El pasado 15 de julio, el Primer Ministro francés, el derechista François Bayrou, anunció un plan salvaje de recortes sociales en los presupuestos de 2026. La excusa utilizada está vez, controlar el déficit público que alcanzará este año el 5,4 % del PIB, no engaña a nadie, sobre todo cuando el mismo Ejecutivo acaba de aprobar un incremento del gasto militar estratosférico que lleva al presupuesto en defensa a un nivel nunca visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
En linea con el jefe de la OTAN y su servilismo hacia Trump, la derecha francesa atiza el mismo lenguaje militarista que va a llenar las cuentas de resultados de la industria bélica francesa a costa de atacar la sanidad y la educación públicas, los salarios de los trabajadores del Estado y aplicar recortes infames en el desempleo. Para enmascarar estos planes del gran capital, Macron ha intentado recurrir a la propaganda demagógica tradicional, es decir a la mentira más grosera: “desde 1945, la libertad nunca ha estado tan amenazada… Para ser libres en este mundo, debemos ser temidos. Para ser temidos, debemos ser poderosos”, declaró en su discurso tras el desfile militar del pasado 14 de julio. [1]
Guerra de clases
El plan presentado incluye recortes en el gasto público por valor de 43.800 millones de euros y viene a complementar la contrarreforma de las pensiones aprobada en 2024, dibujando una forma despiadada de escarmentar a la clase trabajadora que protagonizóun levantamiento social histórico y que colocó durante meses a la burguesía y sus representantes contra las cuerdas.
Como se ha dado a conocer, las prestaciones sociales como el desempleo, las ayudas por discapacidad y las rentas de inserción serán congeladas, suprimiendo de esta forma su revalorización con el IPC en 2026 y abriendo la puerta a acabar con la vinculación de estas ayudas al IPC en los próximos cuatro años. El seguro de paro sufrirá también una “remodelación”, incluyendo normas mucho más estrictas para acceder al mismo.

También se planea el despido de más de 3.000 empleados públicos el próximo año, cubrir únicamente dos de cada tres jubilaciones, y se cerrarán o fusionarán agencias estatales, lo que se calcula que podría suponer la supresión de entre 1.000 y 1.500 empleos públicos más.
El sistema de salud también está bajo ataque. El crecimiento del gasto sanitario se limitará a 5.000 millones de euros, lo que conllevará medidas como los copagos farmacéuticos, reducciones en las coberturas de la Seguridad Social y un incremento en la presión sobre los y las trabajadoras en situación de incapacidad.
En cuanto a la educación, los recortes de estos presupuestos continuarán dando alas a la escuela privada. Según un estudio realizado en París, en 2023 el 55% de los estudiantes de los estratos más favorecidos estudiaban en la escuela privada o concertada, mientras que en 2034 se prevé que esa cifra aumente hasta casi el 90%[2].
Y aún hay más: dos días festivos nacionales (el Lunes de Pascua y el 8 de mayo), serán a partir de ahora laborables, en pos de aumentar la productividad. La eliminación de días festivos ya formó parte de una propuesta en 2008, iniciativa que fue derrotada gracias a la movilización social.
El gobierno ha querido maquillar este plan con gestos simbólicos: la inclusión de una supuesta “contribución solidaria” para los más ricos. Sin embargo, pese a toda la demagogia utilizada señalando que los más ricos contribuirán al gasto público, la realidad es que desde la llegada de Macron al Elíseo en 2017, el patrimonio de las principales 500 fortunas francesas ha aumentado en 657.000 millones de euros: de 571.000 a 1.228.000 millones, ¡un 215% más![3]
La aritmética parlamentaria en la Asamblea Nacional hace prácticamente imposible que las nuevas cuentas del ejecutivo puedan ser aprobadas con una mayoría contundente. De hecho, Bayrou ya ha reconocido que, en caso de no obtener mayoría, recurrirá a la aplicación de la medida sin voto, es decir, recurriendo al mecanismo del artículo 49.3 de la Constitución. En el mes de febrero ya aprobó con este mecanismo los presupuestos de 2025, así como los de la Seguridad Social.
El plan propuesto es una declaración abierta de guerra contra la clase obrera y continuará profundizando una desigualdad social que ya es lacerante. Un informe publicado el 7 de julio pasado aporta datos escalofriantes: 9,8 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza (un 15,4% de la población), cifra que, en tan sólo un año, ha aumentado en 650.000 personas (el incremento

