El jueves 8 de mayo, después de dos días de cónclave y cuatro votaciones, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue nombrado nuevo papa recogiendo el testigo de Francisco I fallecido el pasado 21 de abril.

Periodistas, tertulianos, responsables políticos, conservadores y progresistas, de multitud de países, ocupando incontables horas de televisión, radio, páginas en la prensa escrita y plataformas en internet, nos bombardean, entre el deseo, la esperanza y la certeza, con la idea de que León XIV, nombre elegido por el nuevo pontífice, vaya a continuar “el camino de las reformas” emprendido por el papa Francisco. Esta ensordecedora campaña trata de ocultar, sin conseguirlo, que la Iglesia Católica ha sido y sigue siendo una de las organizaciones más reaccionarias del planeta.

El “legado” de Francisco I

Tras la elección de Jorge Mario Bergoglio como papa, en marzo de 2013, hubo un diluvio de alabanzas hacia el nuevo ocupante “del trono de San Pedro”. Con ellas se daba la bienvenida al que se nos presentaba como un pontífice valiente que, con espíritu reformador, iba a colocar a la Iglesia Católica en el siglo XXI.

Librería"
Para dar credibilidad a Francisco I, el papa "reformista", los ideólogos y creadores de su nueva imagen intentaron enterrar algunos episodios turbios del pasado del hasta hace poco cardenal Jorge Mario Bergoglio. 

Para dar credibilidad a la maniobra, los ideólogos y creadores de la imagen del nuevo papa intentaron enterrar algunos episodios turbios del pasado del que fuera presidente de la Conferencia Episcopal Argentina de 2005 a 2011. Entre ellos destacan su complicidad, en 1976, en el secuestro perpetrado por la dictadura de los curas jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio. También tuvo que declarar dos veces como testigo en causas por crímenes de lesa humanidad; la primera en 2010, en el juicio por la megacausa ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada)[1]. La segunda en 2011, en un juicio por el plan sistemático de robo de bebés. Por otro lado Francisco, siendo ya el máximo dirigente de la iglesia argentina, jugó un papel protagonista en el intento de encubrir al sacerdote Julio César Grassi, acusado y finalmente condenado a 15 años por abusar sexualmente de niños[2].

Tras la muerte de Francisco esta campaña de alabanzas ha vuelto a cobrar ímpetu con fuerzas renovadas.

En ella participan con entusiasmo  un buen número de representantes políticos de la “izquierda” institucional. Estos insisten en resaltar el legado que ha dejado el papado de Francisco y en trasladar su anhelo de que León XIV lo prosiga. Una de las grandes admiradoras de la labor realizada por el papa argentino es la ministra de Trabajo Yolanda Díaz. “Lo relevante es que haya continuidad con un proyecto basado en el humanismo, en reducir las desigualdades y fomentar un mundo en paz. Espero que este nombramiento sirva para continuar la estela del Papa Francisco”[3], declaraba hace unos días.

Pero, ¿cuál ha sido realmente el legado de Francisco I? ¿Dónde está el nuevo rumbo que ha tomado la Iglesia y esas supuestas reformas implementadas por él?

Más allá de los gestos, y las muchas palabras vacías con las que Francisco se ha prodigado en sus 12 años de papado, todo sigue igual en la Iglesia Católica.

Su posición como uno de los pilares en los que descansa el orden establecido, el sistema capitalista que genera y eterniza la desigualdad, la pobreza y la injusticia, sigue más sólida que nunca.

El anterior papa nunca cuestionó los dogmas profundamente reaccionarios que son las señas de identidad de la Santa Madre Iglesia. Desde el Vaticano se ha seguido dirigiendo y gestionando esta institución sobre la base de una misoginia, transfobia y LGTBIfobia medievales.  La losa “eclesiástica” que oprime a las mujeres, al colectivo LGTBI y al trans, se mantiene con firmeza después del papado de Francisco.

Las propias declaraciones del papa argentino son muy esclarecedoras y no dejan lugar a dudas.

Respecto al aborto su mensaje es claro. En  pleno auge de las movilizaciones de cientos de miles de mujeres en Argentina igualó el aborto con un homicidio y comparó a los médicos que lo practican  con asesinos a sueldo. Abortar es como, "alquilar un sicario para resolver un problema"[4].

Entre los numerosos guiños que ha hecho, Bergoglio dijo en una entrevista que la homosexualidad no era un “delito” (dejando claro que la Iglesia lo ha entendido así durante mucho tiempo, y que en muchos países todavía lo sigue considerando), para inmediatamente afirmar que sí era un “pecado”. En otra entrevista también afirmó: “hemos de ser exigentes. En nuestras sociedades parece incluso que la homosexualidad está de moda y esa mentalidad, de alguna manera, también influye en la vida de la Iglesia”[5]. Lo mismo, pero más breve, quería decir cuando en una conversación privada señaló que “ya hay demasiado mariconeo en los seminarios”[6].

En un documento vaticano publicado y firmado por el papa hablaba de las personas trans explicando que el sexo es un don irrevocable de Dios, “de ahí que toda operación de cambio de sexo, por regla general, corra el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”[7]. Nada nuevo. El mismo ideario tránsfobo que ha defendido la Iglesia siempre.

Librería"
Más allá de los gestos, y las muchas palabras vacías con las que Francisco se ha prodigado en sus 12 años de papado, todo sigue igual en la Iglesia Católica. 

Respecto al genocidio en Gaza, en su última homilía dijo: “Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino. Es preocupante el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo”[8]. La palabrería de siempre y el indecente pacifismo falso y fariseo que equipara víctimas y verdugos.

