Donald Trump y Netanyahu han pactado 20 puntos infames para Gaza[1], que están siendo presentados por los mismos medios de comunicación y Gobiernos que durante dos años se han negado a reconocer el genocidio, como un “plan de paz”. Es mentira. ¡Estamos ante la “paz” de los genocidas y los colonialistas!
Estamos ante un plan hecho a la medida de los sionistas y sus aliados imperialistas yanquis, que les exculpa de sus crímenes, arrebata Gaza a los palestinos, negándoles la más mínima sombra de justicia y convirtiéndoles en súbditos de un régimen colonial bajo control directo de Donald Trump. Todo ello con el reconocimiento y apoyo de la ONU y todos los Gobiernos del mundo, empezando por aquellos que criticaron el genocidio, como el de Pedro Sánchez.
Después de masacrar durante dos años a la población palestina, de más de 680.000 asesinatos (380.000 de ellos niños y niñas) como reconocía el pasado 15 de septiembre públicamente la relatora de la ONU para Palestina, ahora viene la infamia más grande: arrebatar al pueblo palestino cualquier derecho a existir, convirtiendo Gaza en una colonia de forma oficial y manteniendo Cisjordania bajo control sionista en un régimen muy similar al del apartheid.

Por si quedase alguna duda, Netanyahu no ha tardado ni medio día en dejar claro que “el ejército sionista permanecerá en la mayor parte de Gaza y que jamás reconocerán un Estado palestino”[2].
Lo que han hecho Trump y Netanyahu es sellar el reparto del botín, como los asesinos y bandidos imperialistas que son. Y de paso, utilizar el apoyo a su “plan de paz” por parte de las instituciones internacionales y los Gobiernos, empezando por los que dicen apoyar al pueblo palestino, para intentar borrar las huellas de los crímenes cometidos y de los que piensan seguir cometiendo en una Gaza bajo su bota.
Una colonia bajo la tiranía de Trump
Con Trump al mando directo de las fuerzas de ocupación y presidiendo la llamada “Junta de Paz” (si no fuera tan trágico y criminal sería un mal chiste), y apoyándose en otro imperialista que también carga a sus espaldas con crímenes de guerra en Iraq, como el exprimer ministro británico Tony Blair, convertido en una especie de virrey colonial, el pueblo palestino solo puede esperar más opresión y barbarie.
El control de los recursos gasíferos de Gaza, sus tierras, los planes para transformar este territorio arrasado en un resort de lujo, quedarían en manos del presidente estadounidense, que se encargará de repartir concesiones a sus propias empresas y aquellas otras que el mismo decida. Las referencias a un “Gobierno tecnocrático formado por personalidades palestinas y árabes” no son más que una cortina de humo destinada a disfrazar la ocupación y transformación de Gaza en un protectorado colonial.
Es la vieja táctica que han utilizado diferentes imperios en el pasado en sus colonias; elegir unos cuantos cipayos, unos títeres sumisos que aparezcan como caras públicas de un supuesto Gobierno de transición mientras las decisiones las toma el ocupante. En este caso el propio Trump, en el mejor de los casos discutiéndolas con sus compinches de los Consejos de Administración de esos mismos bancos y grandes empresas que han estado patrocinando el genocidio, que financian la industria militar sionista y han desarrollado todo tipo de contratos millonarios inmobiliarios y turísticos para “reconstruir Gaza” tras toda la destrucción que ellos mismos han sembrado.

