A continuación reproducimos un artículo de Rocío Cruz para el diario Público. Un relato atroz que deja en evidencia como las trabajadoras de ayuda a domicilio son expuestas y tratadas por la patronal del sector de ayuda a domicilio. Un sector privatizado cuyas empresas hacen grandes negocios gracias a su contratación por la administración pública. ¡Por un SAD 100% público, gratuito, de calidad y blindado en seguridad y derechos para todas las trabajadoras!

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"Renuncio al servicio por acoso laboral. Os doy 15 días". Con este mensaje de WhatsApp, Teresa de Jesús notificó a la empresa Aralia Servicios Sociosanitarios S.A. —concesionaria del Servicio de Ayuda a Domicilio del municipio gallego O Porriño—su intención de abandonar el puesto. A las 9.23 horas fue su último aviso. Pocos minutos después, en torno a las 9.30 horas de la mañana del martes, la trabajadora fue asesinada. Según relatan compañeras del sector a Público, el marido de la usuaria a la que Teresa asistía le propinó un golpe mortal con un hacha. Este medio ha tenido acceso al informe que Aralia elaboró tras el crimen y que, según ha confirmado a Público una portavoz de la empresa, "ya se ha entregado a la Policía Judicial y al Juzgado correspondiente".

El informe de Aralia recoge con detalle los acontecimientos ocurridos entre el lunes 28 y el martes 29 de julio. El primer registro aparece a las 11.36 horas del lunes, cuando la Trabajadora Social (TS) del Concello de O Porriño contacta con la empresa tras mantener una reunión con la hija de la usuaria. Según consta, la hija expresó su malestar porque Teresa no estaría realizando algunas de las tareas asignadas, concretamente la preparación de las comidas. Minutos después, a las 11.53 horas, Aralia solicita por WhatsApp una llamada con Teresa, que finalmente se produce a las 13.07 horas. En esa conversación, la trabajadora explica que no prepara la comida ni la cena porque así lo ha pedido el marido de la usuaria, "quien se encarga personalmente de esas tareas". Desde la empresa, se le indica que debe corroborar que la usuaria coma. Durante esa misma llamada, Teresa traslada también otras dificultades del servicio: asegura que no puede realizar duchas completas a la usuaria debido a su resistencia e incluso "actitudes agresivas, llegando en ocasiones a levantarle la mano". Además, manifiesta que el marido de la usuaria "le exige mucha atención, lo que le dificulta el desempeño de su labor".

Según el escrito de Aralia, a las 13.15 horas del lunes, la TS vuelve a contactar con la empresa para trasladar nuevas peticiones por parte de la familia de la usuaria. En la reunión mantenida ese mismo día, los familiares solicitaron ampliar el servicio de 67 a 70 horas mensuales, con el objetivo de que "Teresa dispusiera de más tiempo para encargarse de la preparación de las comidas". Además, pidieron que la cuidadora asumiera también la supervisión del cepillado dental de la usuaria. La empresa confirma que la penúltima conversación con Teresa tuvo lugar a las 13.27 horas, momento en el que le comunican esta nueva tarea relacionada con la higiene bucodental. Teresa, según consta en el informe, respondió con un "ok".

La portavoz de Aralia asegura a Público que continúan colaborando con la justicia "en todo cuanto les requiera", y que ya ha entregado la documentación solicitada. "Estos hechos terribles han sido comunicados, lógicamente, a las autoridades competentes", subrayan desde la entidad. Además, indican que han trasladado toda la información al Ayuntamiento de O Porriño y solicitado la intervención de la Xunta, "dado que el contrato del servicio es de carácter público". La empresa critica que en momentos "tan delicados como estos", en los que "todas estamos conmocionadas", algunos traten "de mezclar un asesinato con demandas laborales que no son ni el momento ni el cauce para abordar".

El martes por la mañana, día del asesinato, Teresa contactó con la empresa a las 8.25 horas para comunicar su decisión de abandonar el servicio. Durante la conversación con el equipo de coordinación de Aralia, la trabajadora explicó que el día anterior había vivido una situación de acoso por parte del marido de la usuaria y afirmó que "no iba a permitirlo". Cuando desde la empresa le pidieron más detalles, aseguran que "Teresa fue esquiva y no llegó a explicar con claridad lo sucedido". Según el relato recogido por Aralia, la trabajadora expresó que no toleraría que nadie la tocara, "aunque sea un brazo, ni una mano". También señaló que su decisión de renunciar respondía al comportamiento del marido de la usuaria, que describió como "cada vez más agresivo, lo que dificultaba su labor diaria". La empresa afirma que, tras recibir esta información, comunicaron "de inmediato" a la familia de la usuaria tanto la situación denunciada como la decisión de Teresa de abandonar el servicio.