más grande desde que existen registros). Entre las personas desempleadas la tasa de pobreza alcanza ya el 36,1%.
La carrera armamentística y el militarismo viento en popa
Todos los llamados a un recorte urgente del déficit por la necesidad de reducir la deuda pública no es más que hipocresía repugnante. Macron, Bayrou y compañía sí han encontrado recursos y dinero para continuar financiando la carrera armamentística. Eso sí que no se toca.
La Ley de Programación Militar para los años 2024-2030, aprobada en julio de 2023, contempla una inversión de 413.000 millones de euros en defensa, una cifra sin precedentes en la historia reciente del país. Por si esto fuera poco, el pasado 14 de julio Macron anunció un nuevo aumento: 3.500 millones más en 2026 y 3.000 más en 2027, que se aprobarán mediante una actualización de la Ley en octubre de este año.
Esto representa un aumento de más del 43% respecto al ciclo anterior (2019-2025), que ya había elevado el gasto hasta los 295.000 millones de euros. Si se compara con el presupuesto militar de 2017, cuando Macron estrenó su mandato, el incremento es aún más drástico: en menos de una década, Francia casi ha duplicado su gasto público en defensa para deleite de los grandes monopolios del sector, tanto franceses como estadounidenses.
En 2023, el Ministerio de Armamento ya autorizó pedidos por valor de 20.300 millones de euros, incluyendo 42 cazas Rafale, 109 obuses CAESAR Mk II, vehículos blindados, fragatas, helicópteros y misiles. Toda esta política armamentista está haciendo de oro a un puñado de empresas del sector como es el caso de Dassault Aviation[4]. Esta empresa de la industria de aviación militar aumentó su cuenta de beneficios sólo en 2024 en más de un 48%, pasando de 349 a 519 millones de euros[5].
Preparar una respuesta obrera a la altura
El desafío es total. El Gobierno pretende imponer un presupuesto que marca un camino tatcheriano en un país donde la movilización obrera y juvenil ha derrotado numerosas contrarreformas y retrasado la puesta en marcha de retrocesos sociales que en otros países ya son una realidad.

Por eso no hay tiempo que perder. Desde la CGT y otros sindicatos combativos, la izquierda que no acepta los recortes, los movimientos sociales y las organizaciones estudiantiles hay que poner en marcha una estrategia de movilizaciones masivas que incluya desde el primer momento un llamamiento enérgico a la paralización de la actividad productiva y económica de todo el país mediante la huelga general.
La fuerza de la clase obrera francesa sigue intacta como se vio en la gran movilización antifascista que frustró el triunfo de Le Pen, y cuenta además con el apoyo de una juventud que también ha mostrado su músculo en numerosas convocatorias de huelgas estudiantiles y manifestaciones contra el genocidio sionista del pueblo palestino.
Una responsabilidad especial recae en la Francia Insumisa, que debe utilizar toda su influencia entre miles de activistas, sindicalistas y estudiantes para plantear un programa de ruptura total con los recortes y la austeridad capitalista. Las posibilidades de descargar un golpe demoledor que tumbe la estrategia de Macron y Bayrou es también la mejor garantía para frenar en seco el avance de la extrema derecha.[6]
[1] Francia anuncia un aumento del gasto en defensa de 6.500 millones de euros en los próximos dos años
[2] A Paris, la perspective d’un enseignement privé majoritaire à l’entrée au collège, source de nouvelles tensions politiques
[3] Bayrou : deux jours fériés menacés, fauteuils roulants, gel des retraites… Saignée du peuple, gavage des milliardaires.
[4] How the French arms industry is scaling up
[5] France's Dassault Aviation reports strong sales growth as defence spending rises
[6] Un Macron contra las cuerdas recibe oxígeno de la socialdemocracia