¡Tenemos la fuerza para derrotar el paquete laboral y derrocar al Gobierno capitalista! ¡Debemos intensificar la lucha!
Fotos y vídeos de nuestra participación en Lisboa y Oporto
La huelga general de este jueves 11 de diciembre contra el paquete laboral fue la mayor de la historia del país, según estimaciones de la CGTP y la UGT: ¡más de tres millones de trabajadores se declararon en huelga! Decenas de miles también participaron en las manifestaciones convocadas por la CGTP en más de una docena de ciudades del norte al sur del país e islas. Los trabajadores demostramos, sin lugar a dudas, nuestro total rechazo al paquete laboral y a los ataques del gobierno de AD.
Gran participación en la huelga y las manifestaciones
Poco antes de la medianoche del día 11, los piquetes ya se multiplicaban en decenas de empresas: Autoeuropa, CTT, Carris, CP, STCP, varios hospitales, recogida de residuos, etc. Desde el comienzo del día, ya estaba claro que la huelga general sería muy contundente.
En la industria, la lista de fábricas sin producción es extensa e incluye la mayor fábrica del país, Autoeuropa, que paró completamente, y varias de sus empresas proveedoras con tasas de participación superiores al 80%.
El sector Servicios también registró cifras elevadas. Se cerraron los servicios municipales en municipios como Setúbal, Palmela, Moita, Amadora, Évora, Loures, Sintra, Seixal y Vila Franca de Xira.
En el sector Educación, prácticamente todos los centros educativos cerraron, con una participación masiva de todo el personal, tanto docente como no docente. Universidades e investigadores también se unieron a la huelga en un número mayor de lo habitual. En Sanidad, los hospitales solo prestaban servicios de urgencias, con tasas de participación superiores al 90% en todos los grandes hospitales públicos. Los centros de salud también cerraron. En el sector asistencial, decenas de IPSS (Instituciones Privadas de Solidaridad Social) y residencias de ancianos se unieron a la huelga en porcentajes variables.
El sector Transporte, tradicionalmente muy fuerte, solo prestó servicios mínimos. Este fue el caso de CP, Transtejo/Soflusa y Fertagus en Lisboa, y de CP y STCP en Oporto. El metro de Lisboa cerró y el de Oporto solo abrió una línea. En el aeropuerto de Lisboa, se cancelaron la mitad de los vuelos: el 100% en TAP y SATA y el 80% en Easyjet.

Contrastando con el país paralizado, decenas de miles de trabajadores salieron a las calles para dar cuerpo a la huelga general y sus reivindicaciones. Esquerda Revolucionária participó en las manifestaciones de Lisboa y Oporto con bloques combativos, llamando a la unidad entre los trabajadores inmigrantes y nacionales y la caída del gobierno.
En Lisboa, más de 30.000 personas participaron en la marcha desde la Plaza del Rossio hasta la Asamblea de la República. Durante las dos horas de marcha, los manifestantes corearon sin parar ni un minuto consignas contra el paquete laboral —"Con el paquete laboral, quien trabaja sufre" y "¡Nadie quiere el paquete de Luís!"— y por la unidad de la clase trabajadora —"¡Abajo el paquete laboral! ¡Aquí estamos todos, inmigrantes y nacionales!" y "¡Nadie es ilegal! ¡Ilegal es el capital!"—, pero también por la caída del Gobierno, contra AD (Alianza Democrática), Chega y la patronal.
En Oporto, 10.000 personas participaron en la marcha por la Avenida de los Aliados en un ambiente de rabia y combatividad, ingredientes esenciales para el crecimiento del movimiento. Tras la manifestación convocada por la CGTP, algunos manifestantes continuaron su marcha espontáneamente. La voluntad de lucha es inmensa.
El Gobierno y los empresarios no lograron detener la huelga
Esta enorme demostración de fuerza de nuestra clase y de repudio al gobierno y sus políticas dejó al gobierno sin otra opción que ignorar la realidad y declarar que la huelga era "insignificante". Para muchos trabajadores, la mejor prueba de que no era así, además de las imágenes de piquetes y manifestaciones, fue ver las calles de sus ciudades y las carreteras que conectan los suburbios con el centro, especialmente en la región de Lisboa, completamente vacías durante la mañana.
No cabe duda de que, a pesar de no tener éxito, el gobierno lo intentó todo para que la huelga fracasara. Primero, intentó transmitir la idea de que una huelga general "no tiene sentido" cuando la economía crece y los salarios aumentan. Incluso la burguesía internacional acudió en su ayuda propagandística a través del periódico The Economist, que designó a Portugal como la "economía del año". ¡Una economía que concede fabulosas ganancias a la burguesía a costa de la creciente miseria de los trabajadores, que tenemos aumentos salariales por debajo de la inflación! Más tarde, días antes de la huelga, desesperados al darse cuenta de que esta retórica no evitaría una gran participación, intentó desmovilizar anunciando para un futuro indeterminado un salario mínimo de 1.600 €, lo cual también fracasó. Finalmente, al fracasar la propaganda, recurrió a la acción. Utilizó el brazo armado del estado capitalista, la policía, para disolver ilegalmente los piquetes del STCP en Oporto y de Carris en Musgueira, impidiendo el contacto entre sindicalistas y trabajadores.
La patronal también intentó frenar la huelga reemplazando a los trabajadores y pagando los gastos de transporte, como ocurrió en los supermercados Pingo Doce y Lidl. La presión de la patronal en todos los centros de trabajo para impedir la huelga se continuó con el acoso a los huelguistas al día siguiente. La dictadura del capital se hace cada vez más evidente a medida que se intensifica la lucha de clases.

¡La lucha debe intensificarse!
La ira y la combatividad de los manifestantes de hoy no se dirigieron únicamente al paquete laboral. Durante seis meses, el gobierno ha estado atacando los derechos de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, aumentando el gasto militar mientras recorta el SNS (sistema público de salud) y los servicios públicos, poniendo en riesgo la vida de mujeres embarazadas y bebés, y adoptando medidas que aumentan los ya elevados alquileres… En los últimos meses solo hemos presenciado aún más degradación y miseria, mientras que las ganancias de las grandes corporaciones siguen batiendo récords. Es necesario derrocar a este gobierno del capital y al sistema capitalista que lo engendró, y esta necesidad es claramente evidente en la mente de las capas más avanzadas de la clase trabajadora y la juventud.
Demostramos nuestra fuerza, combatividad y voluntad para lograrlo. Esta huelga general fue solo el primer paso. Ahora, es necesario que las bases de la CGTP (Confederación General de Trabajadores Portugueses) asuman estos objetivos y obliguen a sus dirigentes a presentar un plan que intensifique la lucha, con asambleas en todo el país para construir una huelga general de más de un día y grandes manifestaciones centralizadas en las principales ciudades del país.
¡Abajo el Gobierno del capital! ¡Únete a Esquerda Revolucionária!




















