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¡El coronavirus solo es la gota que colmó el vaso!

El coronavirus ha puesto contra las cuerdas al sistema sanitario en Madrid. La causa es la política de recortes y austeridad aplicada en la Comunidad de Madrid (CAM), durante décadas por el Partido Popular.  Años de mantener  un firme compromiso con los intereses de las grandes multinacionales están pasando una dura factura a los trabajadores madrileños y sus familias.

El PP de Madrid sigue favoreciendo a la sanidad privada con su gestión de la pandemia

Díaz Ayuso ha decidido rodearse para solventar esta crisis de personalidades muy vinculadas al modelo de sanidad privada que han venido defendiendo. Un ejemplo de ello es Antonio Burgueño, impulsor del “plan de ahorro” que incluía la privatización de 6 hospitales públicos y la externalización de otros 27 en 2013 y que fue el detonante de la marea blanca madrileña. Este señor ocupó la dirección general de HM Hospitales, fue director asistencial de Adeslas  e impulsor del primer centro público en España explotado como concesión privada.  Con este historial, sin lugar a dudas, el suculento negocio de las empresas privadas de la sanidad está garantizado.

De hecho, esto es lo que hay detrás del plan de acción integral contra el coronavirus en la CAM. Entre las 200 medidas que contiene, solo dos se han hecho públicas: un supuesto mando único de los recursos sanitarios públicos y privados y la medicalización de hoteles. Sin embargo, las condiciones bajo las cuales este plan va a ejecutarse es todo un misterio ¿Los hospitales privados van a poner sus recursos a disposición de esta emergencia de forma gratuita? ¿Lo harán los hoteles? La respuesta es evidentemente no.

La primera reacción de los centros privados ha sido negarse a atender a los infectados y hacer negocio con las pruebas clínicas. Esto ha generado una indignación brutal en la opinión pública, y bajo esta presión los centros privados han aceptado esta “colaboración”, que implicará, con toda seguridad que los pacientes que estas traten supondrán una cuantiosa factura para las arcas públicas. La medicalización de hoteles cuando en los hospitales públicos hay plantas enteras cerradas por los recortes y en los privados las camas siguen vacías, va en la misma dirección. Se trata de intentar garantizar los beneficios de la patronal hotelera en un contexto en el que la caída de la ocupación ha sido muy fuerte.

Esto no tiene nada que ver con las medidas de intervención al sector privado que la población de Madrid exige en estos momentos. Grandes aseguradoras y empresas del sector sanitario ven en esta crisis una oportunidad para conquistar mayores cuotas de mercado. Es el momento de expropiar todo el sector sanitario privado, nacionalizarlo e integrar sus hospitales y sus recursos humanos y materiales en la red pública. Solo así esta crisis puede ser resuelta al menor coste posible.

El sistema sanitario ya estaba colapsado antes de la llegada del coronavirus

Según datos hechos públicos el pasado diciembre en un informe de la UGT, el 53% de los pacientes tardan más de 3 días en recibir cita en atención primaria. Entre los años 2016 y 2019 el número de pacientes en lista de espera quirúrgica estructural ha aumentado en más de 25.000, un 66.5%. Paradójicamente, muchos quirófanos se encuentran infrautilizados, bien por falta de personal, bien porque en la zona existen quirófanos bajo gestión privada que son utilizados de forma preferente por la política sanitaria del PP. De hecho, en atención especializada el porcentaje de inversión en el sector privado multiplica por tres al de la pública. Es más, solo en la última legislatura los hospitales públicos perdieron 878 camas instalada.

La situación de los trabajadores de la sanidad pública también llevan muchos años deteriorándose notablemente. En 2008, según la memoria de Madrid Salud y sin contar con el personal directivo, había unos 76.000 trabajadores en el sistema público de salud, pero en enero de 2020  estos eran unos 74.000. Es decir, actualmente la sanidad pública madrileña cuenta con unos 2.000 trabajadores menos que antes de las crisis. Del total de 39.782 profesionales sanitarios universitarios (facultativos y enfermeras principalmente) en 2020 ¡solo 131 son funcionarios! La categoría laboral que domina es la de los estatutarios, entre los que la interinidad y la temporalidad rozan el 40%.

Pero además un hospital no puede salir adelante solo con médicos y enfermeras. Según el propio servicio madrileño de salud en 2020 de los 17.390 empleados en gestión y servicios solo 135 eran funcionarios y 14.665 estatutarios en las mismas condiciones de precariedad que el personal sanitario. ¡Hoy solo hay un celador reconocido como funcionario! A esto hay que añadir las condiciones de servicios como el de limpieza, externalizado en la inmensa mayoría de los centros y donde la precariedad laboral está totalmente instalada.

Además la falta de planificación ha llevado a que los hospitales tengan que gestionar esta crisis con serios problemas de desabastecimiento, que agrava aún más la falta de personal, ya que como consecuencia de la falta de material protector para los trabajadores sanitarios  muchos de ellos se están infectando con el virus. En estos momentos hay al menos 375 sanitarios en aislamiento y creciendo.

