La lucha en defensa de una educación pública vasca de calidad continúa
Durante el curso 2024-2025, los y las docentes de la escuela pública han protagonizado 9 jornadas de huelga en la CAV (22 y 23 de enero; 26 y 27 de febrero; 25, 26 y 27 de marzo y 1 y 2 de abril), convocadas conjuntamente por los sindicatos más representativos en el sector: STEILAS, LAB, ELA y CCOO. Dichos paros han sido secundados de forma masiva y Las imágenes de miles y miles de docentes inundando las calles de Bilbo, Gasteiz y Donosti han colocado al Gobierno PNV-PSE contra la espada y la pared.
Desde Ikasle Sindikatua, al igual que la inmensa mayoría de la escuela pública, nos solidarizamos y apoyamos a nuestros profesores y profesoras en esta lucha, que ha sido un referente en defensa de la Escuela Pública Vasca, contra la privatización, los recortes y la segregación[1].
El Gobierno PNV-PSE contra la Escuela Pública Vasca
Los recortes, la ley educativa y las sucesivas medidas del Gobierno vasco contra la escuela pública y a favor de la privada habían puesto una cuestión muy seria encima de la mesa: la destrucción completa de nuestra educación pública y el trasvase ingente de dinero a las arcas de la escuela privada y concertada.
La CAV es, desde hace años, la comunidad que más gasta en la escuela concertada, más de un 30%, una cifra solamente superada por un puñado de países a nivel de la OCDE. De hecho, un estudio de Save the Children señala que la sustitución de la pública por la concertada está dejando a importantes municipios sin ningún centro de estudios público[2]. Solamente en los presupuestos de 2024 se destinaron más de 67 millones a la escuela concertada.
Es en este contexto en el que esta lucha se había convertido en mucho más que una movilización por mejorar las condiciones laborales. Esta lucha ha demostrado el enorme malestar con la política educativa del Gobierno vasco y ha sido una expresión del ambiente en defensa de la escuela pública vasca.

Un acuerdo que no responde a la voluntad de lucha de miles de profesores y profesoras
El acuerdo firmado el pasado viernes por STEILAS, LAB, CCOO, Interinoak y UGT dista mucho de lo que se podría haber conseguido de haberse mantenido la presión sobre el Gobierno PNV-PSE. Pese al anuncio, con bombo y platillo, por parte de los sindicatos firmantes de un aumento salarial histórico del 7%, la letra pequeña de esta subida es bien distinta. Los aumentos son completamente insuficientes: 2% en el curso 2025-26 y 2,5% en los dos siguientes cursos. Todas estas subidas serán desligadas del IPC. En el período 2021-2025 el poder adquisitivo se ha reducido en torno al 8%, lo que significa que con este acuerdo continuará esta dinámica.
En cuanto al resto de cuestiones acordadas, el patrón es el mismo: o son inexistentes o son medidas muy insificientes. El descenso de las ratios, una de las reivindicaciones más sentidas por el profesorado, es mínimo: la ratio máxima por curso pasará en Primaria de 23 alumnos/as a 22 y en Educación Infantil de 20 a 19 (únicamente en los grupos con alumnado de diferentes edades). Para Secundaria, Bachillerato y el resto de etapas educativas se mantienen las mismas ratios extremas, que significará continuar llenando hasta los topes las aulas.
Las medidas encaminadas a acabar con la temporalidad en la escuela pública brillan por su ausencia. No solamente no se llegará hasta el 5% exigido, sino que se continuará muy lejos del 8% que era la línea roja de los convocantes. De hecho, tal y como señala ELA en un comunicado: “El resto de sindicatos y el Departamento vasco de Educación han acordado hacer una trampa estadística para ocultar la temporalidad y han hecho desaparecer las personas eventuales que, a su juicio, no son estructurales, aunque suponen alrededor del 25% de la plantilla”[3].
