Coincidiendo con el comienzo de una nueva y sangrienta operación militar sobre la Ciudad de Gaza, donde solo quedan ruinas y 600.000 gazatíes hambrientos que no tienen a donde ir, la Comisión de Investigación de la ONU, formada por 50 expertos, ha concluido que nos encontramos, como ya se sabía, ante un atroz genocidio que nada tiene que envidiar a la barbarie desatada en los años 30 y 40 por el nazismo.

Según dicho informe, se cumplirían 4 de los 5 supuestos calificados como genocidio, “matar, causar daños físicos o mentales graves, infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para causar la destrucción total o parcial del pueblo palestino e imponer medidas para impedir los nacimientos”. El quinto supuesto, “el traslado forzoso de menores”, aunque señalan que no se cumple, resulta evidente que también: no hace falta más que observar los constantes y agotadores desplazamientos masivos de la población dentro de la Franja, y como afecta de una manera cruel a decenas de miles de niños y niñas.

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Coincidiendo con el comienzo de una nueva y sangrienta operación militar sobre la Ciudad de Gaza, la Comisión de Investigación de la ONU ha concluido que nos encontramos, como ya se sabía, ante un atroz genocidio que nada tiene que envidiar a la barbarie nazi. 

Una montaña de cadáveres, a cuenta del sionismo y el imperialismo

Al tiempo que se publicaba este informe, la relatora especial de los Territorios Ocupados de la ONU, Francesca Albanese, perseguida por los sionistas y sancionada por el Gobierno Trump por denunciar el genocidio, afirmaba en una conferencia pública que los palestinos asesinados podrían ser 10 veces más que los certificados por el Gobierno de Hamás. Albanese ha reconocido que podrían alcanzar a cerca de 700.000 personas, 380.000 de ellas menores de 5 años. Como ya señaló la revista The Lancet, las cifras normales en un conflicto armado es de 3 víctimas por cada una certificada, y en un holocausto de estas dimensiones esos datos estarán lógicamente muy por encima. 

El informe de la ONU enumera, con infinidad de pruebas, todo tipo de crímenes, desde asesinatos en masa o disparos a niños a la cabeza que buscaban comida o agua, agresiones y humillaciones sexuales, torturas, destrucción de todo tipo de infraestructuras, incluidos hospitales y escuelas, bombardeos a campamentos de refugiados, sometimiento mediante hambruna, y todo tipo de medidas para impedir la reproducción de la población, incluyendo la destrucción de una clínica de fertilidad con 4.000 embriones.[1]

Un genocidio que, como bien resalta el informe, se comete a plena luz del día, proclamando sus responsables, ya sea Netanyahu, el exministro de Defensa, Gallant, el presidente Herzog, los ministros nazis Smotrich o Ben-Gvir, o el propio Trump, que lo están llevando a cabo, que lo van a culminar, y que están muy orgullosos de ello. Un comportamiento que resulta más sangrante incluso que el de los nazis, que a pesar de su barbarie trataban de ocultar la Solución Final y los campos de exterminio. Los nazi-sionistas, y el imperialismo norteamericano y europeo, coautores de esta matanza, los han emulado superándolos.

El informe de la ONU resulta aterrador, pero solo confirma lo que para millones ya resultaba evidente. A pesar de todo, Almeida, Ayuso, Abascal, el PP y Vox siguen mostrando un apoyo entusiasta a Netanyahu, afirman con descaro que no existe un genocidio en Gaza, y demuestran que son dignos herederos del régimen fascista de Franco y de su aliado nazi.

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Los nazi-sionistas, y el imperialismo norteamericano y europeo, coautores de esta matanza, han emulado a los nazis superándolos. Estos, a pesar de su barbarie, trataban de ocultar la Solución Final. Los nazi-sionistas la llevan a cabo a plena luz del día. 

