El miércoles 17 por la mañana miles de estudiantes hicimos huelga y cientos salimos a la calle, a pesar de la desconvocatoria de la huelga de profesores hecha por STEPV, CCOO y UGT. A pesar de la confusión, de no tener manifestaciones legalizadas salvo en Valencia, y de premura de tiempo, el Sindicato de Estudiantes decidió mantener la convocatoria y criticar duramente la decisión de los dirigentes sindicales y de la Plataforma en Defensa de l'Ensenyament Públic (donde están esos tres sindicatos, la FAPA, otras asociaciones y, formalmente, el SE, aunque sindicatos y FAPA boicotearon desde el principio nuestra participación escondiéndonos sus reuniones).

 

¡Plataforma, escucha, así es como se lucha!

El miércoles 17 por la mañana miles de estudiantes hicimos huelga y cientos salimos a la calle, a pesar de la desconvocatoria de la huelga de profesores hecha por STEPV, CCOO y UGT. A pesar de la confusión, de no tener manifestaciones legalizadas salvo en Valencia, y de premura de tiempo, el Sindicato de Estudiantes decidió mantener la convocatoria y criticar duramente la decisión de los dirigentes sindicales y de la Plataforma en Defensa de l'Ensenyament Públic (donde están esos tres sindicatos, la FAPA, otras asociaciones y, formalmente, el SE, aunque sindicatos y FAPA boicotearon desde el principio nuestra participación escondiéndonos sus reuniones).

En sucesivas reuniones, los compañeros del SE habíamos previsto que esto podía ocurrir, y nuestra posición unánime era mantener la convocatoria, porque entendemos que no puede haber negociación sin presión en la calle, que esa es la fuerza de los trabajadores en las mesas de negociación. Además, conocida ya la noticia, se hacía tanto más necesario mantener la movilización, lo que se había conseguido era gracias a la lucha, y ni aún así era suficiente, puesto que el sistema educativo que tenemos es el de barracones, falta de profesorado y masificación, y sobre esto no se decía nada.

El aluvión de llamadas de apoyo de directores, profesores, padres y estudiantes, así como los comentarios en internet a las noticias de la prensa al día siguiente, dejaban bien claro que nuestra opinión era compartida por la mayoría de quienes habían salido a luchar este trimestre. De hecho, desde el primer momento las ganas de luchar de los trabajadores valencianos y sus hijos -nosotros-, y de los profesores en particular, desbordaron masivamente a los dirigentes sindicales y de la FAPA. El miércoles en Valencia estudiantes y algunos profesores nos manifestamos por el recorrido original de la manifestación, en un ambiente de rabia y voluntad de lucha sin precedentes. Para poder sacar las hojas y continuar la lucha, hicimos una colecta en la que se recogieron 80€.

Durante todo el recorrido se escucharon consignas contra Font de Mora, Camps, Bolonia, y duras críticas a la plataforma. Todos los presentes entendíamos la enorme importancia de levantar la bandera de la lucha en un momento de deserción general de los dirigentes sindicales y de la FAPA, y la necesidad de iniciar una campaña de resoluciones junto con los profesores y padres para exigir una nueva convocatoria de huelga, durante el proceso de negociaciones, como único camino para obtener concesiones importantes del gobierno de la derecha.

La desconvocatoria, un grave error

El lunes por la noche, a menos de 48h del día D, sin asambleas ni siquiera para informar, con una pequeña nota en la web de los sindicatos STEPV, UGT y CCOO, se desconvocaba la huelga general de profesores del 17 de diciembre en el País Valencià. La plataforma educativa había recibido una circular, hecha a toda prisa durante el fin de semana por el Consell, firmada por el President, que se suponía terminaba con la docencia en inglés de Educación para la Ciudadanía.

Por otra parte, la Consellería aceptaba una negociación, hasta el 15 de febrero, sobre los 13 puntos reivindicativos de la Plataforma Durante todo el lunes estuvo reunida la Plataforma, valorando el "gesto" del Govern, e introduciendo enmiendas a la circular, para poder por fin, como habían expresado tantas veces en los últimos días, en prensa y en las asambleas de profesores, desconvocar la huelga. Una vez más, el Sindicat d'Estudiants no fuimos invitados a esa reunión. Pero el martes trajo peores noticias para la plataforma. Font de Mora hizo una aparición pública en la que explicaba que prácticamente nada había cambiado, que la orden que impone Ciudadanía en inglés seguía vigente, que sólo se había decidido una moratoria en algunos casos, y que el 53% de los centros seguirían dando la asignatura en inglés.

Además, en actitud chulesca, recalcó que "el que les habla no es EX nada, ni va a serlo", burlándose de la principal reivindicación de los 100.000 manifestantes del día 29: su dimisión. Por último, insistió en que la negociación sería en mesas paralelas, de forma dividida (unas con los sindicatos, otras con la FAPA), método que pretendía desde el principio y que debilita la posibilidad de concesiones. Quedaba patente que el Consell había maniobrado con el objetivo de evitar la huelga, y lo había conseguido. Ahora se trataba de derrotar políticamente a la plataforma, terminar con la poca credibilidad que le quedaba, y a eso se dedicaron durante, incluso, la sesión parlamentaria del miércoles, en la que se corrigió prácticamente toda la circular emitida a golpe de rechazar enmiendas a la moratoria.

Si algo ha demostrado el 17-D, es que hay otro sindicalismo posible, revolucionario, democrático, el que defendemos desde el Sindicato de Estudiantes, frente al sindicalismo de salón y moqueta imperante hoy día, y que es más necesario que nunca luchar por él dentro de los sindicatos, nos jugamos mucho en ello, y más en ésta época de despidos masivos y recortes en todos los ámbitos que nos impone el capitalismo en crisis.

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