Con este plan, Trump y Netanyahu cumplirían los objetivos principales que tenían cuando iniciaron este holocausto contra el pueblo palestino. El imperialismo estadounidense, a falta de capacidad para imponerse en el terreno económico y productivo a su competidor, el bloque imperialista encabezado por China, envía un mensaje al mundo. No va a renunciar a sus posiciones e intereses sin sembrar la máxima barbarie y recurrir a las medidas colonialistas e imperialistas más extremas.
Netanyahu ya ha presentado la conversión de Gaza en una colonia compartida con EEUU como una gran victoria. Al mismo tiempo, el acuerdo le permite mantener el apoyo económico y militar incondicional del imperialismo estadounidense y occidental, amenazado por la movilización internacionalista en solidaridad con Palestina que recorre el mundo.
La diplomacia estadounidense y de sus principales aliados europeos se ha asegurado el apoyo de los Gobiernos de Emiratos Árabes Unidos y Egipto[3], que no han tardado ni medio segundo en aplaudir un plan que especifica que los gazatíes que no acepten la condición de súbditos del régimen colonial podrán salir “libremente” hacia los países vecinos. Washington lograría la apertura del paso por Rafah hacia Egipto, bloqueado desde hace meses por el régimen títere de Al Sisi, y conseguirían expulsar a una parte de la población palestina a Egipto u otros países árabes en cuanto lo necesiten.
Como hemos denunciado en numerosas ocasiones, la traición de los Gobiernos árabes y musulmanes es un elemento clave sin el cual los planes genocidas de Washington y Tel Aviv nunca habrían podido llegar tan lejos. Lo mismo que China y Rusia, que anteponen el mantenimiento de sus aspiraciones geopolíticas y los beneficios de sus empresas en Oriente Medio, incluido Israel, a dar el más mínimo paso en apoyo al pueblo palestino.

El movimiento de masas contra el genocidio es lo único que ha puesto en jaque a muchos Gobiernos, obligando a tener que reconocer que hay un genocidio e incluso, como en el caso del Gobierno de Pedro Sánchez, a decretar un embargo de armas que todavía está por concretar.
Pero como advertimos, Sánchez y el PSOE nos tienen muy acostumbrados a traicionar sus promesas, y ahora han capitulado vergonzosamente mostrando su rápido respaldo a este plan colonialista y criminal[4]. Es más, intentan vendernos que este acuerdo entre dos asesinos como Trump y Netanyahu, que somete a la población gazatí a un Gobierno bajo control absoluto del tirano racista, imperialista y fascistoide de la Casa Blanca, es un paso hacia “la paz” y el reconocimiento de un supuesto estado palestino. ¿A quién quieren engañar?
Sánchez y los demás presidentes que han planteado el reconocimiento de ese supuesto Estado palestino saben perfectamente que es un brindis al sol, pura ficción, mientras exista el Estado sionista, supremacista y racista de Israel.
Ahora más que nunca, debemos tomar masivamente las calles y paralizar las clases el 2 de octubre en la huelga general estudiantil convocada por el Sindicato de Estudiantes (SE), garantizar que las manifestaciones del 4 y 5 se convierten en un clamor rechazando este plan colonialista y genocida, exigiendo al Gobierno PSOE-Sumar que no solo retire el apoyo a este plan sino que ejecute un verdadero embargo de armas, real y al 100% , y rompa totalmente las relaciones con Israel ya.

Como ya ha planteado públicamente el SE, los sindicatos combativos deben convocar huelga general de 24 horas y exigir a CCOO y UGT que ante un holocausto como el que sufre el pueblo palestino no bastan medias tintas. El 15 de octubre hay que pararlo todo para parar el genocidio. No necesitamos medidas simbólicas sino sacar a la calle toda la fuerza y rabia que existe y movilizarla como un solo puño. No hay tiempo que perder.
Desde el Río hasta el mar, Palestina vencerá
Pararlo todo para parar el genocidio
Huelga general de 24 horas ya exigiendo el rechazo al plan colonialista y la ruptura total de relaciones con Israel
Notas:
[1]Estos son los 20 puntos del acuerdo presentado por Trump para el fin de la invasión israelí de Gaza
[2]Hamás estudia el plan de Trump; Netanyahu asegura que el ejército israelí “permanecerá en la mayor parte de Gaza”
[3]Egipto y Emiratos Árabes Unidos apoyan la propuesta de acuerdo de Trump para Gaza
[4]Pedro Sánchez respalda la propuesta estadounidense de paz para Gaza