"Para enfrentar la represión sólo tenemos nuestra voluntad y capacidad de movilización. Tenemos que hacer como en Catalunya o en Altsasu"

Desde Ezker Iraultzailea-Izquierda Revolucionaria hemos tenido la ocasión de entrevistar a Jon Mindegiaga y Fran Balda, miembros de Herrira imputados en el sumario 11/13. Desde aquí queremos mostrarles a ellos y a todos los imputados en este juicio nuestro apoyo y solidaridad.

IR.- Contarnos vuestro caso, ¿por qué os enfrentáis a este macrojuicio? ¿De qué se os acusa?

Minde.- Las 47 personas encausadas en este sumario estamos acusadas de pertenecer a ETA, de enaltecer el terrorismo, de financiar el terrorismo o de quebrantamiento; cada uno con una acusación concreta y unas peticiones de cárcel que oscilan entre 8 y 20 años. Los hechos se enmarcan en un periodo concreto, entre 2012 y 2014; es decir, en unas fechas donde ETA ya había anunciado el fin de su actividad para siempre, y estaba en proceso de disolución, como así ha ocurrido.

En realidad, las personas encausadas somos abogados, activistas sociales, militantes, expresos, familiares de presos, médicos, psicólogas... que hemos trabajado en algún ámbito en defensa de los y las presas vascas; ya sea en la defensa jurídica, organizando movilizaciones o campañas de sensibilización, denunciando injusticias, haciendo seguimiento a la salud de las prisioneras o paliando de alguna manera los estragos económicos que causa la política de dispersión.

Fran.- Para situar nuestro caso hay que tener en cuenta antes que nada la situación especial de 2012. En aquel entonces estaba claro que ETA había dado por finalizada definitivamente su actividad. En Euskal Herria se creaba una nueva esperanza para darle la vuelta a las consecuencias que creó el conflicto. Había mucha esperanza de traer a casa a los presos y refugiados. Empezamos a organizarnos en torno a ello gente muy distinta, y había mucha ilusión. Enseguida conectamos con muchos sectores de Euskal Herria que coincidían con nuestras reivindicaciones. En el transcurso de un año teníamos entre 200 y 250 grupos de Herrira en Euskal Herria, y eso era muy significativo.

El ministro de Interior en aquel momento mencionó que Herrira tenía la mayor capacidad de movilización como movimiento y que había que pararlo. Entonces llega desde Estrasburgo la resolución que nos da la razón a lo que estábamos peleando y está claro que en ese momento querían cortar las alas a nuestro movimiento y ahí es cuando nos dieron un golpe represivo potente. Es significativo que cuando ETA había terminado con su actividad, la gente tenía mucha ilusión, mucha gente se estaba organizando y bien, para que los presos y los exiliados estuvieran en casa.

IR.- En los últimos años hemos asistido a una oleada represiva contra los movimientos sociales y de la izquierda en Euskal Herria pero también en el resto del Estado. ¿A qué os parece que responde todo esto?

Fran.- Querían acabar con la ilusión que se vivía en aquel momento. El Estado sabía que si avanzaban nuestros planteamientos íbamos hacía una situación de desbloqueo. Si los presos y los refugiados volvían a casa por esa vía, se abría el camino para que este pueblo pueda dar nuevos saltos. Era claro que, en aquel momento, nuestro planteamiento tenía mucha influencia en amplias capas de la sociedad, y el statu quo tiene mucho miedo a eso. Suele tener mucho miedo a gente organizada que hace frente a sus posiciones. Ellos siempre tienen una vía principal para hacer frente a todas las situaciones: la represión. Es lo que tienen como fuerza principal y es lo que usan para amedrentar a la gente, contra nosotros, la gente humilde, para que cuando nos organizamos no demos pasos adelante. Y cuando ven que avanzamos más fuertemente utilizarán esa represión. En sus manos están las condiciones de los presos y los exiliados, son suyas la cárcel, la policía, las multas, la Ley Mordaza… pero sabemos que con la movilización podemos enfrentarnos a eso y, por eso, tenían que pararlo.

Minde.- En nuestro caso está bastante claro que obedecía a un intento de obstaculizar o neutralizar los serios intentos que se estaban realizando para resolver el conflicto vasco desde distintos ámbitos. Hay que recordar que se estaba a la espera de la resolución del recurso por parte de Estrasburgo de lo que se llamó la doctrina Parot. Esta llegó en octubre de 2013, y liberó en pocas semanas a casi 60 presos vascos. Era un varapalo para el Estado, por eso, unos pocos días antes, fueron de lleno contra la asociación Herrira, deteniendo a 18 personas e ilegalizándola, para continuar con distintas redadas en los siguientes meses, encarcelando a una docena de personas y procesando a un total de 47.

En parte, la resolución de Estrasburgo abría las puertas de las prisiones; las operaciones policiales tenían como objeto neutralizar esa posible situación.

IR.- La movilización ante estos intentos de amedrentamiento han sido multitudinarios e históricos en muchos casos como Altsasu, el juicio contra el Procés o La Manada. ¿Qué lecciones sacáis de estas experiencias? ¿Cuál es la manera de acabar con la represión contra los que luchan?

Minde.- Las experiencias que funcionan son aquellas que llegan hasta las distintas capas de la sociedad, y que la mayoría de la gente las hace suyas.

Creo que lo acertado es intentar ofrecer unos moldes de participación, movilización y lucha que sean amplios y aglutinantes, sin dejar de ser contundentes y eficaces.

Para ello hay que trabajar mucho y con delicadeza, escuchar con respeto, patear calles y espacios, pisar barro. E intentar predicar con el ejemplo.

Fran.- Creo que para hacer frente a la represión sólo tenemos en nuestras manos nuestra voluntad y la capacidad de movilización. Tenemos que hacer como en Catalunya, o en Altsasu. Movilizarnos, cogernos de las manos, unirnos y hacer frente a la injusticia.

La única manera de hacer frente a la sociedad encorsetada que mantiene el sistema capitalista es organizándonos, movilizándonos y haciéndole frente. Sufriremos, nos van a hacer daño, pero no veo otro modo para enfrentar la represión. Lo demuestra Altsasu, lo demuestra La Manada, lo demuestra Catalunya… La movilización es muy importante, y de este modo haremos frente a la violencia injusta que viene desde el Estado español en este caso.

 

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