La tan cacareada tolerancia 0 con los abusos sexuales en el seno de la Iglesia ha quedado en un gigantesco ejercicio de hipocresía.

Sarah Pearson y Peter Eley, referentes de Conclave Watch (iniciativa global dirigida por miembros de la Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes (SNAP)), insisten en que Francisco no transformó nada de fondo en torno a los abusos. De hecho de los 133 cardenales que han deliberado y elegido a León XIV para el trono de San Pedro, al menos 26 fueron denunciados como cómplices y encubridores de crímenes sexuales por SNAP y organizaciones de diversos países. Entre ellos hay dos argentinos íntimos de Bergoglio. La lista deja al desnudo lo poco sustancial de la “lucha contra los abusos” del papado de Francisco[9].

León XIV un papa para intentar continuar con el lavado de cara

El 25 de marzo Robert Francis Prevost Martínez, fue denunciado ante el Vaticano por SNAP y Nate’s Mission por encubridor de  abusadores tanto en Estados Unidos como en Perú[10]. Algunos medios tachan estas denuncias como invenciones de la extrema derecha o bulos a pesar de la rigurosidad demostrada hasta ahora por parte de SNAP, la contundencia de las pruebas presentadas y la intachable credibilidad ganada tras años de actividad. 

Por otro lado, Prevost, que estuvo en Perú hasta 2023, ante el golpe de Estado que tuvo lugar en diciembre de 2022 contra Pedro Castillo se limitó a hacer llamados genéricos a “la paz” y a “la reconciliación”, sin denunciar la brutal represión que se cobró numerosas víctimas. Es más, en enero 2023 junto a otros obispos se reunió cordialmente con la presidenta golpista Dina Boluarte, quien visitó la sede de la Conferencia Episcopal Peruana en busca de aliados.

Como en el caso de Francisco I hay toda una ruidosa campaña para encubrir todos estos hechos intentando enterrarlos en toneladas de halagos hacia el nuevo pontífice.

El cardenal Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, fue elegido en un contexto en el que la Iglesia Católica estaba sumida en una profunda crisis. Los escándalos de corrupción y las luchas fraccionales azotaban la institución y Ratzinger, Benedicto XVI, era ya incapaz de hacer frente a la situación. El objetivo era dotar a la Iglesia de Roma de una nueva fachada, lavarle la cara e intentar que una institución completamente podrida y en decadencia recuperara algo de prestigio.

La elección de León XIV parece indicar que ese es el camino que la alta jerarquía eclesiástica pretende seguir transitando. Desde sectores autodenominados progresistas consideran que el hecho de haber elegido el nombre papal de León, es una prueba de que el primer papa norteamericano va a ser un resuelto defensor de los más necesitados, siguiendo la estela del papa León XIII, que la historiografía oficial ha convertido en defensor de los obreros.

León XIII (papa entre 1878 y 1903) fue el autor de la encíclica Rerum novarum, en la que abordaba la situación en la que malvivían los trabajadores. Pero la motivación central de esta encíclica era, utilizando una verborrea obrerista, alejar de las ideas socialistas, que en ese periodo estaban en alza, a los trabajadores.

Librería"
Bergoglio no pudo frenar la decadencia de la Iglesia Católica Apostólica Romana, ni su profunda crisis de credibilidad, que no puede separarse de la crisis del capitalismo. León XIV tampoco lo conseguirá. 

El fortalecimiento ideológico y organizativo de la clase obrera era un motivo de profunda preocupación para los capitalistas y sus servidores. León XIII publicó esta encíclica con el objetivo de salir al rescate de la clase dominante intentando cerrar el camino de la lucha por el socialismo a los obreros. Publicada en 1891, es un llamado a la “paz social”, y rechaza “esa fantasía del socialismo de reducir a común la propiedad privada, pues que daña a esos mismos a quienes se pretende socorrer, repugna a los derechos naturales de los individuos y perturba las funciones del Estado y la tranquilidad común (...) cuando se plantea el problema de mejorar la condición de las clases inferiores, se ha de tener como fundamental el principio de que la propiedad privada ha de conservarse inviolable”[11].  

Bergoglio no pudo frenar la decadencia de la Iglesia Católica Apostólica Romana, ni su profunda crisis de credibilidad, que no puede separarse de la crisis del capitalismo. León XIV tampoco lo conseguirá por muchos recursos de embaucador que utilice y por mucha ayuda que reciba de los que, desde supuestas posiciones de izquierda, no son otra cosa que servidores del sistema y sus instituciones.

 

Notas:

[1] La ESMA fue el centro clandestino de detención, tortura y exterminio más grande de la dictadura militar argentina.

[2] Bergoglio, el líder político que debió “reciclar” su pasado para contener la decadencia del Vaticano

[3] Yolanda Díaz espera que la elección del nuevo Papa León XIV continúe la estela de su antecesor Francisco

[4] Argentina, el país donde nació el Papa, aprueba una histórica ley del aborto

[5] La "preocupación" del papa Francisco por los homosexuales en el clero

[6] El Papa Francisco pide menos "mariconeo" en los seminarios

[7] El papa Francisco asegura que el cambio de sexo "corre el riesgo de atentar contra la dignidad de la persona"

[8] MENSAJE «URBI ET ORBI» DEL SANTO PADRE FRANCISCO

[9] Crímenes sexuales eclesiásticos: el Cónclave de Roma, lleno de cardenales con prontuario

[10] Grupo de víctimas alega que el papa León XIV gestionó mal casos de abuso sexual clerical en Chicago y Perú

[11] CARTA ENCÍCLICA RERUM NOVARUM DEL SUMO PONTÍFICE LEÓN XIII SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS OBREROS

banner

banneringles

banneringles

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas