Entrevista a Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes

El Militante.- ¿Qué objetivos perseguís con la huelga del 9-M?

Ana García.- La retirada de las reválidas franquistas ha sido una victoria fruto de la lucha, ha supuesto que miles de estudiantes se salven de ser expulsados injustamente de las aulas. Hemos demostrado que sí se pueden echar atrás los ataques del Partido Popular, y que la única manera de hacerlo es continuando la lucha con una huelga general de toda la comunidad educativa. Precisamente por eso vamos a volver a vaciar las aulas de todo el Estado el 9 de marzo.

Esta huelga se da en un contexto en el que la triple alianza —PP, C’s y la gestora golpista del PSOE— está intentando por todos los medios evitar la movilización y vendernos el tan cacareado Pacto de Estado por la Educación que, realmente, no responde a las demandas de la Marea Verde: la reversión de todos los recortes. Por eso, el día 9 salimos a las calles para exigir la retirada inmediata de la LOMCE y el 3+2, que nos devuelvan los 7.000 millones de euros que han robado a la escuela pública mientras se regala dinero a manos llenas a la patronal de la enseñanza privada concertada. Exigimos una enseñanza pública verdaderamente gratuita, con más recursos, más becas y más profesores. Estas son las reivindicaciones que hemos defendido incansablemente en las calles los millones de personas que formamos parte de la Marea Verde. ¡No aceptamos ningún pacto que no signifique exactamente eso!

EM.- En anteriores huelgas contasteis con un gran apoyo de los padres y madres y del profesorado, pero sus dirigentes no llamaron a la huelga. Ahora salís todos juntos, ¿qué ha cambiado y qué valoración hacéis de esto?

AG.- Sin duda, el hecho de que CCOO, UGT, STES, USTEC, CIG, CGT y CEAPA llamen a la huelga en esta ocasión es algo enormemente positivo porque permite golpear con mucha más fuerza.

Evidentemente, la voluntad de luchar de todos los que sufrimos los ataques de la derecha trasciende por completo el ámbito educativo. El hecho de que los dirigentes sindicales no hayan llamado a una movilización que unifique los distintos sectores y que demuestre que se va en serio —lo máximo que han hecho ha sido llamar a alguna manifestación, sin ninguna credibilidad para la gente y con el único objetivo de “fichar”, como hemos visto el pasado 19 de febrero— es muy negativo. Sin embargo, esto nada tiene que ver con las necesidades y estado de ánimo entre jóvenes y trabajadores. De hecho, hemos visto movilizaciones multitudinarias de la Marea Blanca en Andalucía, la reciente e histórica manifestación de apoyo a los refugiados hace unos días en Barcelona con medio millón de personas, luchas como la de los estibadores o los propios resultados de la asamblea Vistalegre II..., que confrontan totalmente con esa falsa paz social impuesta por arriba en este tiempo.

El Sindicato de Estudiantes es muy crítico con esta actuación perniciosa de los dirigentes sindicales. Por eso, nos tomamos muy en serio esta huelga educativa. Tiene una gran importancia para romper la estrategia de la derecha, de quienes se alían con ella para contener la lucha. Y les decimos a los dirigentes sindicales que el 9-M no puede ser una huelga de trámite, de salir un día a hacerse la foto y volver a meternos en casa. Nosotros nunca hemos entendido así la lucha. Esta huelga tiene que ser un paso más que tenga continuidad en el tiempo hasta que logremos nuestras demandas y obligar al PP a dar marcha atrás.

EM.- También habéis convocado paros para el Día de la Mujer Trabajadora en institutos y facultades de todo el Estado. ¿Qué os ha motivado a ello?

AG.- El movimiento Ni Una Menos de Argentina llamó al paro mundial contra la violencia machista, y desde el Sindicato de Estudiantes queremos hacer todo lo que esté en nuestra mano para levantar un gran movimiento contra la opresión de la mujer trabajadora. Hemos creado la plataforma Libres y Combativas para luchar contra esta lacra del capitalismo también desde nuestras aulas. Será la primera vez en la historia que se organiza un paro estudiantil a nivel estatal por este motivo, para alzar la voz de todas las mujeres jóvenes y trabajadoras que sufrimos cada día la explotación, la discriminación y la violencia a la que el capitalismo nos condena.

Hemos llegado a una situación de emergencia con la que hay que acabar. Sólo en los últimos siete años, 796 mujeres han sido asesinadas en el Estado español víctimas de la violencia machista, en tan sólo cuatro días de febrero, otras cinco mujeres fueron asesinadas y cada 8 horas se produce una denuncia por violación. La huelga de hambre de las mujeres que han acampado en la Puerta del Sol madrileña y las concentraciones de apoyo en las que miles de personas estamos participando muestran que la indignación crece día tras día.

Por eso, el 8 de marzo pararemos las clases en todos los institutos y facultades de 12 a 13 horas, y por la tarde llenaremos las calles contra la violencia machista y por los derechos de la mujer trabajadora. Queremos denunciar que son los gobiernos de derechas (y de quienes les apoyan) los que impiden con sus recortes, sus privatizaciones y sus leyes reaccionarias la independencia económica de las mujeres y, por tanto, la igualdad. Son ellos, los que lloran lágrimas de cocodrilo mientras laminan las ayudas sociales a la dependencia, quienes generan el caldo de cultivo perfecto para que la violencia machista se extienda y se perpetúe.

Las multitudinarias marchas de mujeres en EEUU contra la investidura de Trump muestran el camino. Para acabar con la opresión de la mujer trabajadora hay que luchar por la transformación social, codo con codo con los trabajadores, con los inmigrantes, con todos los que sufrimos, de una u otra forma, las consecuencias de este sistema injusto y decadente, y lograr así todos los derechos que el capitalismo nos arrebata.

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