La convocatoria de una nueva semana completa de huelgas, que debía haberse producido entre el 12 y el 17 de mayo, era un órdago muy serio a la Consejería de Educación. El apoyo de esta última convocatoria estaba siendo enorme y la manifetación del día 10 de mayo en defensa de la escuela pública iba a ser masiva. En las semanas anteriores, más de 3.000 personas firmaron el manifiesto de adhesión a la misma, al que también se sumaron más de un centenar de asociaciones, AMPAS y colectivos sociales[4].
En mitad de una lucha en auge, firmar este acuerdo es una completa traición a la lucha. Precisamente en un contexto que parecía indicar que íbamos a vivir una semana de lucha histórica en la escuela pública vasca, que hubiese servido para presionar aún más al Gobierno vasco a negociar unas condiciones mucho más favorables.
Las declaraciones del PNV y de su responsable al frente de la Consejería de Educación dejan pocas dudas acerca del contenido tan limitado del acuerdo: “Lo hemos conseguido, estamos muy satisfechos porque hemos logrado un buen acuerdo. Hemos conseguido lo que realmente necesita la escuela pública vasca”[5]. Que el PNV, principal responsable de la destrucción de nuestra escuela pública y del resto de servicios públicos, artífice de la infame Ley de Educación de la CAV[6], se felicite por el acuerdo, es un motivo más para echarse a temblar. Por otro lado, que UGT, sindicato que se ha destacado en esta lucha por su esquirolaje a las huelgas, también haya firmado el acuerdo no es ni mucho menos un elemento positivo.
Este acuerdo va a significar la perpetuación de todos los principios consagrados en la Ley de Educación de la CAV. Desgraciadamente, incluso los dirigentes de EH Bildu (que defendieron el borrador de Ley y tuvieron que terminar absteniéndose en su votación por la presión popular) han planteado la necesidad de retomar “el espíritu del pacto educativo”[7].

Hay que ser honestos y honestas: si los principales enemigos de la pública y los esquiroles están exultantes con este pacto significa que lo firmado no es un buen acuerdo.
La lucha en defensa de unos servicios públicos de calidad continúa
La lucha de miles y miles de profesoras y profesores en los últimos meses están significando un referente para muchos otros sectores en la lucha: Osakidetza, las residencias, etc… y ponen encima de la mesa el deterioro de las condiciones laborales y la privatización salvaje de los servicios públicos por parte del Gobierno PNV-PSE, a la vez que se permite que las patronales de la educación, la sanidad o los cuidados se hagan de oro. Todas estas medidas poco tienen que envidiar a los ataques de Ayuso y Vox a los servicios públicos en Madrid.
Para hacer frente a toda esta política de desmantelamiento de los servicios públicos es necesario un plan de lucha contundente que unifique la lucha en defensa de una educación pública de calidad, de una sanidad pública digna, de una red de residencias públicas con presupuesto suficiente y todos los servicios públicos que hoy están amenazados. La firma del acuerdo del convenio de los profesores no va impedir que sigamos organizando la lucha por una educación pública de calidad.
Notas:
[1]Tras el éxito rotundo de la huelga de docentes ¡Construyamos la Huelga General educativa!
Irakasleen grebaren erabateko arrakastaren ondoren. Antola dezagun Hezkuntzako greba orokorra
La huelga de docentes en la CAPV vuelve a ser un éxito
EAEko irakasleen greba arrakastatsua izan da berriro
[2] Euskadi es la comunidad que más gasta en la escuela concertada, según Save the Children
[3] Huelgas en la educación pública: Aún así, ¡Luchar merece la pena!
[4] Ha llegado el momento de reunir a toda la comunidad educativa: el 10 de mayo, ¡a la calle!
[5] Acuerdo histórico entre el Departamento de Educación y la mayoría sindical
[6] Pacto educativo en Euskadi: un ataque sin precedentes a la escuela pública vasca
EAErako hezkuntza hitzarmena: euskal eskola publikoaren aurkako erasorik handiena
[7] Los partidos políticos celebran el acuerdo de los sindicatos y el Departamento de Educación