La lucha del naval en Vigo ha tenido en vilo a toda la ciudad durante 14 días, y por supuesto, el movimiento estudiantil no se podía quedar al margen. En Vigo, el naval tiene una importancia decisiva. Muchos estudiantes terminaremos ganándonos el pan en alguno de los cinco astilleros de la ciudad.

El primer día de huelga el Sindicato de Estudiantes repartió masivamente entre los obreros octavillas con nuestro comunicado de apoyo. Todos los días acudimos a sus asambleas, mostrando nuestra pancarta saludando su lucha, e incluso participamos en la ocupación del edificio de hacienda, lo que nos granjeó la simpatía de los huelguistas. El segundo día de huelga se nos invitó al estrado junto con los dirigentes sindicales, y cuando estos mencionaron nuestra presencia, los 2.000 trabajadores concentrados rompieron en aplausos entusiastas.

Era necesario que los estudiantes conocieran la importancia de esta huelga y lo mucho que nos jugábamos todos. La mejor manera de hacerlo era dando la palabra a los propios trabajadores. Organizamos asambleas en el Politécnico, IES do Castro y Rosais II. En este último el director, conocido derechista del Opus Dei, no dejó entrar al trabajador, lo que deja bien claro el carácter democrático de estos personajillos. En contraste, algunos estudiantes de FP vinculados al metal ya habían comenzado a acudir a las movilizaciones de trabajadores de forma espontánea. También formamos comités de apoyo a los trabajadores con la intención de organizar mejor la solidaridad y la lucha entre la juventud.

La huelga se radicalizaba impulsada por los propios trabajadores, que entendían que la única manera de ganar la lucha era extenderla, vinculando su movilización con los problemas que también sufren otros sectores de la clase obrera. Durante dos días consecutivos los trabajadores corearon la consigna de "Huelga general en todo el metal", hasta que fue asumida por las direcciones sindicales (excepto UGT), anunciándola para el 21 y 22 de mayo. Inmediatamente el SE convocó huelga general en los institutos y anunciamos la manifestación en la universidad. Repartimos cientos de octavillas y carteles y convocamos de nuevo asambleas para informar a los estudiantes, todo ello apoyándonos en los Comités de Huelga de cada instituto. Las asambleas fueron un éxito, rondando el centenar de asistentes en algún instituto.

Finalmente, el acuerdo alcanzado entre sindicatos y patronal y ratificado por los trabajadores el 18 de mayo, ponía fin al conflicto del naval, con lo que la huelga de estudiantes dejaba de tener sentido y desconvocamos.

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