco en nome do sindicato. Entre os e as asistentes xente coñecida, pero tamén caras novas; mozas e mozos, traballadores e veteranos impactados polas palabras dos compañeiros e a compañeira xa desde o primeiro intre.
Javier Almazán, irmán de Ángel Almazán, de pé fronte a todos e todas, lembrando ao seu irmán asasinado aos 18 anos póla policía nunha manifestación pola abstención no referendo do 76. Cunhas poucas frases trasladounos á época, ao contexto, conmoveunos.
Olga Gutiérrez, emocionada e entregada a transmitirnos o que foi a ditadura sen Franco, os presos nos cárceres anos despois da morte do ditador, a férrea vontade de acabar con aquilo que movía a milleiros de mozas e mozos, estudantes e obreiros, como Arturo Ruiz. Viñan dos barrios de Madrid ás mobilizacións, arriscándoo todo, conscientes diso, para acabar con aquel pesadelo. E conseguírono, en primeiro lugar pagando moitos e moitas coa súa vida, e despois sufrindo o esquecemento no relato oficial, e falso, dunha Transición modélica, exemplar e pacífica.
Nin a impunidade dos asasinos, nin os obstáculos de todo tipo, nin a dor de moitas familias e seres queridos puideron coa enerxía e o empeño de homes e mulleres como Olga, Manuel, Javier e tantos outros que, unidos e organizados no COT, romperon coa mordaza á memoria de quen deixaron un mundo moito mellor do que encontraron e padeceron a tarefa pendente de continuar co seu exemplo de loita póla transformación social.
Restablecendo o fío vermello da historia
Despois de ver o filme houbo preguntas dos e das asistentes; sobre as leis de Memoria Democrática, a ausencia destes acontecementos nos temarios educativos, os recortes nas liberdades democráticas que padecemos actualmente, os motivos que deron lugar á formación do COT, a valoración da situación política actual e as leccións daquel período para as loitas actuais ... Tamén reflexións e felicitacións, moitas, aos compañeiros e a compañeira, polo seu traballo de recuperación da memoria nun período tan ocultado, terxiversado e directamente falsificado.
Quedámonos coa forza das imaxes daquelas manifestacións, coas caras daquela mocidade. Grazas a este traballo hoxe coñecémolo mellor. A Arturo Ruiz, Ángel Almazán, Yolanda González, José Luís Montañés, Gustau Muñoz, Mari Luz Nájera e tantos outros.
Ficamos tamén cunha idea, tantas veces ocultada, e que esta mocidade e as súas familias agora nos lembran: as ditaduras tómbanse, os dereitos e as liberdades conquístanse, nunca facilmente, nunca agasallado, soamente coa organización e a loita, que nada nin ninguén preténdanos ocultar a historia destas vítimas da Transición Sanguenta, que é a historia da loita da nosa clase.
Grazas a todos e todas os e as profesionais pola valentía de rodar este filme e compartilo con nós. Grazas aos e ás compañeiras do COT por facelo posible có seu esforzo e dedicación.