El informe de la ONU reconoce indirectamente la impotencia de esta institución, incapaz de poner fin a ningún conflicto imperialista. En sus páginas se afirma que los Estados que no tomen medidas para prevenir y castigar este genocidio pueden incurrir en responsabilidades legales. Sin embargo, como llevamos viendo desde hace dos años, todo esto es puro papel mojado. Las potencias imperialistas que respaldan con armas, recursos financieros y represión interna este genocidio, solo podrán ser enfrentados con la acción revolucionaria, por la movilización de masas que ya está en marcha. Confiar en la “justicia internacional” para parar a estos asesinos es una completa utopía.

El apoyo al sionismo responde a intereses económicos y geoestratégicos de primera importancia para Washington y Bruselas, para las grandes corporaciones financieras, industriales, y armamentísticas de EEUU, Alemania, Gran Bretaña, Francia o el Estado español, que llenan sus bolsillos con este holocausto. De hecho, la resistencia es tan grande que a pesar de que la solidaridad con Gaza se ha convertido en un eje de la lucha de clases que moviliza a millones, la UE no ha roto con el Acuerdo de Asociación con el Estado de Israel.

Incluso el Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de su interesada retórica y de llenarse la boca alabando a los manifestantes que impedimos la celebración de la Vuelta en Madrid, sigue sin aprobar en el Consejo de Ministros el Decreto anunciado para hacer efectivo el embargo de armas a Israel y otras medidas y sanciones.

Ahora los sionistas han comenzado la invasión de la Ciudad de Gaza, que supondrá un nuevo salto en el exterminio. Una cobarde ofensiva que tiene por objetivo a una población agotada y hambrienta. Porque hablamos de un ejército que no lleva adelante una guerra, que no se enfrenta a militares, sino que extermina a civiles, mujeres y niños, completamente indefensos.

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La liberación del pueblo palestino, acabar con el holocausto y la ocupación, implica una lucha sin cuartel contra el capital y el avance del fascismo global, cuya avanzadilla en estos momentos está en Tel Aviv. 

Ya sea el criminal Gobierno de Trump o la UE, patrocinadores directos del genocidio, los Gobiernos árabes corruptos y colaboracionistas, o China y Rusia, que siguen manteniendo relaciones económicas, diplomáticas y militares con Tel Aviv, y que no han movido un dedo para frenar esta barbarie mostrando que sus intereses de potencias imperialistas están por encima de cualquier consideración, son los adversarios del pueblo palestino y de la causa del socialismo mundial.[2]

A pesar de lo duro y terrible que resulta ver día a día el martirio de nuestros hermanos y hermanas palestinas, estos acontecimientos están sembrando la semilla de la rebelión en todo el mundo, de una lucha que traspasa fronteras y que marca un claro objetivo: la destrucción del Estado sionista, terrorista y supremacista de Israel y el derrocamiento de los regímenes capitalistas que lo sostienen y que han posibilitado este genocidio.

La liberación del pueblo palestino, acabar con el holocausto y la ocupación, implica una lucha sin cuartel contra el capital y el avance del fascismo global, cuya avanzadilla en estos momentos está en Tel Aviv.

¡Paremos el genocidio sionista! ¡Huelga general ya!

¡Por la Federación Socialista de Oriente Medio!

¡Palestina vencerá desde el río hasta el mar!

 

Notas:

[1]La Comisión de Investigación de la ONU concluye que Israel comete genocidio en Gaza: “Los Estados deben actuar para pararlo”

[2] En el caso de China hablamos del segundo socio comercial del Estado sionista. Por otro lado, la patética sumisión de los Gobiernos árabes llega al punto de ser bombardeados por Netanyahu, como ha ocurrido con Qatar, y limitarse a una mera queja formal. Otro ejemplo es el de Egipto, que protesta ante Israel frente al posible desplazamiento de la población gazatí a su territotio, y al tiempo firma un contrato histórico que aumentará el suministro de gas por parte de Israel hasta en un 40% y por valor de 30.000 millones de dólares hasta el año 2040. Egipto aumenta su dependencia del gas israelí pese al rechazo popular: “Es un acuerdo humillante”

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