De acuerdo con el informe de Aralia, tras la llamada de Teresa para comunicar su renuncia, la empresa actuó. A las 8.32 horas del martes, apenas siete minutos después, contactaron con la familia de la usuaria para informarles de la situación. Sin embargo, según relatan desde la empresa, la reacción de los familiares fue centrarse únicamente en si el servicio quedaba cubierto, sin mostrar preocupación por los motivos expuestos por la trabajadora. "No dieron mayor importancia a lo sucedido", asegura el documento. En esa llamada, Aralia les comunicó que Teresa no acudiría al domicilio, "pensando que, efectivamente, no prestaría ya más servicio". A continuación, a las 8.34 horas, la empresa se puso en contacto con los Servicios Sociales del Concello de O Porriño para notificar la situación. En paralelo, una de las coordinadoras envió también un correo electrónico interno a la responsable de la empresa informando formalmente de la renuncia de Teresa. A las 8.58 horas, menos de media hora después, recibieron respuesta con las instrucciones para tramitar la baja del servicio.

"Desde coordinación se le escribe un WhatsApp a Teresa a las 9.22 horas para consultarle si ha acudido al servicio, el cual es eliminado, ya que se comprueba que Teresa ha realizado el fichaje a las 9.01 horas. Teresa responde a dicho WhatsApp, pese a ser eliminado, a las 9.23 horas", indica el escrito de la entidad.

A continuación, se reproduce el fragmento de la conversación por WhatsApp al que ha tenido acceso Público entre Teresa de Jesús y la empresa Aralia, en la que la trabajadora comunicó su decisión de abandonar el servicio:

9.22 Aralia: Eliminaste este mensaje.
​9.23 Teresa de Jesús: Que yo renuncio al servicio por acoso sexual. Os doy 15 días.
​9.24 Aralia: Muy bien Teresa, pero para ello hay un procedimiento. Tendrías que venir a la oficina, entregar la renuncia por escrito donde expongas los motivos.
​12.24 Aralia: Teresa estás bien?​

El escrito de Aralia añade que a las 9.43 horas, un familiar de la usuaria llamó para interesarse por lo sucedido. Durante esa conversación, desde la empresa le trasladaron lo que Teresa había comunicado horas antes: el episodio del presunto acoso por parte del marido de la usuaria y su decisión de abandonar el servicio. Según recoge el documento, el familiar reconoció que el hombre "no está bien psicológicamente" y que estaban esperando una cita con el servicio de Neurología. Fue entonces cuando Aralia le informó de que, pese a haber anunciado su renuncia, Teresa había decidido dar un margen de 15 días para facilitar el relevo, y que "en ese tiempo habría que organizar bien las jornadas para que pudiera trabajar sin obstáculos". El familiar respondió, según el informe, que hablarían esa misma tarde con el marido para pedirle que no estuviera en casa durante las horas de atención domiciliaria, como ya habían hecho en otras ocasiones, ya que "Teresa le ponía muy nervioso y a él le viene bien" y le recomendaban salir a pasear cuando ella estaba presente. La empresa asegura a este medio que hasta ese momento desconocía esa dinámica.

A las 12.21 del mediodía, Aralia recibió una llamada de otra de las usuarias a las que atendía Teresa, correspondiente al tramo horario de 10.11 a 12.15. La mujer alertaba de que la cuidadora no se había presentado a su cita. Desde la empresa le respondieron que desconocían la situación y que intentarían localizarla de inmediato. Entre las 12.23 y las 12.36, realizaron varias llamadas sin éxito. Ante la falta de respuesta, le enviaron dos mensajes por WhatsApp preguntando si estaba bien y qué había ocurrido. A las 12.42, el teléfono sonó de nuevo. Esta vez, la llamada procedía de un número desconocido. "Quien estaba al otro lado se identificó como un agente de la Guardia Civil del cuartel de O Porriño. Solicitó los datos personales de Teresa", explican. Desde Aralia, una trabajadora le pidió poder hablar con ella directamente, pero el agente respondió, con la voz entrecortada, que no era posible. "No podrá hacerlo porque ha sido asesinada", comunicó. Un minuto después, a las 12.43, la trabajadora social del Concello llamó a otro número de la oficina para confirmar con otras palabras: "La mató. La mató él". A las 12.45, desde Aralia contactaron con los servicios de emergencias, quienes ratificaron el asesinato de la trabajadora.

La forense determina que el hombre detenido "no está en condiciones de declarar"
La forense ha concluido este jueves que el hombre detenido por el asesinato de Teresa "no está en condiciones de declarar, ya que permanece ingresado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo". Ante esta situación, la jueza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de O Porriño ha decretado su puesta en libertad, aunque ha ordenado que el centro hospitalario le notifique cualquier posible alta médica antes de que se produzca, "con el fin de poder valorar una detención inmediata antes de que abandone la planta psiquiátrica".

Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) han confirmado que esta decisión "busca garantizar que el hombre no quede en libertad sin control judicial", teniendo en cuenta que los detenidos deben ser presentados ante la justicia en un plazo máximo de 72 horas, según establece la Constitución. "Una vez los médicos valoren que puede ser dado de alta, se evaluará de nuevo si está en condiciones de declarar ante la jueza", concluyen.

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