Durante tres días de julio de 2024 y en el Espacio Rosa Luxemburgo de Madrid, más de 120 compañeros y compañeras de casi todas las zonas del Estado español nos hemos reunido para debatir sobre teoría marxista al calor de la lucha de clases actual en la Escuela Marxista de Verano 2024 de IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. La participación de más de 45 ponentes en las sesiones de debate dan la medida del entusiasmo que hemos vivido en estos días. Porque no puede existir práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria.
La Escuela la estructuramos en distintos paneles de discusión, donde se abordaron aspectos centrales del socialismo científico, del materialismo dialéctico y la economía marxista, de la teoría de la revolución, la cuestión nacional, la construcción del partido o aspectos centrales de nuestra intervención en la lucha de clases.
En este capítulo especial de SOCIALISMO o BARBARIE, podrás ver la conferencia “¿Qué es el marxismo?”, que contó con la introducción de Celia del Barrio y Coral Latorre, dirigentes del Sindicato de Estudiantes y Libres Combativas y de la Comisión Ejecutiva de Izquierda Revolucionaria, moderadas por Borja Latorre, de Esquerra Revolucionària en Catalunya.
El marxismo revolucionario ha sido la teoría política más atacada por la burguesía. Como explicaron las ponentes, la obra filosófica de Marx y Engels, que comprendieron la necesidad del estudio de la sociedad y del sistema capitalista para poder derrocarlo y transformarlo, no es ejercicio de erudición, sino una guía para la acción transformadora de la clase obrera. Una clase revolucionaria debido al papel que juega dentro del sistema productivo, y que hoy se confirma como en 1848: sin el permiso de los trabajadores nada se mueve y nada de valor de produce en la sociedad.
Se explicó cómo la Historia se mueve por la lucha de clases entre los explotadores y explotados, cómo los cambios tecnológicos no benefician a la mayoría sino a una minoría de parásitos que se apropia del trabajo ajeno para acumular capital y grandes riquezas. Pero Marx y Engels no eran teóricos de gabinete sino revolucionarios y dedicaron su vida a levantar organizaciones capaces de enfrentar la tarea de derrocar el capitalismo.
En su época combatieron las ideas reformistas dentro del movimiento obrero, y negaron cualquier credibilidad a la posibilidad de un orden burgués de rostro humano. Los fundadores del socialismo científico nunca actuaron como doctores democráticos del sistema, sino como sus enterradores revolucionarios.
En un debate con numerosas participaciones salieron numerosas ideas, como la importancia de dotarse del método de análisis del materialismo dialéctico para desmontar la moral de la clase dominante, los prejuicios religiosos e idealistas y su lastre anticientífico de la teoría creacionista, hasta la profunda preocupación del marxismo consecuente por la ecología y la relación del hombre con la naturaleza, y su crítica implacable de la acumulación capitalista como la causa principal de la destrucción medioambiental.
Se explicaron en profundidad los conceptos básicos de la economía marxista, como la teoría del valor, la plusvalía, la leyes generales de la acumulación y la pauperización, o la concepción marxista del imperialismo, ampliamente desarrollada por Lenin, que parte del desarrollo global de la producción, ya analizado en El Manifiesto Comunista, y su transformación en un proceso ininterrumpido de concentración de capital, eliminación de la libre competencia, y creación de los monopolios y un dominio omnipresente del capital financiero.
La lucha imperialista por el control de los mercados, de las materias primas, de las rutas comerciales y las áreas de importancia militar y geoestratégicas, ha desatado un reguero de guerras, genocidios y destrucción hasta el día de hoy. Y por supuesto, acontecimientos como la pugna por la supremacía mundial entre EEUU y China, la guerra imperialista en Ucrania o el genocidio sionista en Gaza fueron debatidos en profundidad.