El Sindicato de Estudiantes tenemos grabado en nuestra bandera de una forma muy clara el internacionalismo y el antiimperialismo. Como juventud combativa, como estudiantes que luchamos por la educación pública, por los derechos de las mujeres trabajadoras, contra el fascismo y el racismo en el Estado español…, no podíamos quedarnos de brazos cruzados mientras miles de hombres, mujeres, niños y niñas en Palestina hoy son víctimas de un genocidio atroz.

Precisamente porque nos mueve nuestra conciencia internacionalista, nuestra obligación hoy es estar al lado del pueblo palestino e impulsar al máximo la lucha estudiantil y juvenil para frenar esta masacre. No solo hemos participado en todas las movilizaciones unitarias que se han celebrado a lo largo y ancho del Estado, que han sido muchas, organizando cortejos y dejándonos la voz, sino que también decidimos utilizar el arma más poderosa que tenemos la juventud para hacernos escuchar: la huelga general para paralizar el sistema educativo.

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El 26 de octubre dimos otro paso en continuar la batalla no solo contra la destrucción sionista de Palestina, sino también contra la colaboración hipócrita de los Gobiernos occidentales, incluido el español. 

El 26 de octubre fue una jornada histórica: más de un millón de estudiantes vaciamos las aulas. Un mismo día y a la misma hora, decenas de miles de estudiantes salimos a las calles desde Barcelona a Sevilla, desde Bilbo a València, desde Málaga a Madrid, desde A Coruña hasta Canarias, y muchas localidades más. La furia que se respiró en estas protestas es indescriptible, ni siquiera las imágenes lo captan a la perfección. Había que estar ahí para vivirlo.

Una determinación tremenda y unas ganas mayúsculas de continuar la batalla no solo contra la destrucción sionista de Palestina, sino también contra la colaboración hipócrita de los Gobiernos occidentales, incluido el español.

Ese día miles de jóvenes dimos una patada en la boca a todas las mentiras de los medios de comunicación que nos intentan intoxicar para que nos confundamos de enemigo. Y también fue la mejor demostración de que, por encima de todo, por encima del color de nuestra piel, la religión o nuestro lugar de origen, nos une ser los hijos e hijas de una misma clase, de la clase trabajadora.

Ese día lo dijimos: no vamos a parar con las acciones, con las manifestaciones, con las asambleas y nuevas huelgas de apoyo a nuestros hermanos y hermanas en Palestina. Seguiremos impulsando este movimiento internacionalista hasta la victoria, porque tenemos fuerza. Por eso el próximo 16 de noviembre vamos a volver a hacerlo: volvemos a la huelga estudiantil, a las manifestaciones y concentraciones a las 12h en decenas de ciudades para gritar ¡no en nuestro nombre! El Sindicato de Estudiantes estamos levantando comités de solidaridad con el pueblo palestino en todos los institutos y facultades, repartiendo hojas, pegando carteles, haciendo pancartas, organizando asambleas y charlas no solo de estudiantes, sino donde también están participando nuestros profesores y profesoras.

Porque esta lucha también está demostrando que hay directores reaccionarios vinculados a la derecha y extrema derecha —y algunos también al PSOE, a quienes no les está gustando nada que desnudemos la complicidad que Pedro Sánchez está brindando al Gobierno fascista y colonialista de Netanyahu— que quieren impedir que la juventud se organice y vulneran nuestro derecho a huelga. Pero, a la vez, hay también  una enorme simpatía de nuestros profesores, padres y madres, que aplauden la fuerza con la que la juventud está tomando partido, y nos reafirma en la necesidad de continuar por este camino.

Igual que nos llena de inspiración el papel fundamental que los y las jóvenes están jugando en todo el mundo. La juventud es la llama de la revolución, lo estamos demostrando. La huelga estudiantil contra el genocidio sionista que paralizó 100 universidades en EEUU y Canadá el 25 de octubre o los paros lectivos y pasacampus que se están organizando por todo el Reino Unido, a pesar de la prohibición del Gobierno británico de ondear banderas palestinas, son solo algunos ejemplos.

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No queremos estudiar otro genocidio. A nuestros hermanos y hermanas en Palestina: la juventud anticapitalista y combativa en el Estado español está a vuestro lado. Y el 16 de noviembre lo demostraremos una vez más. 

Quienes siempre profesan que la juventud no se mueve y es apolítica, hoy se están comiendo sus palabras. Todo esto revela el enorme potencial que existe para levantar un movimiento de masas en todo el mundo contra el terrorismo de Estado de Israel; un movimiento que se está expresando, pero que podría ir todavía a más si estudiantes y trabajadores uniéramos nuestras fuerzas. Hay motivos más que de sobra para que las próximas acciones y jornadas de huelga no sean solo estudiantiles. ¡No podemos mirar hacia otro lado ante los crímenes sionistas! La solidaridad internacionalista se comprueba en los hechos. Los sindicatos de clase tienen que avanzar en la convocatoria de protestas contundentes en las empresas, incluyendo la convocatoria de la huelga general de 24 horas.

No queremos estudiar otro genocidio. A nuestros hermanos y hermanas en Palestina: la juventud anticapitalista y combativa en el Estado español está a vuestro lado. Y el 16 de noviembre lo demostraremos una vez más.

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