Entrevista a Iker Pérez (ESK), Unai Arregi (LAB) y Ruben Sánchez (CGT) miembros del Comité de Empresa y delegados en Michelin Gasteiz.

Desde Euskal Herria Sozialista hemos entrevistado a los representantes sindicales de ESK, LAB y CGT en Michelin, donde la plantilla ha protagonizado una lucha ejemplar en defensa de un convenio y salarios dignos.

Euskal Herria Sozialista: ¿Cuál ha sido el detonante del estallido obrero tan potente que hemos presenciado en Michelin?

Iker Pérez (ESK): Las condiciones dentro de la fábrica han sido un factor clave en este conflicto. Durante mucho tiempo hemos experimentado una pérdida de salarios y otras condiciones laborales. El ambiente de malestar llevaba tiempo generándose, ya que no se han recuperado los niveles de poder adquisitivo y no se han cumplido los acuerdos anteriores, como vincular las subidas salariales al IPC, la reducción de la jornada laboral y la eliminación de las escalas salariales. Se intentó transmitir a la plantilla la necesidad de recuperar el poder adquisitivo y de establecer mejoras, como la vinculación al IPC, pero la empresa se opuso frontalmente desde el principio, lo que generó un gran descontento entre los trabajadores. Establecimos líneas rojas para mejorar nuestras condiciones laborales, como la eliminación de las escalas salariales y la reducción de la jornada laboral. Sin embargo, los sindicatos de conciliación nos advirtieron que poner líneas rojas era “peligroso” y que la empresa no estaría dispuesta a negociar esos términos. A pesar de que logramos formar una Plataforma Unitaria para presentar nuestras demandas, la empresa desestimó por completo y desde el minuto uno nuestras propuestas.

Rubén Sánchez (CGT): Efectivamente, hemos experimentado un deterioro significativo en nuestros derechos laborales, tanto en términos salariales como en la conciliación familiar. Queremos salarios justos que reflejen nuestro trabajo y nos permitan tener una vida digna. Además, necesitamos un equilibrio entre nuestra vida laboral y familiar para poder pasar tiempo de calidad con nuestras familias. Hemos tenido un seguimiento de huelga del 90%, e incluso más en algunos días. Esto demuestra claramente que la plantilla ha dicho "¡Basta ya!" a las condiciones que la empresa nos imponía.

Unai Arregi (LAB): El detonante de la huelga ha sido una combinación de factores. Por un lado, el acuerdo propuesto por la patronal ha sido vergonzoso, y las condiciones laborales en la fábrica se han deteriorado significativamente en los últimos tiempos. Hemos estado perdiendo en términos económicos, las condiciones de trabajo han empeorado y las jornadas de trabajo han ido progresivamente aumentando. Llegamos a un punto de explosión social, y la plantilla decidió tomar medidas para recuperar lo que se había perdido. No estamos pidiendo nada nuevo, simplemente queremos recuperar las condiciones perdidas en los últimos convenios.

EHS: ¿Qué acciones habéis propuesto en contra de este acuerdo y qué respaldo habéis tenido por parte de la plantilla?

Iker Pérez (ESK): La repercusión entre la plantilla ha sido inmejorable. Existe un sentimiento generalizado de indignación y una fuerte demanda de mejoras. Desde el principio vimos la necesidad de lanzar una ofensiva contra la propuesta de la empresa, y en la asamblea inicial se explicó y se acordaron las fechas de movilizaciones. La respuesta de la plantilla ha sido muy positiva y el desarrollo del conflicto ha sido ejemplar. A partir de aquí, y tras la firma del acuerdo por parte de CCOO, UGT, CSIF y CCM, estamos trabajando para que la plantilla tenga una asamblea vinculante en Gasteiz con poder de decisión para salir del Comité Intercentros. Queremos que las negociaciones se realicen aquí en Gasteiz, donde se encuentra nuestra fábrica. Ha habido un gran apoyo de la plantilla a esta reivindicación. Queremos dejar claro que este es el camino, no hay otro.

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Unai Arregi de LAB. 

Rubén Sánchez (CGT): Convocamos una asamblea general el 17 de mayo para valorar el acuerdo propuesto por la empresa, a la cual asistieron alrededor de 1.000 trabajadores en un ambiente de cabreo profundo con dicha propuesta. Fue una asamblea muy constructiva y participativa, y de ella surgieron las movilizaciones que llevamos a cabo. Comenzamos con una manifestación y luego convocamos cuatro días de huelga. Hubo un seguimiento del 90% al 95% en todos los talleres, lo que dejó claro que la plantilla no estaba de acuerdo con la oferta de la empresa y que estaba dispuesta a continuar las movilizaciones. Me siento satisfecho porque, aunque llevo pocos años como delegado, he visto una pérdida de derechos convenio tras convenio. Había una especie de paz social que había afectado a toda la plantilla, ya que los sindicatos de la paz social hacían y deshacían acuerdos a su antojo con la empresa. Pero ahora hemos tomado medidas y nos hemos movilizado. Tenía mis dudas sobre si seríamos capaces de lograrlo después de lo que hemos vivido en años anteriores, pero estoy contento con la respuesta de la plantilla. Hemos roto con esa resignación del sindicalismo conciliador. Creo que este es el camino a seguir.