Esta crisis ha propiciado un ambiente generalizado de crítica a los recortes en sanidad. Especial impacto han tenido las declaraciones a TVE de un representante del MATS (Movimiento Asambleario de trabajadores-as de Sanidad) denunciando la saturación del sistema sanitario y cómo los trabajadores de los hospitales se dejan la piel en esta crisis. Su testimonio ha hecho tanto daño al Gobierno del PP que Ayuso mandó una carta enfervorecida atacando al enfermero y a la cadena pública por darle voz. Estos caciques son conscientes de que su nefasta gestión está en el punto de mira de los trabajadores y sus familias y reaccionan de forma histérica y autoritaria.

El número de atención al coronavirus está desbordado

No solo los hospitales, también la asistencia telefónica está saturada. Una persona que sospecha ser sars-cov-2 positivo puede tardar varios días en contactar con alguien por este número, o no contactar nunca. Las consecuencias de esto son que muchísimos enfermos no son detectados o se ven en la necesidad de acudir al servicio de urgencia de un hospital o de un centro de salud, lo que evidentemente hace imposible cumplir las cuarentenas.

El servicio de asistencia sanitaria (061) también fue privatizado. Ferroser (Ferrovial), la empresa adjudicataria ha recibido desde 2013 al menos 9.6 millones de euros por ello y el resultado ha sido empeorar un servicio que es clave  que atiende 4 llamadas por minuto, sumando un total de 3.300 peticiones de asistencia al día en condiciones normales. Para tal volumen de trabajo, el pliego del contrato obligaba  en 2013 a la subrogación 138 trabajadores, pero en noviembre de 2019 quedaban 97, de los cuales solo 75-80 son realmente teleoperadores.

¿Bajar la curva de contagios o subir el umbral de colapso del sistema sanitario?

En redes sociales se han hecho virales todo tipo de vídeos en los que se hace hincapié en la necesidad de cumplir las recomendaciones sanitarias para dilatar en el tiempo los contagios y descongestionar al sistema sanitario para poder asimilar la pandemia.

Por supuesto que debemos ser responsables en este sentido, pero es necesario insistir en que la capacidad de la sanidad madrileña para absorber pacientes sin que el sistema colapse se ha visto reducida críticamente por las políticas de recortes en Madrid. Todo el sistema de salud en Madrid ya viene trabajando en condiciones normales al límite. Cualquier circunstancia extraordinaria, como la actual provoca inevitablemente  el caos más absoluto.

Tanto el Gobierno central como el de la Comunidad han insistido en que las medidas se han tomado bajo criterios científicos, sin embargo la lógica del mercado ha condicionado el criterio epidemiológico. Cuando la infección aún se podía controlar en la península se evitó a toda costa tomar medidas que interrumpieran el ritmo de las ganancias de las grandes empresas. Ahora la situación es completamente caótica.

Luchar por recuperar la sanidad pública

Esta situación pone en evidencia de forma descarnada el desastre al que décadas de privatizaciones y de recortes han conducido a la sanidad pública. Es necesario poner encima de la mesa una plataforma reivindicativa concreta para recuperar la sanidad pública y revertir los recortes y la degradación que estos han causado en el sistema público de salud madrileño.

Hay que exigir:

1.- La contratación inmediata de los profesionales sanitarios (médicos, enfermeros/as, investigadores, técnicos, personal de apoyo, ambulancias….) necesarios para hace frente a este crisis y la compra de todo el material de protección necesario para garantizar la salud de los trabajadores sanitarios.

2.- La apertura de todas las instalaciones hospitalarias públicas que hoy están clausuradas por los recortes, el refuerzo y ampliación de las UVI y la compra de material médico y quirúrgico que se requiera. Deben hacerse públicas las condiciones de “colaboración” de los hoteles y hospitales privados en esta crisis. No podemos aceptar prebendas y sobrecostes que sirvan para trasvasar dinero público a empresas privadas.

3.  Un plan de choque para garantizar las operaciones programadas y seguir atendiendo a la población enferma y en riesgo. Hay que poner fin a las listas de espera y a la masificación de la medicina ambulatoria y de familia. Es inaceptable que se ponga en riesgo la vida de miles de pacientes por los recortes y la falta de medios.

4.- Abajo el Gobierno del PP y la política de privatización responsables del colapso actual del sistema sanitario madrileño.

Por su parte el Gobierno central debe  proceder inmediatamente a la expropiación de la sanidad privada y a la integración de sus recursos humanos y materiales en la red pública y liberar una partida presupuestaria  que dote de los recursos económicos que se precisen a la sanidad pública para afrontar la crisis del coronavirus y las necesidades sanitarias de la población. A esto hay que añadir la necesidad de garantizar la gratuidad de todas las medicinas que se requieran para combatir el coronavirus y el resto de las enfermedades, para lo que es imprescindible nacionalizar el sector farmacéutico.

Solo así se puede garantizar los recursos necesarios para atajar esta crisis y conquistar una sanidad pública de calidad para toda la población cuando esta crisis haya pasado.


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