Unai Arregi (LAB): Desde el principio, nuestra intención como sindicatos ha sido que la plantilla se sume a las movilizaciones y tome la iniciativa. Queríamos que la plantilla liderara las protestas. La respuesta de la plantilla ha sido masiva. La mayoría de las máquinas estaban paradas, con solo unos pocos trabajadores eventuales trabajando. Los datos de seguimiento presentados por la empresa eran ridículos, ya que incluían a personal de oficinas, cuadros medios, directivos… y adornaban las cifras. Pese a todas estas maniobras, los días de huelga la producción se paralizó por completo.

EHS: ¿Qué valoración hacéis del acuerdo final firmado con la empresa tras la maniobra del referéndum?

Rubén Sánchez (CGT): Consideramos que el acuerdo firmado, pese a lo que defienden los sindicatos más en la línea de la patronal, es muy limitado y que no recoge apenas las reivindicaciones que los trabajadores han defendido en estas movilizaciones. Al final parecía que nos estaban dando concesiones, pero en realidad, muchas de esas demandas ya las teníamos previamente. Por ejemplo, mencionaron la reducción de jornada, pero en realidad solo eliminaron una jornada de Team Building, que no afecta significativamente a la productividad. En cuanto al poder adquisitivo, hemos sufrido una pérdida salarial del 9% desde el último convenio, y ese tema ha quedado sin resolver.

Unai Arregi (LAB): Que el acuerdo firmado recoge las reivindicaciones de la plantilla no es cierto. Las declaraciones de CCOO no reflejan la realidad. Las mejoras han sido limitadas y no cumplen con nuestras demandas de recuperar el poder adquisitivo perdido. Se logró incluir una garantía ligada al IPC, pero con un tope del 2% cada dos años, lo cual no es suficiente. Seguimos luchando para eliminar la doble escala salarial en Michelin y, además, aunque se ha logrado eliminar el Team Building, no se ha reducido la jornada laboral para el resto de los trabajadores.

EHS: Ante la posibilidad de un Gobierno de la reacción tras el 23J, ¿qué tipo de sindicalismo necesitamos para enfrentar la ofensiva patronal y de la derecha?

Iker Pérez (ESK): El camino que hemos marcado en conflictos como Michelin es el camino correcto, luchar y movilizar a las plantillas. En cuanto al futuro, sabemos que enfrentaremos desafíos importantes, con un posible Gobierno de derecha, pero estaremos en primera línea defendiendo los intereses de la clase obrera. La derecha ha demostrado ser perjudicial para los trabajadores, implementando reformas laborales y recortes. Estaremos en contra de cualquier medida que atente contra nuestros derechos y seguiremos luchando por un sindicalismo combativo y comprometido. En el caso de Michelin, logramos, con la lucha y la movilización, forzar a la empresa a volver a la negociación, hecho que no se había producido en los últimos 30 años, y que presentase una propuesta mejor que la anterior, aunque como ya hemos dicho totalmente insuficiente. Hacemos una valoración muy positiva del ambiente de fuerza y confianza que logramos construir en la plantilla y con el cual la empresa no ha podido acabar. Esta lucha no va a pasar en balde en la conciencia de la gente.

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 A la izquierda, Ruben Sánchez de CGT. 

Rubén Sánchez (CGT): Nosotros siempre hemos estado a favor de mantener nuestras condiciones laborales y sociales intactas. No estamos dispuestos a permitir que nos las quiten o reduzcan. Estaremos presentes en todas las instancias en las que podamos hacer fuerza. La única manera de hacerlo es unirnos y salir a las calles para demostrar tanto a los Gobiernos como a la patronal que están tomando el camino equivocado. Si deciden seguir por ese camino, nos encontrarán enfrente y no nos detendrán. Creo que necesitamos un sindicalismo de lucha, un sindicalismo que esté dispuesto a enfrentarse y resistir. Los casos de Michelin y Mercedes son ejemplos claros de ello. Esa es la clase de sindicalismo que se necesita en estos tiempos difíciles. No podemos permitir que nuestras conquistas sean socavadas sin luchar por ellas.

Unai Arregi (LAB): Como dices, todas las encuestas plantean un escenario a favor de la derecha, esperemos que no sea así, pero, aun así, nosotros estaremos siempre enfrente. Sabemos que siempre que la derecha ha gobernado no han escatimado esfuerzos en atacarnos mediante reformas laborales, recortes, etc… pero a nosotros y nosotras nos tendrán siempre enfrente, dando la batalla contra esas medidas.

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